¡°La pol¨ªtica se devora todo¡±
El director argentino Santiago Mitre estrena en Espa?a su ¨®pera prima 'El estudiante' Es una suerte de 'thriller' universitario, que fue elegido mejor pel¨ªcula argentina de 2011
Encuentren al intruso. Bisabuelo: ministro de Agricultura y diputado. Abuelo: funcionario del Gobierno y embajador. Padre: hace a?os militante peronista, ahora empleado de una organizaci¨®n internacional. Madre: tambi¨¦n miembro de las juventudes peronistas, hoy en el poder judicial. Hijo: director de cine. ?F¨¢cil no? Bueno, no tanto. Porque la primera pel¨ªcula de Santiago Mitre (Buenos Aires, 1980) va precisamente de lo que su familia lleva toda la vida haciendo. ¡°La pol¨ªtica es lo que se comenta en mi casa desde que soy ni?o. Me interesa de siempre, es una pasi¨®n¡±, asegura el director de El estudiante, que se estrena hoy en Espa?a.
¡°Es una especie de thriller ambientado en la universidad p¨²blica argentina, que sigue la maduraci¨®n de un personaje y habla sobre la pol¨ªtica¡±, aclara Mitre respecto a su ¨®pera prima. De hecho, el filme bucea tanto y de forma tan realista en los ambientes universitarios que a veces roza el documental. O hasta lo toca, ya que en muchas secuencias la c¨¢mara graba alumnos, aulas y asambleas en medio de su d¨ªa a d¨ªa aut¨¦ntico. Aun as¨ª, El estudiante no deja de ser una obra de ficci¨®n. Repleta, eso s¨ª, de premios de festivales internacionales. Y escogida como la mejor pel¨ªcula argentina de 2011, al menos seg¨²n la delegaci¨®n local de la FIPRESCI, la asociaci¨®n mundial de cr¨ªticos de cine.
Reci¨¦n aterrizado en la universidad de Buenos Aires de un pueblo del interior, al principio del filme el joven protagonista Roque se empieza a hundir en una vor¨¢gine de (poco) estudio y (muchas) chicas. Hasta que una de ellas, la idealista militante Paula, le arrastra a otro mundo. ¡°La pol¨ªtica se devora todo, de alg¨²n modo tambi¨¦n a mi pel¨ªcula. Iba a ser la historia de una especie de don Juan de provincia, pero cuando apareci¨® Paula volv¨ª a conectar con otras ideas y reflexiones¡±, explica Mitre.
En realidad, el director parece hacerlo constantemente. De habla hiperb¨®lica, Mitre hila tormentas de ideas una tras otra. As¨ª que no sorprende que, tras el golpe de tim¨®n de su creador, El estudiante virara hacia otra direcci¨®n. La nueva estrella polar eran los entresijos de la pol¨ªtica, lo que en Argentina llaman la rosca: ¡°Son todos los movimientos que se ponen en juego para conseguir un objetivo: negociaciones, pactos, intercambios, b¨²squedas de consenso¡±.
Leg¨ªtimos, algunos. Discutibles, otros, porque resulta que las jugadas sucias para elegir al nuevo rector de una universidad no difieren tanto de cualquier campa?a electoral. ¡°Cuando miras desde fuera hay acciones que te parecen terribles, pero desde dentro ya no lo son tanto. Todos mis personajes, antes de tomar decisiones o hacer algo, intentan circunscribir el contexto: ¡®Es pol¨ªtica, solo se puede entender desde dentro¡±, defiende el cineasta.
Ah¨ª se halla, para el director argentino, la principal contradicci¨®n de la acci¨®n pol¨ªtica. ¡°Cuando alguien tiene una idea, un programa, luego debe llevarlo a cabo. Pero, ?c¨®mo lo logra sin traicionar sus convicciones?¡±, insin¨²a el cineasta. Aunque, enseguida, Mitre aclara que ¡°ni en pedo¡± se trata de una justificaci¨®n para aquellos fans de Maquiavelo dispuestos a usar cualquier medio.
Pocos fueron m¨¢s bien los medios que pudo emplear Mitre para su pel¨ªcula. Antes del rodaje, en 2010, particip¨® en un concurso para recibir una subvenci¨®n del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina, pero ganaron otros. ¡°Creo que ninguno de ellos ha estrenado todav¨ªa su pel¨ªcula. A veces esperar a que el Estado te d¨¦ el dinero es agotador, la burocracia acaba aplastando el proyecto. El estudiante viene a demostrar que se puede hacer cine de otra manera, m¨¢s barata¡±, sostiene Mitre. Aunque, tras beber del vaso medio lleno, el director reivindica tambi¨¦n que ¡°es fundamental que el Estado apoye al cine¡± y a toda la cultura.
Reacio a hablar de su propio Estado o, lo que es lo mismo, de los Kirchner, Mitre intenta escudarse tras un ¡°no entiendo la pol¨ªtica argentina¡±. Pero unos segundos de insistencia despu¨¦s, suelta una frase m¨¢s reveladora: ¡°Este Gobierno ha reposicionado algunas cosas en un momento dif¨ªcil y eso est¨¢ bien, pero no se produjo un cambio significativo en la brecha social. No puedo creer en una transformaci¨®n donde los excluidos siguen siendo los mismos¡±.
Sea como fuere, los marginados del planeta aumentan cada d¨ªa m¨¢s. Tanto como los hartos. De Occupy Wall Street a la Puerta del Sol, pasando por las plazas Tahrir y Sintagma, los gritos de ¡°no¡± ya tienen altavoces por medio mundo. ¡°Esos movimientos me parecen interesant¨ªsimos por el grado de caos que tienen. Los critican por su falta de claridad a la hora de exponer ideas, pero yo celebro cualquier movilizaci¨®n por m¨¢s que no proponga salidas, ya que me parece que a¨²n no estamos preparados para encontrarla¡±, se suma a la indignaci¨®n Mitre.
Entre los remedios posibles, el director argentino sugiere uno: ¡°Deber¨ªa haber pol¨ªticos que crean en lo que est¨¢n haciendo en vez de pensar que saben lo que hay que hacer¡±. M¨¢s aun ya que, a juzgar por los resultados, no lo parece.
Babelia
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