Roberto Bola?o: diez a?os sin el autor que conquist¨® a los j¨®venes escritores
Un repaso por la huella del autor chileno en una serie de escritores cuando se cumplen diez a?os de su muerte
Parece incre¨ªble que haya pasado tanto tiempo desde su muerte, aunque al ver el ¨¦xito de su obra se podr¨ªa pensar que es poco, que en el fondo todo ha ido muy r¨¢pido. Sea como sea, no hay duda de que Roberto Bola?o (1953-2003) es el autor de lengua espa?ola posterior al Boom con m¨¢s impacto en la literatura mundial. En todas las culturas y lenguas ha sido una revelaci¨®n y en idioma espa?ol es uno de los m¨¢s influyentes, no s¨®lo entre los lectores de hoy sino, sobre todo, entre los j¨®venes escritores.
?Qu¨¦ es lo que hace de Bola?o un autor universal y, al mismo tiempo, sacralizado en su propia lengua? La juventud latinoamericana lo lee de rodillas y jura por ¨¦l. Los escritores j¨®venes encuentran en sus libros un mundo que les habla al o¨ªdo. Uno de sus grandes temas tiene que ver con ellos: la ¨¦pica triste de una juventud sacrificada, la juventud que quiere cambiar el mundo con gestos valerosos y con poes¨ªa. Quieren cambiarlo pero sucumben, y a pesar de saber que su lucha est¨¢ perdida igual salen a dar la batalla. Bola?o narra el hero¨ªsmo de esa derrota, s¨ª, pero tambi¨¦n el amor por la literatura y la vida. Los ¨²ltimos p¨¢rrafos de su novela Amuleto son un manifiesto: "Y aunque el canto que escuch¨¦ hablaba de la guerra, de las haza?as heroicas de una generaci¨®n entera de j¨®venes latinoamericanos sacrificados, yo supe que por encima de todo hablaba del valor y de los espejos, del deseo y del placer".
Los escritores j¨®venes encuentran en sus libros un mundo que les habla al o¨ªdo. Uno de sus grandes temas tiene que ver con ellos: la ¨¦pica triste de una juventud sacrificada, la juventud que quiere cambiar el mundo con gestos valerosos y con poes¨ªa
La juventud y sus sue?os, la fidelidad al rabioso amor por la literatura que hay en la juventud. El poeta joven que sale a defender su poes¨ªa con los pu?os. El poeta inexperto que se juega la poca vida que tiene. Al contar la ¨¦pica de los j¨®venes poetas latinoamericanos, las p¨¢ginas de Bola?o se llenan de ternura, de idealismo, de una contagiosa y bella ingenuidad.
El poeta, no s¨®lo joven, es por supuesto otro de sus grandes temas. Los personajes de Bola?o buscan poetas fren¨¦ticamente, se enamoran de poetas y enloquecen como poetas. Ser detective es para ¨¦l una forma de ser poeta. "So?¨¦ que era un detective latinoamericano muy viejo. Viv¨ªa en Nueva York y Mark Twain me contrataba para salvarle la vida a alguien que no ten¨ªa rostro. Va a ser un caso condenadamente dif¨ªcil, se?or Twain, le dec¨ªa".
Bola?o sol¨ªa decir, con su habitual gracia: "Yo como poeta soy m¨¢s bien de los malos". La poes¨ªa y los poetas eran su tema recurrente: Nicanor Parra, Lautr¨¦amont o la prosa en endecas¨ªlabos de Gonzalo Celorio, o lo que fuera. Lo le¨ªa todo y daba la sensaci¨®n de tener opiniones contundentes sobre todo. Era tambi¨¦n su peculiar modo de ser poeta, un resplandor que dio a su prosa una temperatura especial y que la hace tan inquietante. Un modo de vivir la poes¨ªa que sus lectores de todo el mundo, hoy, han convertido en mito. ?C¨®mo habr¨ªa vivido Bola?o este ¨¦xito rotundo? ?Habr¨ªa elegido desaparecer, como Rimbaud o Salinger? Son preguntas que me hago con frecuencia.
El poeta, no s¨®lo joven, es por supuesto otro de sus grandes temas. Los personajes de Bola?o buscan poetas fren¨¦ticamente, se enamoran de poetas y enloquecen como poetas. Ser detective es para ¨¦l una forma de ser poeta
El primer pa¨ªs en reconocer su talento fue Francia. Recuerdo que Bola?o a¨²n viv¨ªa y pudo ver que el suplemento literario de Lib¨¦ration le dedic¨® 6 p¨¢ginas. El diario Le Monde, cuando a¨²n no usaba fotograf¨ªas, lo puso como personaje del d¨ªa y fue la caricatura de primera p¨¢gina. Su editor franc¨¦s public¨® simult¨¢neamente tres libros, algo inusual para un desconocido. Francia le dio el bautizo internacional. Luego vino Alemania y Estados Unidos, donde su ¨¦xito fue arrollador. Bola?o alcanz¨® a ver que Susan Sontag le dedicaba una p¨¢gina en The New York Times elogiando su primer libro en ingl¨¦s, By night in Chile (Nocturno de Chile). Sol¨ªa decir que ese era el verdadero t¨ªtulo, De noche en Chile, que los gringos lo hab¨ªan encontrado, pues hab¨ªa tenido varios cambios de t¨ªtulo y ¨¦l nunca se sinti¨® satisfecho (el primero que le puso fue Tormentas de mierda).
Lo que m¨¢s recuerdo de ¨¦l son sus largas llamadas telef¨®nicas para hablar sobre mil temas, casi siempre literatura pero tambi¨¦n cine o f¨²tbol. Su voz cascada, al tel¨¦fono, regresa a m¨ª con frecuencia. Una noche me llam¨® desde un hotel de Venecia y cuando le pregunt¨¦ qu¨¦ diablos hac¨ªa ah¨ª, respondi¨®: ¡°Soy la t¨ªpica imagen del poeta latinoamericano: mi esposa con tisis arrullando a la beb¨¦ reci¨¦n nacida que llora, mi hijo con problemas de adolescencia y yo encerrado en el ba?o intentando acabar un poema¡±. Otro d¨ªa me dijo: ¡°La verdadera obra maestra debe pasar desapercibida y esto te lo puedo demostrar, pero no ahora, tengo que salir¡±. Bola?o sali¨® y nunca escuch¨¦ sus argumentos. Muri¨® en la noche entre el 14 y el 15 de julio de 2003. Ten¨ªa s¨®lo 50 a?os.
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