Trapicheo en el Estrecho

Ha dejado atr¨¢s la angustiosa y claustrof¨®bica celda de 10 metros cuadrados y se ha lanzado a mar abierto. Han ca¨ªdo las paredes de la c¨¢rcel y ha buscado el aire libre y la m¨¢s resplandeciente de las luces del sur de Espa?a. Pero la adrenalina no ha desaparecido. Tampoco la angustia. En el estrecho de Gibraltar, en esa frontera del sur de Europa donde, a lo largo de 14 kil¨®metros, se cruzan las situaciones de riesgo con el enriquecimiento f¨¢cil, las patrulleras con los helic¨®pteros y las lanchas r¨¢pidas con los cargamentos de hach¨ªs y hero¨ªna, ha situado Daniel Monz¨®n (Palma de Mallorca, 1968) su nueva pel¨ªcula, El Ni?o,ya en fase de montaje y que tiene previsto su estreno el a?o pr¨®ximo.

Producci¨®n m¨¢s que ambiciosa para los tiempos que corren, con casi siete millones de euros de presupuesto, El Ni?o promete convertirse en uno de los grandes t¨ªtulos de la pr¨®xima temporada. Tras un largo a?o de paralizaci¨®n del proyecto por los problemas financieros de Telecinco, que cuando estaba ya todo a punto retras¨® el rodaje, hoy Daniel Monz¨®n vuelve a sonre¨ªr. Pero la verdad es que no es dif¨ªcil arrebatar la sonrisa ni el optimismo a este realizador que con su anterior pel¨ªcula, Celda 211, cosech¨® un enorme ¨¦xito ¡ªocho premios Goya, entre ellos mejor pel¨ªcula, director, guion adaptado y actor protagonista; 13 millones de euros recaudados y m¨¢s de dos millones de espectadores¡ª. Atr¨¢s ha quedado la decepci¨®n inicial tras el anuncio de Telecinco de que el rodaje deb¨ªa aplazarse. Todo estaba preparado, el equipo, las localizaciones, los actores. La euforia dej¨® paso a la incertidumbre y la frustraci¨®n. Parec¨ªa que el mundo se ven¨ªa abajo. Tantos y tantos meses de trabajo junto al guionista Jorge Guerricaechevarr¨ªa, tantos viajes al sur de Espa?a para contar la realidad de esos chavales que se ponen a traficar con lanchas r¨¢pidas entre Marruecos y Espa?a, seguidos de cerca por las fuerzas de seguridad del Estado... Pero Daniel Monz¨®n no es hombre que se venga f¨¢cilmente abajo. Ahora, sentado en una terraza del centro de Madrid, tras la primera jornada de montaje de El Ni?o, recuerda su primera sensaci¨®n de disgusto para r¨¢pidamente sobreponerse y admitir de manera clara: ¡°Tampoco viene mal tomar conciencia de que todo en la vida es voluble, de que la rueda de la fortuna nunca deja de girar y, a veces, te puede aplastar. Ven¨ªa de un gran ¨¦xito con Celda 211, premios y p¨²blico, pero me demostr¨® que eso no significaba que todo iba a ser f¨¢cil. Si encajas los reveses de la vida te haces m¨¢s fuerte¡±.

Monz¨®n hizo caso omiso a los cantos de sirena que le llegaban de Hollywood ¡ªle llovieron propuestas millonarias tras Celda 211¡ª y decidi¨® que su quinto largometraje deb¨ªa estar en el sur de Espa?a, en esa frontera de dos continentes que es el estrecho de Gibraltar, en ese coladero enorme del narcotr¨¢fico, un mar infestado de lanchas r¨¢pidas, motos de agua, barquitas de pescadores, avionetas. ¡°Es una especie de supermercado, de barra libre, en el que los medios que tienen los cuerpos de seguridad del Estado, la Guardia Civil, la Vigilancia Aduanera y la Polic¨ªa Nacional son muy limitados, y en el que el narcotr¨¢fico, con la crisis y m¨¢s en esa zona de la frontera entre Marruecos y Espa?a, ha aumentado mucho, aunque, en realidad, es una cultura milenaria que viene de lejos¡±.

El Ni?o es no tanto una aproximaci¨®n al mundo de la droga, sino a unos personajes que se mueven en universos enfrentados y que viven cada d¨ªa una aventura en carne propia, en el trapicheo de la droga y en el disfrute del sol y el mar, en el contraste fronterizo entre el lujo y la pobreza, en un mundo plagado de tentaciones. Supone el reencuentro de Daniel Monz¨®n con Luis Tosar, tras el ¨¦xito de Celda 211. ¡°Para m¨ª es uno de los mejores actores europeos. Aqu¨ª me ha vuelto a demostrar su valent¨ªa porque ha aceptado un papel no protagonista, en el que ha optado por el camino m¨¢s arriesgado e hipn¨®tico, que es una interpretaci¨®n sutil y sin t¨®picos, llena de detalles, un terreno en el que muchos actores no se atreven a entrar¡±, explica. Y lo mismo pasa, advierte, con el resto de los int¨¦rpretes, Eduard Fern¨¢ndez, Sergi L¨®pez, B¨¢rbara Lennie y el brit¨¢nico Ian McShane. Todos ellos, un lujoso plantel de secundarios para arropar al gran protagonista, El Ni?o, interpretado por Jes¨²s Castro, y su compa?ero, El Compi, papel que hace Jes¨²s Carroza.

No fue f¨¢cil encontrar a El Ni?o. Fueron miles los adolescentes que pasaron por el tamiz de las directoras de casting de la pel¨ªcula, Yolanda Serrano y Eva Leira. Hasta que apareci¨® Jes¨²s Castro, un joven de Vejer de la Frontera de 19 a?os que nunca hab¨ªa conducido ni un coche ni una lancha, y que nunca se hab¨ªa puesto delante de una c¨¢mara. ¡°Madre de Dios, esto es real, esto existe¡±, lanz¨® un grito Daniel Monz¨®n cuando le presentaron el v¨ªdeo. Luego, todo fue a mejor. Por lo que cuenta entusiasmado el realizador, parece que lo que ha encontrado es un verdadero tesoro. ¡°Tiene una fotogenia extraordinaria, la c¨¢mara le quiere de una manera incre¨ªble. Es una mezcla de chuler¨ªa, ternura e inocencia dif¨ªcil de encontrar. Todas las escenas de acci¨®n, incluso las m¨¢s peligrosas, las ha hecho ¨¦l, rechazando la intervenci¨®n de especialistas. No sab¨ªa conducir y ha manejado el coche haciendo unos trompos incre¨ªbles. El manejo de la lancha, a 60 nudos, lo ha realizado sin inmutarse, aun teniendo a un helic¨®ptero de la polic¨ªa a un par de metros escasos persigui¨¦ndole en alta mar. Su personaje es un joven inocente e introvertido que quiere hacerse el duro¡±, explica Monz¨®n, mientras Luis Tosar no tiene reparos en compararle con Steve McQueen...

Fueron meses y meses de investigaci¨®n y centenares de entrevistas las que realizaron Monz¨®n y Guerricaechevarr¨ªa en el sur de Espa?a. A cada viaje una nueva vuelta de tuerca al guion y m¨¢s cambios. Todo para acercarlo a la realidad de esa zona conocida como la Puerta Sur de Europa, un fluir constante de mercanc¨ªas, gente, cultura e idiomas, un lugar lleno de contrastes, desde las urbanizaciones m¨¢s lujosas hasta los barrios m¨¢s deprimidos. Han conocido la historia de primer¨ªsima mano. Se han visto con los chavales que se meten a traficar como si fuera una aventura, un juego exorbitante de mucho, mucho dinero, pero tambi¨¦n con los polic¨ªas reales que se ven constantemente sometidos a grandes sobornos, a suculentas tentaciones. ¡°Hemos huido de los discursos moralistas y nos hemos centrado en una historia de aventuras, de puro entretenimiento, muy golosa de ver, de disfrutar, con toques de comedia, solo que habla de un marco, el del narcotr¨¢fico en el Estrecho, y una situaci¨®n que invita a reflexionar¡±.

No ha sido un rodaje f¨¢cil. Ya lo sab¨ªan Daniel Monz¨®n y el resto de su equipo, el mismo que le acompa?¨® en Celda 211. Todas las escenas de acci¨®n han sido tan reales ¡ªno ha habido ning¨²n doble ni especialista¡ª que las hipotermias, las fiebres y los moratones de los miembros del equipo han sido constantes. Monz¨®n se ha subido a una gr¨²a de 70 metros en Algeciras y se ha escondido con botas de agua y chaleco salvavidas entre los fardos de una lancha r¨¢pida que navegaba a 60 nudos, bajo la ¨²nica luz de la luna, y con la potente linterna de un helic¨®ptero de la Polic¨ªa Nacional, tambi¨¦n real y pilotado por el capit¨¢n Luis Bard¨®n, 25 a?os al frente de este aparato, persigui¨¦ndoles a un par de metros escasos.

De momento, la aventura ya se ha quedado en el mar, donde se ha rodado un tercio de la pel¨ªcula, y en tierra, en las decenas de localizaciones entre Espa?a y Marruecos. Las escenas mar¨ªtimas del Estrecho fueron rodadas en realidad en las aguas algo m¨¢s pl¨¢cidas de la playa de los Genoveses, en Almer¨ªa, un lugar con menos tr¨¢nsito de barcos y menos contaminaci¨®n lum¨ªnica. All¨ª es donde Monz¨®n ha buscado esos resquicios de la realidad que tanto le gustan y en los que a¨²n hay margen para la aventura. ¡°Soy como un perro olfateando. Encontramos el escenario, nos ilustr¨®, nos inspir¨® y bebimos de ¨¦l. Fue el propio escenario quien nos ha ido dictando el estilo¡±, asegura el realizador, quien ya ha dejado atr¨¢s el v¨¦rtigo que le produjo todo lo ocurrido en torno a Celda 211. ¡°Hice Celda porque me interes¨® la historia y me dediqu¨¦ en cuerpo y alma a ella. Ahora he buscado otra historia que me apasiona igual. Es la ¨²nica manera que tengo de funcionar. Lo que es rid¨ªculo es pretender conseguir o escalar en el ¨¦xito externo, porque se puede convertir en una trampa de la que seguro no sales airoso. Mi objetivo no es perseguir un ¨¦xito, sino hacer un cine que me apasione, para transmitirlo a mi equipo y, m¨¢s tarde, al espectador¡±.

De lo que s¨ª est¨¢ orgulloso Monz¨®n es de enfrentarse a un proyecto tan ambicioso, en estos tiempos de tanto low cost. Ni la crisis ¡ª¡°eterna en nuestro cine¡±¡ª ni la brutal subida del IVA menoscaban el optimismo de este realizador, que ya se prepara para hacer una largu¨ªsima lista de agradecimientos en los t¨ªtulos de cr¨¦dito de El Ni?o. ¡°Tendr¨¢n que ser nombres falsos, tanto los de los delincuentes que nos han ayudado como los de los polic¨ªas y guardias civiles. Todos nos recibieron con los brazos abiertos y all¨ª estar¨¢ reflejada su verdad¡±.