Arte espa?ol bajo el sol naciente
CaixaForum re¨²ne 300 obras creadas bajo el influjo del ¡®japonismo¡¯ desde el siglo XIX, una corriente que impregn¨® los campos de la pintura, la joyer¨ªa, el cine y la literatura
En diciembre de 1874 el empresario S¨¢nchez de la Rocha abri¨® en el n¨²mero 16 de la calle C¨¢diz de Madrid un establecimiento llamado La japonesa, la primera tienda de Espa?a dedicada al arte creado en Jap¨®n. Cuatro a?os m¨¢s tarde, en Barcelona, los grandes almacenes El Siglo ten¨ªan una secci¨®n dedicada al pa¨ªs del sol naciente y en seis establecimientos, situados en los puntos neur¨¢lgicos del comercio de la ciudad, como en la calle Ferran y el Portal de l¡¯?ngel, se pod¨ªan ver y adquirir piezas de arte japonesas a precios asequibles. Adem¨¢s, en el paseo de Gr¨¤cia abri¨® por estos a?os al p¨²blico la colecci¨®n de Josep Mansana, que lleg¨® a contar con 3.200 obras de arte japon¨¦s, y que est¨¢ considerada la principal de este arte que jam¨¢s ha habido en Espa?a, aunque al comienzo de la guerra civil termin¨® disgregada y en el olvido.
Desde que en 1868 la dinast¨ªa Meiji acab¨® con dos siglos de aislamiento y abri¨® las fronteras del pa¨ªs, en Europa el fen¨®meno conocido como japonismo, m¨¢s que una moda, represent¨® un furor por lo japon¨¦s que impregn¨® la pintura, el grabado, la joyer¨ªa y la decoraci¨®n, pero tambi¨¦n el cine y la literatura.
Par¨ªs, como tantas veces en cuestiones creativas, fue el epicentro de esta tendencia. A esta ciudad llegaron nuevas aplicaciones de color, nuevos encuadres y perspectivas, adem¨¢s de temas y motivos renovados con composiciones asim¨¦tricas lejos de lo acad¨¦mico, adem¨¢s de representaciones de la naturaleza m¨¢s libre y llena de insectos en vuelo, que pronto comenzaron a dejar huella en las obras de artistas del art nouveau, de los pintores impresionistas, los simbolistas, los esteticistas, e incluso de los vanguardistas, ¨¢vidos de hallar nuevos modelos de inspiraci¨®n. Desde Manet, Toulouse-Lautrec, el belga Alfred Stevens, creador de la exquisita La parisina japonesa al italiano Giuseppe De Nittis, entre otros muchos. Y en Par¨ªs se empaparon de lo japon¨¦s algunos de los grandes artistas espa?oles que luego trajeron de vuelta esta nueva inspiraci¨®n.
Comisariada por el especialista Ricard Bru ¡ªautor de una tesis sobre el tema y que ha empleado tres a?os en recuperar todas las piezas¡ª, CaixaForum Barcelona ha reunido por primera vez en Japonismo. La fascinaci¨®n por el arte japon¨¦s, 300 obras, muchas de ellas no expuestas antes, procedentes de 108 colecciones p¨²blicas y privadas, que hablan del intercambio entre dos continentes. En el origen est¨¢ la llegada de los primeros misioneros durante el periodo namban, al final del siglo XVI, una relaci¨®n que ahora celebran los 400 a?os en el A?o dual Espa?a-Jap¨®n.
Desde un libro de viajes de Marco Polo de 1503, un altar port¨¢til de 1600 con un cristo de coral, ¨²nico en el mundo, o el casco Kabuto de armadura samur¨¢i regalado a Felipe III en 1614 por una embajada nipona, hasta el Retrato del pintor Mikumo Shonosuke pintado por Eudald Serra en 1938 en plena Guerra Civil.
En el camino, obras de Mariano Fortuny, el primero pintor espa?ol que, atra¨ªdo por Jap¨®n, comenz¨® a dibujar fantas¨ªas niponas, como en Los hijos del pintor en el sal¨®n japon¨¦s que pint¨® en 1874 y que se incorporar¨¢ a la exposici¨®n cuando llegue a Madrid en oto?o, pero tambi¨¦n Santiago Rusi?ol, que coleccion¨® y pint¨® algunas de estas piezas, ¡ªcomo un biombo de seda de fondo dorado de finales del periodo Edo que en 1894 pint¨® en el retrato que le hizo a su hija Maria en el interior del Cau Ferrat de Sitges y que ahora se vuelven a reencontrar en la exposici¨®n¡ª, Dar¨ªo de Regoyos, Raimundo de Madrazo, Anglada Camarasa, Jos¨¦ Villegas, Francesc Masriera o Isidre Nonell. Muebles exquisitos creados por uno de los primeros dise?adores totales, como fue Gaspar Homar o por Frederic Vidal, autor de puertas y vidrieras con motivos florales y muebles que decoraron estancias burguesas y reales, como las del Palacio Real de Madrid. Adem¨¢s de joyas creadas por Francisco Durio y Luis Masriera y estampados de Alexandre de Riquer.
Picasso, Fortuny, Mir¨® y Nonell son algunos de los artistas expuestos
Bru ha reconstruido el pabell¨®n de Jap¨®n de la Exposici¨®n Universal de 1888, la primera vez que el pa¨ªs se present¨® en Espa?a, recuperando algunas de las piezas originales que all¨ª se exhibieron, como el cat¨¢logo de las obras o el mueble que regal¨® la casa imperial nipona a la reina Maria Cristina, que aparece, casi irreconocible, retratada en una fotograf¨ªa vestida de japonesa, con quimono y sombrilla.
Otro de los atractivos de la muestra es la presencia de lo japon¨¦s en la moda, con piezas como un quimono propiedad de Mariano Fortuny hijo, o una bata estilo quimono creado por Crist¨®bal Balenciaga en 1920. Y tambi¨¦n en la magia, el circo o el teatro, como los retratos que realizaron Picasso, en 1901, y Ramon Casas, al a?o siguiente, de la c¨¦lebre actriz Sadayakko, durante su gira por varias ciudades espa?olas. O en la ¨®pera, con escenograf¨ªas de ambientaci¨®n japonesa o la primera adaptaci¨®n de Madama Butterfly de 1907. Y en el cine, con la proyecci¨®n de Les Ki-ri-ki Acrobates japonais de 1907 de Segundo de Chom¨®n, la publicidad, e incluso en la vida cotidiana, con todos los objetos necesarios para la realizaci¨®n de la ceremonia del t¨¦, tambi¨¦n se puede ver durante el recorrido en esta exposici¨®n.
Pero la influencia continu¨® ¡ªa partir de 1920 se introduce la laca japonesa urushi y el teatro kabuki¡ª en artistas posteriores, como en la pintura de 1917 realizada por Joan Mir¨® Retrato de Enric Crist¨°fol Ricart ¡ªcon el que compart¨ªa su pasi¨®n por el arte este pa¨ªs¡ª, en el que coloc¨® un fondo japon¨¦s y que firm¨® dentro de un cartucho como hacen los pintores japoneses. Una de las muchas joyas de la exposici¨®n, o en el biombo creado por Salvador Dal¨ª de estilo oriental, entre los japon¨¦s y lo chino, pintado alrededor de 1918 con un azul intenso, en plena juventud del genio de Cadaqu¨¦s.
¡°La exposici¨®n podr¨ªa haber continuado despu¨¦s de la guerra, pero habr¨ªa sido una locura porque el fen¨®meno sigui¨® creciendo y se podr¨ªa hacer otra exposici¨®n diferente¡±, asegura el comisario Bru, que defiende que el japonismo ¡°es un fen¨®meno esencial para poder entender el arte de finales del siglo XIX, tanto europeo como espa?ol¡±.
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