Pel¨¦ nunca se confunde
Nunca me ha gustado su personaje. Es alguien con una facultad notable para olvidar sus or¨ªgenes y siempre cercano al poder
Me gustar¨ªa creer que es verdad una leyenda que circula sobre Pel¨¦, la de que antes de algunos partidos se acercaba al vestuario de los rivales, les saludaba respetuosamente uno a uno mientras les aclaraba: ¡°Nosotros vivimos de nuestras piernas, intentemos no romper ninguna¡±. Hay que ser inteligente y poseer autoridad moral para fijar ese necesario principio entre los que compiten. Eso no evit¨® que le lesionaran salvajemente en el primer encuentro que jugaba Brasil en el Mundial de Inglaterra. Cuatro a?os despu¨¦s, en M¨¦xico, su juego dejar¨ªa con la boca abierta a cualquier espectador con paladar, junto a una selecci¨®n que recordamos con ¨¦xtasis.
Pero nunca me ha gustado su personaje. Es alguien con una facultad notable para olvidar sus or¨ªgenes, siempre cercano al poder, con afici¨®n desmedida a que le ofrezcan recepciones todos los que gobiernan (o desgobiernan) el planeta, recibiendo o exigiendo homenajes todas las semanas, cansino fetiche publicitario de las multinacionales, eterno embajador de la FIFA, alguien que siempre estar¨¢ de acuerdo con el estado de las cosas a condici¨®n de pillar un pedacito de la tarta. Sin tampoco gustarme el personaje de Maradona, tengo que reconocer su kamikaze vocaci¨®n para meterse en l¨ªos, para zambullirse en el fracaso despu¨¦s de ser el ganador m¨¢s venerado, por decir y hacer m¨¢s inconveniencias de las tolerables.
Por tanto, es muy consecuente que Pel¨¦ haya exigido a sus protestones compatriotas, a ese mill¨®n de personas, sin l¨ªderes ni lemas, que gritan en la calle contra la corrupci¨®n, la asfixia econ¨®mica de tantos mientras que se despilfarra el dinero p¨²blico (o se lo llevan los de siempre) preparando la marcha de pompa y circunstancias del pr¨®ximo Mundial, que los brasile?os no confundan las cosas, se olviden de las menudencias que est¨¢n ocurriendo en Brasil y se convenzan de que la selecci¨®n representa no solo al pa¨ªs sino la sangre de todos los brasile?os. La respuesta de Romario es genial: ¡°Pel¨¦ en silencio es un poeta¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.