¡°Yo tambi¨¦n soy un producto de Televisa¡±
Fabrizio Mej¨ªa desnuda en su novela ¡®Naci¨®n TV¡¯ la historia de tres generaciones al frente de Televisa, la principal televisi¨®n mexicana
Los domingos por la ma?ana, el peque?o Fabrizio Mej¨ªa (Ciudad de M¨¦xico, 1968) se sentaba en el sal¨®n de casa frente a la televisi¨®n y pr¨¢cticamente no hac¨ªa otra cosa en todo el d¨ªa. Primero ve¨ªa En Familia con Chabelo, protagonizado por el famoso c¨®mico mexicano. Despu¨¦s, Siempre en domingo, un espacio de variedades conducido por Ra¨²l Velasco que estuvo 29 a?os en antena. Durante tres d¨¦cadas, este programa fue la m¨¢quina de crear estrellas: cantantes, famosos e ¨ªdolos juveniles tocados por la varita m¨¢gica de Televisa. Todos esos personajes que ve¨ªa Mej¨ªa en la pantalla ahora son los protagonistas de su nuevo libro, Naci¨®n TV (Grijalbo), una novela en la que Mej¨ªa desgrana la historia del gigante de la televisi¨®n mexicana, sus relaciones con los gobiernos del PRI y sus partes m¨¢s oscuras.
¡°Yo tambi¨¦n soy un producto de Televisa, como toda mi generaci¨®n. No hab¨ªa otra cosa que ver y fue parte de nuestra educaci¨®n¡±, explica Fabrizio Mej¨ªa sentado el sof¨¢ de su casa, el lugar desde el que escribe sus novelas. En la mesa frente a ¨¦l, un tomo de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, en este caso tambi¨¦n un referente para su libro porque ?qu¨¦ escribe Fabrizio Mej¨ªa? ?Realidad o ficci¨®n? ¡°Lo que cuento en el libro es verdad. Es una novela, s¨ª, pero responde a una fuerte tradici¨®n de narrar en Am¨¦rica Latina: contar un hecho ver¨ªdico de una manera art¨ªstica o literaria. Como Ricardo Garibay, como Truman Capote o el mismo Javier Cercas¡±. Para construir esta historia, el escritor ha hecho un enorme trabajo de documentaci¨®n que incluye entrevistas y la lectura de casi un centenar de libros y reportajes que aparecen desgranados en la bibilograf¨ªa final.?
No hab¨ªa ning¨²n hecho pol¨ªtico en el que no tuvieran algo que ver. Y a¨²n se pueden reconocer algunos"
En 200 p¨¢ginas de novela-realidad, Mej¨ªa hace un repaso a tres generaciones de la familia Azc¨¢rraga: Emilio Azc¨¢rraga Vidaurreta, aquel que concibi¨® la televisi¨®n como un medio para vender productos a las amas de casa; Emilio El Tigre Azc¨¢rraga Milmo, bajo cuyo mandato Televisa se transform¨® en la mayor empresa de televisi¨®n de Latinoam¨¦rica y las actrices de telenovelas se convirtieron en un modelo para las mexicanas; y el actual presidente, Emilio Azc¨¢rraga Jean. Es una historia de familia, de poder, de influencias pol¨ªticas, de drogas e incluso de pederastia. Con tramas ocultas dignas de cualquier novela mafiosa. No es casualidad que un tomo de El Padrino?- que tambi¨¦n es una de sus pel¨ªculas favoritas - descanse en el sof¨¢ desde el que Fabrizio Mej¨ªa responde a las preguntas.
Y como en las tramas mafiosas, en esta historia tambi¨¦n hay amenazas. ¡°Me llamaron por tel¨¦fono y me dijeron que tuviera cuidado. Tambi¨¦n se presentaron en la editorial unos tipos bastante oscuros que dijeron que ven¨ªan de Televisa y quer¨ªan revisar el texto¡±, explica Mej¨ªa. Dice que no tiene miedo, que pocas cosas pueden ser m¨¢s peligrosas que ser periodista en M¨¦xico y que ¨¦l ya pas¨® por eso. A pesar de que en su libro tambi¨¦n hay ¡°extra?os accidentes¡± como el de noviembre de 1965, cuando Fernando Diez Barroso muri¨® por un fallo de su avi¨®n. Estaba en el centro de una disputa por la l¨ªnea sucesoria de Televisa.?
¡°El poder de Televisa llegaba a todos los puntos de la sociedad mexicana, no hab¨ªa ning¨²n hecho pol¨ªtico en el que no tuvieran algo que ver. Y a¨²n se pueden reconocer algunos. El m¨¢s claro es la llegada de Pe?a Nieto al poder. ?l es una creaci¨®n de Televisa casado con una actriz de telenovelas¡±, explica Fabrizio Mej¨ªa.
Sin embargo, est¨¢ convencido de que esa influencia es m¨¢s d¨¦bil sobre los j¨®venes mexicanos. De hecho, as¨ª naci¨® este libro, cuando el autor vio c¨®mo en plena campa?a electoral, los j¨®venes de #yosoy132 protestaban frente a la sede de la empresa por la cobertura informativa. ¡°Pens¨¦ que esos chavos necesitaban que les contaran la historia de un gigante que est¨¢ perdiendo su poder. Este libro es una especie de despedida de la televisi¨®n monop¨®lica y todopoderosa¡±.
"Televisa nos ense?¨® de qu¨¦ nos ten¨ªamos que re¨ªr, influy¨® en nuestra educaci¨®n sentimental y adopt¨® un papel en contra de la transici¨®n pol¨ªtica"
Al final, el relato de Fabrizio Mej¨ªa tambi¨¦n se ha convertido en una explicaci¨®n para su propia generaci¨®n y para ¨¦l mismo. ¡°Nos ense?aron de qu¨¦ nos ten¨ªamos que re¨ªr, al implantar ese humor blanco y sin iron¨ªa, como el de Chespirito y Chabelo. Tambi¨¦n influy¨® en nuestra educaci¨®n sentimental al mostrarnos esa imagen de la mujer, la historia de la Cenicienta que se repet¨ªa en cada novela. Desempe?aron un papel en contra de la transici¨®n democr¨¢tica al tomar partido y usar los noticieros como un arma de propaganda. ?No nos dejaron ni el f¨²tbol!". Mej¨ªa defiende que hasta el deporte estaba intoxicado por el poder de la televisi¨®n: "La construcci¨®n del Estadio Azteca no tiene nada que ver con el deporte sino con la retransmisi¨®n televisiva y la publicidad¡±.
El peligro de revisar a fondo aquello que siempre diste por bueno es que puedes descubrir que era mentira. Aquel Fabrizio ni?o se re¨ªa a carcajadas con la P¨¢jara Peggy, una especie de gallina amarilla con falda, fan¨¢tica del cantante mexicano C¨¦sar Costa. En el libro, Mej¨ªa cuenta c¨®mo el personaje que daba vida a la P¨¢jara Peggy era uno de los encargados de introducir la coca¨ªna que en los setenta se consum¨ªa en los plat¨®s de Televisa. ¡°Nunca habr¨ªa podido imaginar que un personaje de la infancia tendr¨ªa que ver con los grandes jefes del narcotr¨¢fico de la ¨¦poca. A mis 45 a?os ha sido como perder la inocencia¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.