Boix, el fot¨®grafo perdido
El fotoperiodista es identificado como autor de 800 im¨¢genes an¨®nimas de 1936
El fot¨®grafo Francesc Boix (Barcelona, 1920-Par¨ªs, 1951) fue un breve h¨¦roe de tr¨¢gicos sobresaltos. Exiliado solitario con 18 a?os, su padre fue liberado en 1942 de una c¨¢rcel franquista para morir; perdi¨® el contacto con la familia, fue de diversos campos de concentraci¨®n franceses a una compa?¨ªa de trabajadores extranjeros forzados, capturado por los nazis, llevado a Mauthausen donde ocult¨® 2.000 negativos sobre la barbarie con los que se inculp¨® a los jerarcas nazis en los juicios de Nuremberg (identific¨® all¨ª al arquitecto Speer como visitante del campo) y muri¨® de tuberculosis en 1951 en Par¨ªs medio mal visto por los comunistas (?qu¨¦ debi¨® haber hecho para poder salir vivo de ah¨ª?).
Ayer, la vida de Boix dio otro brinco azaroso: una mezcla de suerte, perseverancia, solidaridad y ciencia permiten afirmar que es el autor de unas 800 im¨¢genes de la Guerra Civil, que constituyen el Fondo Argelers. Las instant¨¢neas han permanecido en el anonimato hasta ahora y fueron salvadas hace cuatro meses de una subasta por Internet por la Comisi¨®n de la Dignidad, asociaci¨®n que ha litigado por el regreso a Catalu?a de los papeles de Salamanca, y a trav¨¦s del micromecenazgo los adquiri¨® por 7.500 euros.
Cuando se hizo p¨²blico el hallazgo se difundi¨® la foto de una pareja, un capit¨¢n republicano y su prometida, pens¨¢ndose que pod¨ªa ser el fot¨®grafo; la mujer parec¨ªa llamarse Maria Fabregat. Entre las llamadas recibidas, una persona los identific¨® como sus abuelos. Aport¨® una copia: eran Ventura Pau y Montserrat Sureda. Como Pau escribi¨® unas memorias, ten¨ªa en el reverso un texto mecanografiado: era del 2 de junio de 1938 en Vilanova de Mei¨¤ cuando de la secci¨®n femenina de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) fueron al frente a entregar una senyera a los soldados. La imagen, dec¨ªa la nota, fue tomada ¡°por el fot¨®grafo de la 30? Divisi¨®n, Francesc Boix¡±.
A esa pista se a?adieron dos m¨¢s: un combatiente del frente del Segre reconoci¨® en otra a Maria Fabregat como su cu?ada: estaba en la sede de las JSU, donde trabajaba de secretaria y habr¨ªa comentado que por ah¨ª corr¨ªa un fot¨®grafo llamado Boix... Casi en paralelo, de entre los negativos que m¨¢s r¨¢pido se descompon¨ªan, Ricardo Marco, de la asociaci¨®n Fotoconnexi¨® que investiga el material, trat¨® con urgencia uno y descubri¨® al dirigente comunista Gregorio L¨®pez Raimundo abrazado a un jovenc¨ªsimo miliciano: de nuevo, Boix.
Los 1.380 negativos estaban en tres cajas de metal y madera. En las primeras, unas 600 im¨¢genes de Barcelona entre 1931 y 1935: Francesc Maci¨¤ en las elecciones de 1931 y 1932; los Fets d¡¯Octubre de 1934; monumentos de Montju?c; playas barcelonesas... En la de madera, las casi 800 de guerra, del frente de Arag¨®n hasta el Segre. La mayor¨ªa estaban envueltas en papel con notas a l¨¢piz o ten¨ªan anotaciones en papeles adjuntos. Una prueba caligr¨¢fica ratific¨® que las de guerra estaban escritas por Boix, pero las de la ciudad, siendo muy parecidas, pertenec¨ªan a una persona mayor: su padre, Bartomeu Boix, sastre amante de las fotos. Es l¨®gico pensar que las im¨¢genes sean suyas por la tem¨¢tica (era filoanarquista) y porque el hijo ten¨ªa entre 11 y 15 a?os en el momento.
?Por qu¨¦ llevaba Boix encima esas instant¨¢neas de su padre? ¡°Parece una selecci¨®n de rincones y de hechos hist¨®ricos de Barcelona¡±, lanza Josep Cruanyes, portavoz de la comisi¨®n, quiz¨¢ un legado memorial¨ªstico gr¨¢fico para quien marcha solo al exilio. Pero alguien que a los 16 a?os ya trabaja para la revista Juliol del JSU y que no teme ir al frente, si bien por edad no se le debi¨® dejar acercarse mucho a primera l¨ªnea, lo que explicar¨ªa que parte de sus im¨¢genes reflejen la vida de retaguardia de la divisi¨®n.
En una foto de Robert Capa de marzo de 1939 sobre refugiados republicanos de tr¨¢nsito entre Argel¨¨s y Le Barcar¨¨s se ve a Boix con una maleta, quiz¨¢ con esos negativos. Se debi¨® deshacer de ella cuando los trabajos forzados. Quiz¨¢ la dej¨® a alguien de confianza o, antes, a un oficial franc¨¦s del campo de Argel¨¨s. No se supo de su contenido hasta que en julio de 2010 sali¨® a subasta en Barcelona por 27.000 euros. No encontr¨® comprador. Luego, reflot¨® en Internet.
Las im¨¢genes, cuando est¨¦n restauradas y sean expuestas en Bilbao y en Catalu?a, ser¨¢n donadas al Archivo Nacional de Catalu?a por la comisi¨®n, que as¨ª ha evitado un nuevo caso Agust¨ª Centelles, a pesar de que la Generalitat declin¨® adquirir el fondo. Ser¨¢ un futuro m¨¢s tranquilo que el del propio Boix: el fin de la concesi¨®n administrativa de su tumba en un cementerio de Par¨ªs amenaza ahora con dar con sus restos en una fosa com¨²n.
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