Distop¨ªa americana
Una propuesta mucho m¨¢s previsible y rutinaria de lo que su planteamiento promete
Los primeros minutos de The Purge. La noche de las bestiasdibujan una Am¨¦rica ut¨®pica situada tan s¨®lo 10 a?os en el futuro, donde los ¨ªndices de paro y criminalidad han descendido dr¨¢sticamente. Una Am¨¦rica regida por unos Nuevos Padres Fundadores que, de hecho, en la letra peque?a de su gesti¨®n de los residuos sociales y los at¨¢vicos impulsos violentos de la comunidad, acaban desvelando la naturaleza dist¨®pica de ese espejismo tan aparentemente arm¨®nico.
Una vez al a?o, se celebra la noche de la Purga: 12 horas donde el ejercicio de la violencia no est¨¢ sancionada por las fuerzas del orden y que permiten, por tanto, liberar al animal interior de ese civilizado mundo de zonas residenciales cerradas, sobreprotegidas y videovigiladas. He aqu¨ª un toque de distinci¨®n con respecto a un g¨¦nero tan gastado por el uso como el slasher: un impulso sat¨ªrico con conciencia pol¨ªtica, que, de entrada, parece indicar que su director y guionista, James DeMonaco ¡ªque ya se hab¨ªa responsabilizado de escribir el guion del remake de 2005 de Asalto en la comisar¨ªa del distrito 13 (1974)¡ª, se ha estudiado bien a John Carpenter. Por desgracia, a los pocos minutos de metraje uno cae en la cuenta de que una cosa es haberlo estudiado y otra haberlo asimilado.
The Purge. La noche de las bestias acaba siendo una propuesta mucho m¨¢s previsible y rutinaria de lo que su planteamiento promete. Hay algunas im¨¢genes poderosas ¡ªlas inquietantes m¨¢scaras sonrientes del pelot¨®n de acosadores haciendo tiempo en el jard¨ªn de la casa¡ª, pero todo acaba funcionando como un mecanismo preprogramado. Lo m¨¢s grave de todo es que la moral de la mod¨¦lica familia protagonista no se convierte en materia de debate. DeMonaco prefiere no plantearse las preguntas inc¨®modas que, en su d¨ªa, se plantearon cineastas como Sam Peckinpah y Wes Creven en sus respectivas Perros de paja (1971) y La ¨²ltima casa a la izquierda (1972).
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