¡°La teor¨ªa de la conspiraci¨®n es una necesidad biol¨®gica del hombre¡±
El novelista Dan Brown presenta en Madrid 'Inferno' Es su sexto libro y una nueva intriga internacional protagonizada por el profesor Robert Langdon Brown ha vendido m¨¢s de 200 millones de copias de sus libros, 81 solo de 'El c¨®digo Da Vinci'
Navidad, para el peque?o Dan Brown, llegaba un poco m¨¢s tarde. En muchas casas, los ni?os se despiertan el 25 de diciembre y corren al ¨¢rbol para ver qu¨¦ les ha tra¨ªdo Pap¨¢ Noel. Pero Brown solo se encontraba un papelito con un c¨®digo, regalo de su padre, matem¨¢tico. Descifrarlo le llevaba a otra nota, y a unas cuantas m¨¢s. Hasta que su periplo por casa le devolv¨ªa delante del ¨¢rbol, esta vez s¨ª con los regalos. Su odisea navide?a se parece de alguna manera a la caza del misterio que el escritor adulto Dan Brown (Exeter, 1964) desarroll¨® en 2003 en El c¨®digo Da Vinci, ¨¦xito millonario de ventas, y en sus otras obras. Como Inferno (Planeta), la sexta novela del autor estadounidense hasta la fecha, que ha presentado en Madrid en una rueda de prensa en el Auditorio de la Biblioteca Nacional. Y hoy viernes, a las 19.30, el escritor encontrar¨¢ a los lectores en el teatro Goya de la capital.
Entre tantos c¨®digos y misterios, tal vez el m¨¢s f¨¢cil de resolver sea la f¨®rmula que Brown emplea en sus libros y tambi¨¦n en Inferno: el profesor de simbolog¨ªa religiosa Robert Langdon y una atractiva y brillante mujer se ven implicados en una trama mundial y peligros¨ªsima que solo pueden resolver descifrando misterios relacionados con la historia del arte y la humanidad. Y as¨ª, de paso, cada enigma es una ocasi¨®n did¨¢ctica para recordar los eventos y personajes clave del pasado. ¡°Me encantar¨ªa tener una f¨®rmula infinita, escribir¨ªa mucho m¨¢s r¨¢pido. Es verdad que mis libros tratan temas similares, pero esa es solo una parte, la m¨¢s f¨¢cil, del trabajo¡±, asegura Brown.
Lo cierto es que, con Inferno, Brown pone otra vez a Langdon en el ojo del hurac¨¢n y propone la prosa fren¨¦tica que le ha hecho famoso. Cambian ambientaci¨®n, referencias y enemigos: Florencia, la Divina Comedia de Dante Alighieri y un misterioso grupo llamado Consorcio. S¨ª se repite, sin embargo, esa estrategia a lo Perdidos que consiste en terminar cada cap¨ªtulo con un momento de tensi¨®n que deja al lector en vilo: y no se pod¨ªa creer lo que vio; y se qued¨® aterrorizado; y supo que su vida estaba en peligro; etc.
La receta tiene un ej¨¦rcito de admiradores. Brown ha vendido m¨¢s de 200 millones de copias de sus libros, 81 solo de El c¨®digo Da Vinci, m¨¢s todos los ingresos de dos adaptaciones cinematogr¨¢ficas (El c¨®digo Da Vinci y ?ngeles y demonios). Inferno, por cierto, tambi¨¦n ser¨¢ llevada a las pantallas. ¡°Lo que m¨¢s me gusta de que mis obras sean best sellers es que permiten a las editoriales publicar libros de otros autores. Nuestro trabajo es dar voz a los dem¨¢s¡±, defiende el escritor.
Un superventas tambi¨¦n permite a una editorial una apuesta segura en tiempos de incertidumbre. Tanto como para imprimir directamente un mill¨®n de copias del libro y gastarse casi 5.000 euros en alquilar el Auditorio de la BNE. "Cualquiera podr¨ªa hacerlo, pero no todos tienen el presupuesto",? cuentan fuentes de la Biblioteca. En el fondo, el estadounidense est¨¢ acostumbrado a moverse entre archivos y estanter¨ªas, en busca de secretos por desvelar y documentaci¨®n por acumular: "Desde El c¨®digo Da Vinci tengo un acceso a los documentos que antes no ten¨ªa. En Florencia he podido ver una copia de la Divina Comedia de tan solo dos a?os despu¨¦s de que Dante la escribiera [entre 1304 y 1321]. Tambi¨¦n hablo mucho con responsables de museos, bibliotecarios, estudiosos. Hay que tener cuidado con las fuentes que usas, la informaci¨®n ha de ser exacta".
M¨¢s a¨²n cuando la base hist¨®rica es uno de los pilares de tu literatura. "Es al 99% cierto", dijo Brown de El c¨®digo Da Vinci, lo que provoc¨® la ira funesta del Vaticano, ya que el libro defend¨ªa, entre otras, la teor¨ªa de que Jesucristo y Mar¨ªa Magdalena fueron pareja, en alg¨²n momento. Y de Inferno Brown sostiene que "los ¨²nicos elementos ficticios son los personajes. La historia del arte, las localizaciones, la documentaci¨®n y la ciencia son reales". Una premisa que el autor ha defendido tambi¨¦n para sus otras novelas, y que sin embargo ya varias veces le ha fallado. De la altura de la Giralda a la muerte de Cop¨¦rnico, del entierro de Rafael al origen del Priorato de Sion, los historiadores han demostrado que las reconstrucciones de Brown contienen errores. Y Umberto Eco ha dicho de ¨¦l que es "un agitador que difunde noticias falsas, que se enriquece con material descartado".
Brown sonr¨ªe ante las acusaciones: "El c¨®digo Da Vinci sigue la teor¨ªa de que la idea que tenemos de nuestro mundo no es exacta. Me alegro de que haya historiadores con visiones distintas respecto a la m¨ªa porque eso permite establecer un di¨¢logo". Tampoco le preocupa que los cr¨ªticos literarios le tengan en el punto de mira. The New York Times, por ejemplo, ha definido Inferno como una "autoparodia". "Suelo leer solo los titulares. Y adem¨¢s por cada cr¨ªtica tengo 10 lectores", explica Brown.?
Bastante m¨¢s le interesa plantear preguntas y dudas a sus lectores: "El esp¨ªritu humano quiere creer que hay una raz¨®n para todo. La teor¨ªa de la conspiraci¨®n es una necesidad biol¨®gica del hombre". De hecho, en torno a la propia novela se ha montado una intriga, hecha de traductores encerrados en un b¨²nker sin Internet ni m¨®vil, tr¨¢ileres y revelaciones con cuentagotas. Hacia el final de la rueda de prensa, Brown desvel¨® tambi¨¦n algunos detalles sobre su vida: le importa mucho su privacidad, se suele despertar a las 4.00 para escribir, ante la falta de inspiraci¨®n se ata los pies a una tabla y se cuelga de los tobillos cabeza abajo y hace flexiones cada hora, coincidiendo con que su reloj de arena se vac¨ªa.
Dicho esto, tras terminar su discurso, el escritor se qued¨® callado. Inm¨®vil. Desde entonces, su vida podr¨ªa no volver a ser la misma.?
No, mentira. Simplemente se levant¨® y se fue.
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