Verdades sobre los festivales
A¨²n siendo refractario a los festivales, uno no puede dejar de admirar la devoci¨®n brit¨¢nica por esos acontecimientos.
Ya ha pasado el m¨¢s legendario de los festivales musicales: Glastonbury. Cumpli¨® las expectativas: amontonamientos, retretes indecentes, conciertos memorables m¨¢s algo de fr¨ªo, lluvia y barro. Durante a?os, uno sospechaba que la Experiencia Glastonbury estaba implantada en el ADN de los hijos de Albi¨®n. De alguna manera, quer¨ªan ponerse a prueba: son los bisnietos de los supervivientes de la batalla del Somme, los nietos de los rescatados en Dunquerque. Necesitaban una oportunidad para demostrar compostura, estoicismo, determinaci¨®n.
Puro delirio por mi parte. A principios de junio, MSN.co.uk difund¨ªa una encuesta realizada entre dos mil habituales a los festivales brit¨¢nicos. Hab¨ªa poca informaci¨®n sobre la metodolog¨ªa, as¨ª que pueden sentirse esc¨¦pticos. Resulta que s¨®lo un 45 % alegaba que la m¨²sica era su principal motivaci¨®n. El resto se repart¨ªa entre los que destacaban que se trataba de estar con los amigos, disfrutar del ambiente o hacer ¡°cosas que no se pueden hacer en la vida diaria¡±.
?Qu¨¦ cosas, oigo preguntar? Una cuarta parte reconoc¨ªa haber mantenido relaciones sexuales con una persona desconocida; el 21% confesaba que tom¨® drogas ilegales y ¡ªno s¨¦ si eso lo consideran un plus¡ª un 13% particip¨® en peleas. Casi la mitad admit¨ªa haberse comportado de maneras que jam¨¢s se hubiera permitido fuera de ese recinto.
Cierta prensa se deleit¨® en compartir estas ¡°verdades¡±. Seg¨²n The Times, ¡°en los festivales de m¨²sica, importa m¨¢s el sexo y las drogas que el rock and roll¡±. Los dem¨¢s titulares segu¨ªan esa pauta. El Daily Mail daba un salto en el vac¨ªo y proclamaba que ¡°los fans de la m¨²sica que van a festivales prefieren emborracharse y acostarse con desconocidos a escuchar a las bandas¡± (?est¨¢n seguros de que se tratan de actividades incompatibles?).
Y antes de que a¨²llen las alarmas para denunciar la degeneraci¨®n de la juventud, otra informaci¨®n aportada por el portal de Microsoft. La edad media de los asistentes se sit¨²a entre 35 y 38 a?os. Tiene sentido: los veintea?eros no tienen suficientes recursos. Acudir a un festival al aire libre cuesta unas 430 libras (unos 500 euros). Eso incluye la entrada m¨¢s transporte, comida y bebida, material de acampada y ropa (por partida doble, para chaparrones y para el sol). Desconozco en qu¨¦ partida se oculta el gasto en substancias clandestinas.
Esa es otra. Durante los setenta, la polic¨ªa vest¨ªa con vaqueros a sus agentes m¨¢s j¨®venes y los lanzaba a detener a consumidores de drogas. Con el tiempo, se ha impuesto la cordura. Festivales como Glastonbury tienen zonas reservadas para los camellos, que pregonan discretamente su mercanc¨ªa.
En realidad, preocupaba m¨¢s el consumo de alcohol. Glastonbury permite q<TB>ue los asistentes se traigan su propia bebida, siempre que no venga en botellas de cristal (los fabricantes listos ofrecen recipientes de cart¨®n). Pero este a?o intentaron evitar los excesos b¨¢quicos: no se admitieron los cargamentos de alcohol sobre ruedas (carretillas, cestas de la compra, maletas).
A¨²n siendo refractario a los festivales, uno no puede dejar de admirar la devoci¨®n brit¨¢nica por esos acontecimientos. Y la correspondiente sensibilidad institucional: la BBC ofreci¨® 250 horas de m¨²sica desde los seis escenarios principales de Glastonbury, v¨ªa radio, televisi¨®n y streaming.
Un servidor se conformar¨ªa con menos. Por ejemplo, con que promotores y autoridades dejen de contar milongas sobre los te¨®ricos millones de euros que trae tal festival a la econom¨ªa de tal rinc¨®n de Espa?a. A cambio, que financien estudios sobre lo que realmente hacen los participantes, nativos y turistas, en esas modernas romer¨ªas.
M¨¢s que nada, para mantener la perspectiva. Lo cuenta Wendy Fonarow, la antrop¨®loga del indie, en su libro Imperio de la mugre. En 1990, los dos principales semanarios musicales brit¨¢nicos, Melody Maker y New Musical Express, coincidieron en destacar al Festival de Reading como principal acontecimiento del a?o anterior. S¨®lo en el n¨²mero tres aparec¨ªa la ca¨ªda del Muro de Berlin.
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