Un mill¨®n por un trozo de muro
Un supuesto grafitti de Banksy arrancado de la pared de un barrio de Londres es vendido en secreto Los vecinos hab¨ªan parado una primera subasta
?Puede un mural callejero venderse como si fuera un lienzo y alcanzar el mill¨®n de euros de cotizaci¨®n, incluso cuando su firma no est¨¢ autentificada? La respuesta es afirmativa si se trata de un supuesto Banksy, el artista callejero m¨¢s famoso de la escena, literalmente arrancado de la pared de un inmueble. La codiciada pieza fue adquirida ayer en Londres en una operaci¨®n de la que se desconoce casi todo, aunque no lo esencial: ese pedazo de arte probablemente no regresar¨¢ al muro para el que fue concebido en un barrio del norte de la ciudad que lo exhib¨ªa como orgullo local.
La pintura titulada Slave Labo, de 122 cent¨ªmetros de alto por 152 de ancho, muestra a un ni?o que produce r¨¦plicas de la bandera brit¨¢nica con una m¨¢quina de coser. La imagen, denuncia del trabajo infantil, apareci¨® una ma?ana en la pared de un edificio del barrio de Wood Green, en el distrito de Haringey. Desde aquel mayo de 2012, los vecinos de un barrio azotado el anterior verano por los disturbios callejeros vividos en Londres empezaron a recibir visitas de curiosos y turistas, de gente que quer¨ªa conocer su Banksy. Todos los expertos coincid¨ªan entonces en que el mural era obra del escurridizo artista.
La obra desapareci¨® el pasado febrero (quienes la arrancaron del muro lo hicieron durante la noche) para emerger d¨ªas m¨¢s tarde al otro lado del Atl¨¢ntico, en una subasta en Miami de un portal digital especializado, que impuso un precio de salida de 540.000 euros. Los due?os de su emplazamiento original, un edificio que aloja el establecimiento de la popular cadena comercial Poundland (el equivalente del ¡°todo a un euro¡±), son legalmente tambi¨¦n los propietarios de cualquier pintura que los espont¨¢neos decidan plasmar en una de sus paredes. Y decidieron sacar r¨¦ditos econ¨®micos a su suerte, la de encontrarse con un Banksy en su fachada. Tal fue el revuelo y la contestaci¨®n en el barrio de Wood Green que la puja de Estados Unidos acab¨® cancel¨¢ndose.
Nada m¨¢s se supo del asunto hasta que Slave Labour reapareci¨® el pasado fin de semana en Londres en una subasta organizada a puerta cerrada en el Museo del Cine por el representante de los propietarios, el marchante Robin Barton, y el grupo intermediario Sincura. Alegaban su deseo de que la obra permaneciera en el Reino Unido, pero exig¨ªan para ello un comprador dispuesto a pagar un m¨ªnimo de 900.000 libras, igualando al menos la cifra que un coleccionista estadounidense est¨¢ dispuesto a desembolsar. Casi lo han conseguido, a tenor de dos correos electr¨®nicos que ayer enviaron a la agencia Bloomberg (el ¨²nico medio con el que han accedido a comunicarse), en los que especificaban que tienen tres ofertas por encima de las 750.000 libras y que las est¨¢n estudiando. En otras palabras, que el Banksy se da por vendido a falta de conocer cu¨¢l de los postores (en Londres o Estados Unidos) es el beneficiario y a qu¨¦ precio final.
¡°Seguimos reclamando el mural porque sentimos que nos pertenece¡±, explica a este diario el concejal del Ayuntamiento de Haringey Alan Stickland, quien nunca ha conseguido contactar con Banksy directamente aunque s¨ª con el portal Pest Control, que funciona como un servicio de autentificaci¨®n de sus obras. Stickland ha obtenido la certeza de que Banksy no piensa certificar la autor¨ªa de Slave Labour, requisito inapelable para cualquier sala de subastas del gremio antes de comerciar con una obra. Mientras el concejal sigue cuestionando la legalidad de la transferencia auspiciada por Sincura, este grupo ha emitido un comunicado en el que subraya que ¡°tanto Scotland Yard como el FBI han declarado que la operaci¨®n [de venta del Banksy] no implica ninguna actividad delictiva¡±.
Desde el mundillo del arte les dan la raz¨®n desde el punto de vista estrictamente legal. Otra cosa es la intenci¨®n de Banksy a la hora de ¡°regalar¡± a un barrio una de sus obras y la oportunidad de aparecer en el mapa londinense como un enclave que vale la pena visitar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.