Cristal
La peripecia del agente Snowden reproduce el modelo de las novelas de esp¨ªas de la guerra fr¨ªa pero en el contexto narrativo del siglo XXI.
La peripecia del agente Snowden reproduce el modelo de las novelas de esp¨ªas de la guerra fr¨ªa pero en el contexto narrativo del siglo XXI. M¨¢s que al otro lado del tel¨®n de acero hemos descubierto que vivimos tras la pared de cristal. Observados, controlados y seguidos por la autoridad, a trav¨¦s de los mismos instrumentos que nos hacen sentir liberados de las fronteras. Es curiosa la modificaci¨®n de costumbres, la aceptaci¨®n de lo imp¨²dico, de la transgresi¨®n de nuestras barreras de protecci¨®n. Hasta los famosos de hoy en d¨ªa no se protegen ya de los paparazi, sino que les hacen la competencia, y cuelgan ellos mismos en la Red las fotos de sus vacaciones, el retrato de sus reci¨¦n nacidos y su receta favorita del gazpacho.
Las justificaciones del Gobierno norteamericano, seg¨²n la cual todo servicio de espionaje se dedica a espiar, ha sido un jarro de agua fr¨ªa para las convenciones diplom¨¢ticas. En este punto es donde este asunto se hermana al caso Wikileaks. Ya sabemos que los servicios secretos tratan de hacerse con secretos ajenos, las influencias se logran con presiones y la mentira es una pata de cualquier relaci¨®n ya sea con pa¨ªses amigos o con enemigos. Pero olvidan un detalle importante, que tiene que ver con la visi¨®n a trav¨¦s de los medios de nuestra propia existencia. Queremos creer en la legalidad, la transparencia y el respeto. Es un esfuerzo que hacemos, s¨ª, puede que ingenuo, pero un esfuerzo moral que nos ayuda a sobrevivir sin comernos los unos a los otros.
La tierna edad de Snowden y su cort¨ªsima relaci¨®n con las alcantarillas del espionaje americano delatan la improvisaci¨®n, la mediocridad y la fragilidad de una organizaci¨®n que fracasa en sus presiones internacionales y sus estrategias globales. Sus aliados estamos expuestos no solo a la mentira sino a la torpeza, obligados a la fidelidad cuando nuestra posici¨®n deber¨ªa ser una denuncia frontal de estos m¨¦todos. Que no dejara en rid¨ªculo nuestras denuncias a otros pa¨ªses por sus sistemas antidemocr¨¢ticos y evitara crear m¨¢rtires de la libertad exiliados en un limbo insultante como la Embajada de Ecuador en Londres o la secci¨®n de tr¨¢nsitos del aeropuerto de Mosc¨². Es la vieja novela, pero mal escrita y mal interpretada. Otro paso atr¨¢s.
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