Erratas
Me asaltan jocosas asociaciones mentales constatando las sucesivas barbaridades ortogr¨¢ficas en los r¨®tulos que ilustran las im¨¢genes y de los telediarios y de los programas informativos
Hay historias muy graciosas alrededor de erratas y desvar¨ªos gramaticales. Hace muchos a?os alguien que hab¨ªa escrito ¡°agarr¨® un cabreo y se tir¨® al monte¡± vio c¨®mo ese gesto revolucionario se transformaba al ser publicado en algo tan carnal como ¡°agarr¨® a un cabrero y se lo tir¨® en el monte¡±. En un examen de lat¨ªn, un alumno hizo su traducci¨®n particular de la frase ¡°Cesar envi¨® a sus tropas al puerto de Ostia¡± con un surrealista y contundente ¡°Cesar de una ostia envi¨® sus tropas al puerto¡±.
Me asaltan esas jocosas asociaciones mentales constatando, un d¨ªa s¨ª y el otro tambi¨¦n, los disparates sem¨¢nticos, palabras a las que les sobra o le falta una letra, la letra ¡°b¡± convertida sistem¨¢ticamente en ¡°v¡± (o al rev¨¦s) y sucesivas barbaridades ortogr¨¢ficas en los r¨®tulos que ilustran las im¨¢genes y de los telediarios y de los programas informativos. Y trato de imaginarme el estupefacto careto fuera de plano que se le pone a los presentadores y presentadoras que est¨¢n transmitiendo con su boca las noticias. De acuerdo, la culpa es de la crisis, de la salvaje reducci¨®n de plantillas, de que la perfecci¨®n no existe en la naturaleza humana, de que todo el mundo se equivoca. Vale. Pero sigo pensando que hasta los habitantes del limbo saben que burro se ha escrito toda la vida con ¡°b¡±. Y, c¨®mo no, otorg¨¢ndole la raz¨®n a la maximalista filosof¨ªa de Bogart que divid¨ªa el mundo entre ¡°profesionales ¡°y ¡°vagos¡±. Se supone que en su ¨¦poca todo el mundo ten¨ªa trabajo. Hacer lo que hay que hacer implica no solo un principio ¨¦tico sino tambi¨¦n est¨¦tico.
Y, por supuesto, yo tambi¨¦n meto la pata. En la columna de ayer, hablando de una entrevista que le hicieron a Mario Conde, afirmaba haberla visto en el programa La noria. Confund¨ª ese extinguido e insigne programa de Telecinco con otro que se llama El gran debate. Creo que es el mismo, pero le han cambiado el nombre. Antes sent¨ªan debilidad por el g¨¦nero relacionado con el coraz¨®n (o con el h¨ªgado) y ahora meten su heroico bistur¨ª en la pol¨ªtica, la corrupci¨®n, esas cositas. Pero sus gladiadores verbales siguen gritando mogoll¨®n, insult¨¢ndose, contando todos ellos la verdad, en fin... Siempre me hago un l¨ªo con determinadas cosas. Confundo T¨®mbola con S¨¢lvame, o ?D¨®nde est¨¢s coraz¨®n? No soy un profesional. Soy un vago.
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