Trece torpedos y dos poetas
Me permito hacerles trece recomendaciones para este ¨²ltimo fin de semana ferial Elba publica 'Querido Salvador, Querido Lorquito', que re¨²ne las cartas que se cruzaron Dal¨ª y Lorca
Perm¨ªtanme que me despida de la Feria del Libro disparando trece torpedos tan literarios como inocuos contra la l¨ªnea de flotaci¨®n del acorazado Inferno, al mando del capit¨¢n Dan Brown, el ¨²ltimo t¨ªo Gilito de la edici¨®n globalizada. Se trata de trece novelas tambi¨¦n extranjeras, muy diferentes entre s¨ª, que s¨®lo tienen en com¨²n el haber sido publicadas por peque?os (algunos, incluso, diminutos) editores independientes cuyos libros no han tenido todav¨ªa tiempo de convertirse en ese tipo de productos ¡°con denominaci¨®n de origen¡± o pedigree de marca que suelen suscitar un plus de inter¨¦s (no siempre justificado) en los responsables de las p¨¢ginas culturales de los medios. Son otras tantas recomendaciones que me permito hacerles para este ¨²ltimo fin de semana ferial y que consigno sin orden de preferencia y atendiendo s¨®lo al alfab¨¦tico de sus respectivas editoriales. Algunas son m¨¢s novedosas que otras, pero todas han llegado a las librer¨ªas en 2013. Ah¨ª van: El juego serio, de Hjalmar S?derberg (Alfabia); Un para¨ªso inalcanzable, de John Mortimer (Libros del Asteroide); El octavo d¨ªa, de Thornton Wilder (Autom¨¢tica); Un circo pasa, de Patrick Modiano (Cabaret Voltaire); Karl y Anna, de Leonard Frank (errata naturae); Amores al margen, de Yoko Ogawa (Funambulista); Los ¨²ltimos d¨ªas, de Raymond Queneau (Gallo Nero); La segunda vida de Viola Wither, de Stella Gibbons (Impedimenta); Por el pa¨ªs del fr¨ªo, de J¨¢chym Topol (Lengua de Trapo); Uno de los nuestros, de Willa Cather (N¨®rdica); Motorman, de David Ohle (Perif¨¦rica); So?¨¦ con elefantes, de Ivica Djikic (Sajalin), y Todos los perros son azules, de Rodrigo de Souza Le?o (Sexto Piso). Afortunadamente hay muchas m¨¢s, gracias a la incre¨ªble floraci¨®n en los ¨²ltimos a?os de grand¨ªsimos peque?os editores, vocacionales, cultos, imaginativos, din¨¢micos. Pidan sus cat¨¢logos (al contrario que las editoriales de los grandes grupos, la mayor¨ªa siguen edit¨¢ndolos en papel) y cons¨²ltenlos, porque encontrar¨¢n en ellos toda clase de diamantes ocultos. Desc¨²branlos o d¨¦jense recomendar por los libreros independientes, que son los que est¨¢n m¨¢s al tanto y no suelen atascar las mesas de novedades con Inferno y sus prepotentes hermanos acorazados de m¨¢s de 50.000 ejemplares de tirada y temibles ca?ones medi¨¢ticos en la l¨ªnea de cruj¨ªa. De nada, y que los disfruten.
Poeta 1
Me llega el quinto volumen de la Poes¨ªa de Fernando Pessoa (Los poemas de ?lvaro Campos, 3), en la estupenda edici¨®n de Juan Barja y Juana Inarejos (Abada) y me encuentro, nada m¨¢s abrirlo, y como si me estuviera buscando, con un hermoso poema sin t¨ªtulo compuesto en 1928 y que ¡°redescubr¨ª¡± hace muy poco tiempo, gracias a la bendita recomendaci¨®n de Enrique Vila Matas: ¡°Al volante del Chevrolet por la carretera de Sintra, / brillo de luna y sue?o en la carretera desierta, / voy solo, conduciendo, lo hago casi despacio¡¡±. Ya conoc¨ªa dos versiones anteriores, la de Jos¨¦ Antonio Llardent (en la pionera Antolog¨ªa de ?lvaro Campos que public¨® Editora Nacional hace 35 a?os), y la m¨¢s libre de Octavio Paz (en Versiones y Diversiones), pero ninguna me hab¨ªa impactado tanto, quiz¨¢s porque sus traductores la han dotado de una densidad, digamos, filos¨®fica, muy acorde con el original. En ese viaje po¨¦tico entre Sintra y Lisboa ¡ªdos s¨ªmbolos, un infinito¡ª se respira la misma atm¨®sfera moral que en aquel c¨¦lebre Tabacaria (¡°Estanco¡±), escrito en el mismo a?o, y que tanto ha contribuido a crear pessoanos por todo el mundo: no por casualidad Antonio Tabucchi lo consideraba el poema m¨¢s importante del siglo XX. Fernando Pessoa (b¨¢jense sus obras desde el portal brasile?o dominiopublico.gov.br), de quien Acantilado acaba de publicar la recopilaci¨®n Escritos sobre genio y locura, es, adem¨¢s, un personaje legendario. Cuando en 1985, en v¨ªsperas del ingreso de Portugal en la Uni¨®n Europea, se exhumaron sus restos en el cementerio de los Prazeres para trasladarlos al monasterio de los Jer¨®nimos (donde reposan al lado de pr¨®ceres como Don Manuel I, Don Sebasti¨¢n, Vasco de Gama o Luis de Camoens), los funcionarios advirtieron con sorpresa que el cuerpo del poeta (fallecido de cirrosis hep¨¢tica) permanec¨ªa incorrupto. Seg¨²n el profesor Gabriel Magalh?es (Los secretos de Portugal, RBA) el descubrimiento caus¨® tanto desconcierto y aprensi¨®n, que, al parecer, las autoridades decidieron ocultarlo: ¡°En el mausoleo se hab¨ªa previsto un peque?o espacio para los huesos (¡). Ante lo inesperado del cuerpo incorrupto, hubo que abrir un hoyo en el suelo. Y ese hoyo se trag¨® el secreto de la incorruptibilidad pessoana¡±. Por cierto que el poeta de los m¨²ltiples heter¨®nimos fue tambi¨¦n el creador (1928) de uno de los primeros esl¨®ganes portugueses para la Coca-Cola ¡ªprimeiro estranha-se, depois entranhase (traducci¨®n aproximada: ¡°primero nos resulta extra?a, despu¨¦s se entra?a¡±)¡ª, una frase publicitaria que fue censurada porque, en opini¨®n de los responsables de Sanidad, podr¨ªa sugerir toxicidad en un refresco dirigido a todos los p¨²blicos. En todo caso, la Coca-Cola estuvo prohibida en Portugal hasta 1974.
Poeta 2
En su Oda a Salvador Dal¨ª (1926), ¡°uno de los m¨¢s altos cantos a la amistad jam¨¢s escritos en espa?ol¡± (Ian Gibson), Garc¨ªa Lorca acot¨® los sentimientos que le un¨ªan al joven pintor: ¡°No es el Arte la luz que nos ciega los ojos. / Es primero el amor, la amistad o la esgrima¡±. Bueno, no s¨®lo: ahora conocemos tambi¨¦n las turbulencias er¨®ticas del poeta, que debi¨® de sentir la punzada del rechazo a sus avances sexuales durante su segunda estancia en Cadaqu¨¦s, y que Dal¨ª describi¨® de modo exhibicionista e intolerable a Max Aub a?os m¨¢s tarde (¡°prob¨® a darme por el culo dos veces, pero como yo no soy maric¨®n¡¡±). El acm¨¦ de aquella amistad de ni?os bien tuvo lugar en la Residencia de Estudiantes, en cuyo austero ambiente fueron c¨®mplices, iniciaron su vida p¨²blica y se divirtieron ri¨¦ndose de los ¡°putrefactos¡±. FGL se sinti¨® fascinado por el t¨ªmido joven (seis a?os menor) y SD por el irresistible carisma del andaluz. Luego lleg¨® la distancia, jalonada por agravios, traiciones y desencuentros en los que intervinieron otros personajes y de los que nos han llegado diversos testimonios. Por ejemplo (habla Lorca): ¡°Bu?uel ha hecho una mierdesita as¨ª de peque?ita que se llama Un perro andaluz y el perro andaluz soy yo¡±. Pero tambi¨¦n nos han quedado m¨²ltiples pruebas de aquella fort¨ªsima amistad. Querido Salvador, Querido Lorquito (Elba), re¨²ne la totalidad de las cartas que se cruzaron y que a¨²n se conservan (Gala, celos¨ªsima, pudo haber destruido algunas). V¨ªctor Fern¨¢ndez, que ha seguido la senda trazada por el benem¨¦rito Santos Torroella (1914-2002) y otros estudiosos (Anderson y Maurer, Tinnell) es el autor de la edici¨®n, en la que tambi¨¦n ha incluido la correspondencia que Lorca mantuvo con Anna Mar¨ªa Dal¨ª, hermana del artista, don Salvador, el padre, y la extravagante Lidia Noguer (¡°Lidia de Cadaqu¨¦s¡±), quiz¨¢s la primera surrealista de verdad que conoci¨® el poeta y ante cuya ¡°locura h¨²meda, suave, llena de gaviotas y langostas¡± se sinti¨® fascinado. Un epistolario fundamental.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Feria libro Madrid
- Dan Brown
- Federico Garc¨ªa Lorca
- Salvador Dal¨ª
- Fernando Pessoa
- Max Aub
- Opini¨®n
- Feria libro Madrid 2013
- Madrid
- Comunidad de Madrid
- Espa?a
- Generaci¨®n del 27
- Literatura espa?ola
- Movimientos literarios
- Movimientos culturales
- Dramaturgos
- Poetas
- Teatro
- Poes¨ªa
- Artes esc¨¦nicas
- Literatura
- Espect¨¢culos
- Cultura