Con Leonardo lleg¨® el temple
Lo mejor de la tarde fue un par de banderillas a dos manos que coloc¨® con maestr¨ªa el cordob¨¦s
Lo mejor de la fr¨ªa tarde inaugural de la Feria del Arte y la Cultura fue un par de banderillas a dos manos que coloc¨® con maestr¨ªa el joven Leonardo Hern¨¢ndez. Fue visto y no visto, pero los palos quedaron en el sitio justo en un palmo de terreno. Antes, el rejoneador cordob¨¦s se hab¨ªa lucido templando a dos bandas al hilo de las tablas y cambiando por los adentros en la misma cara del toro.
Castillejo / Seis rejoneadores
Toros despuntados para rejoneo de Castillejo de Huebra, bien presentados y manejables.
Rui Fernandes: pinchazo y rej¨®n ca¨ªdo (ovaci¨®n).
Mart¨ªn Burgos: rej¨®n bajo (oreja).
?lvaro Montes: pinchazo, rejonazo y tres descabellos (vuelta).
Moura Caetano: rej¨®n en lo alto (petici¨®n y vuelta).
Leonardo Hern¨¢ndez: rej¨®n en lo alto y cuatro descabellos (ovaci¨®n).
Francisco Palha: tres pinchazos y rej¨®n en lo alto (ovaci¨®n).
Plaza de Las Ventas. 2 de junio. Primer festejo de feria. M¨¢s de media entrada.
Fue lo m¨¢s ortodoxo de un festejo descafeinado, con seis rejoneadores que no llegaron a entusiasmar al p¨²blico. Ni siquiera lo consigui¨® Hern¨¢ndez, pues fall¨® con estr¨¦pito en la colocaci¨®n de dos banderillas, y con el descabello, lo que enfri¨® los ¨¢nimos y todo su premio qued¨® reducido a una cari?osa ovaci¨®n. Quede constancia, al menos, que el rejoneo m¨¢s cl¨¢sico y moderno a la vez sali¨® de sus caballos y de un rejoneador que parece estancado en una cima en la que no se afianza.
El problema de los dem¨¢s es que hace a?os que el rejoneo camina por unos derroteros que no han podido o no han sido capaces de seguir. El ritmo impuesto por Hermoso y Ventura nada tiene que ver con el toreo a caballo que ejecutan estos rejoneadores, que parecen estrellas de un t¨²nel del tiempo ya superado.
Todo lo que hacen, y tratan de hacerlo bien, suena a antiguo, al pasado, a un rejoneo ya inexistente. La emoci¨®n exige otros derroteros; son hijos de una ¨¦poca en la que todos ten¨ªamos unos a?os menos, y casi nada llama ya la atenci¨®n. Muchas cabalgadas, eso s¨ª; tantas que entre todos pod¨ªan formar un buen grupo de especialistas cinematogr¨¢ficos, pero¡
Rui Fernandes es un hombre constante y se faj¨® bien con el toro m¨¢s manso de la tarde; quebr¨® con facilidad en banderillas, pero clava excesivamente despegado.
Mart¨ªn Burgos, muy animoso, derroch¨® ilusi¨®n y ganas de triunfo. Sorprendi¨® con un quiebro al rev¨¦s para banderillear al viol¨ªn y por eso se gan¨® el favor del respetable.
Volvi¨® ?lvaro Montes y recibi¨® a su toro con la vistosa suerte de la garrocha. Parec¨ªa m¨¢s centrado que en ocasiones precedentes, pero en un quiebro cay¨® del caballo y recibi¨® una paliza, sin mayores consecuencias. Sigue tan teatral como siempre.
A Moura Caetano le pidieron la oreja porque mat¨® a la primera, pero su toreo a caballo es insulso, quiebra lejos de la cara del toro, clava muy despegado y no consigue levantar los ¨¢nimos.
Y su compatriota Francisco Palha mejor¨® al final una actuaci¨®n bastante deficiente por los mismos motivos que su compa?ero.
Total, que los caballeros necesitan un reciclaje urgente si quieren vivir del rejoneo. Su bagaje general fue muy pobre con una corrida que, con la excepci¨®n del primero, colabor¨® a un triunfo que no pudo llegar por la ineficacia de los rejoneadores.
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