Exagerado

El valor de El Intermedio es que pone en guardia a los exagerados, y los ridiculiza, los pone en su sitio, los baja del pedestal, los desnuda. Les dice que est¨¢n desnudos, como aquel ni?o dijo del rey. Los pone en su sitio. A los que miran por encima del hombro, y por encima del hombre, a los solemnes, a los que (como dec¨ªa Ignacio Camacho en su columna de Abc) se echan de menos a s¨ª mismos.

El programa lleva haciendo eso desde hace muchos a?os y as¨ª ha enganchado a much¨ªsimos telespectadores, como pas¨® en otro tiempo cuando exist¨ªan los gui?oles y cuando el propio Wyoming estaba al frente de los exterminadores de Caiga quien caiga.

Por eso el mi¨¦rcoles hubo estupor en las redes ante el hecho cierto de que la cadena no pudo ofrecer la emisi¨®n de este espacio de humor cuando estaba caliente en el aire la repercusi¨®n de lo que hab¨ªa dicho en Antena 3 (la hermana mayor conservadora de La Sexta, como dijo aqu¨ª David Trueba) el exagerado mayor del Reino en t¨¦rminos pol¨ªticos y autobiogr¨¢ficos, el expresidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Las redes reaccionan en seguida, de modo que corri¨® como la p¨®lvora (suele pasar) una sola versi¨®n de los hechos: que la hermana mayor conservadora hab¨ªa hecho que la parte d¨ªscola del grupo se fuera a hacer g¨¢rgaras la noche en que se regurgitaba lo que pod¨ªa pasar en esa emisi¨®n en concreto.

Lo que pas¨® es que se les fue de las manos un cable, por lo visto, y no pudieron emitir; no hubo otra cosa. Lo contaron en el programa, que finalmente retom¨® la respiraci¨®n en la noche del jueves, con todos los ingredientes de desmejoramiento del exagerado a que nos tienen acostumbrados el equipo de El intermedio.

El programa fue impecable. Esos v¨ªdeos impagables en los que el interlocutor del exagerado suele ser alguien imp¨¢vido sirvieron para poner al Aznar solemne de dos noches antes en el pedestal adecuado, el que ocupan en la retina y en la memoria los individuos exagerados. ?l ven¨ªa como salvador de la patria, y de su partido, que es tambi¨¦n su patria. Delante, la vara de medir al solemne. Solo esas confrontaciones de ficci¨®n a que nos ha acostumbrado El Intermedio fueron suficientes para que la estatura del expresidente adquiriera la dimensi¨®n que ¨¦l no conoce porque el espejo no le responde como es debido. Un respiro ver El Intermedio.