Mala gente, los pol¨ªticos...
Total, 500.000 eurillos a nombre de mi Rosal¨ªa, que era una forma de blanquear pasta bien elegante
Estaba yo muy contento esa noche, que todav¨ªa saboreaba el gran momento del susto de Arenas. As¨ª que cuando se quedaron vac¨ªos me pas¨¦ por todos los despachos menores ¡ªcon los mayores ya me atrever¨ªa en su momento¡ª y me puse a cantar. Para ver el efecto. Venga de pasodobles, rancheras, bolerazos¡ hasta me atrev¨ª con la copla cuando entraba de nuevo en el despacho de Arenas: ¡°Bien pag¨¢, me llaman la bien pag¨¢¡¡±.
Iba a salir rumbo al de Floriano, cuando de pronto me fij¨¦ en un cuadro de la pared de la derecha. Moderno, quer¨ªa representar una cabeza inclinada¡ No sab¨ªa el qu¨¦, pero me recordaba algo¡ una cabeza, una cabeza¡ ?Tate! El Cristo de Borja y su restauradora. Fue mencionar la palabra restauradora, y un mundo se me vino encima, que hay que ver qu¨¦ mala suerte tuve, con lo bien pensado que ten¨ªa yo de los cuadros y tuvimos que ir a dar con la Isabel Mackinlay esa, que me dej¨® en el juzgado como una bayeta. La culpa la tuvo el tal Patricio Bel, que para qu¨¦ tuve que fiarme de ese abogado, argentino, por m¨¢s se?as, aunque viniera muy recomendado por Sanch¨ªs. Lo de las empresas uruguayas me lo mont¨® bien, la verdad, que logr¨® salvar la presi¨®n y all¨¢ que aparec¨ªan, como hongos, que si Tesedul, que si otras en Panam¨¢¡
Pero con la Mackinlay ¡ªtiene nombre de whisky de malta, le dije a Bel¡ª me mont¨® una del carajo. Que la cosa de encontrar un pintor o una pintora, que siempre est¨¢n con una mano delante y otra detr¨¢s, soltarles 1.500 d¨®lares y decirles que hab¨ªan comprado cuadros por valor de 500.000 euros tampoco parec¨ªa tan complicado, le grit¨¦ a Bel, que vaya un in¨²til.
¡ªLe dije de todo a la mina, che, don Luis, vos sab¨¦s... Me vas a hacer mierda, le dije, me fund¨ªs para toda la vida¡ Y nada.
Con el trabajo que me hab¨ªa costado inventarme los t¨ªtulos de los cuadros, unas tablas del siglo XV de autor desconocido, escrib¨ª para los papelillos, La Circuncisi¨®n del Ni?o y La Presentaci¨®n del Ni?o en el Templo, que no me digan que no eran un primor. Total, 500.000 eurillos a nombre de mi Rosal¨ªa, que era una forma de blanquear pasta bien elegante, incluso de favorecer la cultura, que en una de esas, los muertos de hambre se compran con los 1.500 d¨®lares unos pinceles buenos y unos tubos de pintura fet¨¦n y lo mismo te sale un botero, que creo que es de por all¨ª¡
Y es que el negocio sal¨ªa redondo con una cuenta sencilla. A ver, ?cu¨¢ntos pa¨ªses hay en Am¨¦rica Latina? Como veinte, si no me equivoco, que quito Cuba, que no interesa. S¨²male los del Caribe, que si Antigua y Barbuda, Bahamas, Islas Caim¨¢n, San Crist¨®bal y Nieves, San Vicente y las Granadinas¡ Una gente encantadora, adem¨¢s, que les llevas la pasta y oye, que te la guardan con una buena cara¡ Total, treinta, cuarenta cuadros, y cada uno por medio kilo. Luego ven¨ªa ?frica, mogoll¨®n de pa¨ªses, y las islas de Ocean¨ªa¡ Y todo por el Bel, maldita sea su estampa, que Ruz lo caz¨® al vuelo, el t¨ªo¡
Iba a contarle al corp¨®reo c¨®mo lo llevaba, que ya casi estaba preparado para atacar bastiones m¨¢s altos, pero me interrumpi¨® nada m¨¢s empezar. Estaba como una moto y no pude cortarle.
¡ªEstoy ocupad¨ªsimo, oye, que aqu¨ª en Soto es que soy un h¨¦roe, t¨²¡ Me he acercado a un grupo de colegas y les he dicho, muy buenas tardes tengan ustedes, soy Luis B¨¢rcenas, un m¨¢rtir de esta justicia vomitiva que tenemos, ya ven ustedes, meterme a m¨ª en la trena. A m¨ª.
Yo ve¨ªa que los colegas asent¨ªan, Luis, que les he impresionado, con esta cabeza de pr¨®cer que luzco y estas maneras que me gasto, don de gentes, ya sabes¡ Los presidentes de Bankia y Novagalicia, Madoff, en fin, gente que tenemos este gancho natural, as¨ª que segu¨ª hablando con ellos.
¡ªYa ven, amigos ¡ªporque puedo llamarles amigos, ?verdad?¡ª como si hubiera hecho algo¡ que es que a cualquier cosa le llaman ahora delito. No s¨¦ ustedes por qu¨¦ est¨¢n aqu¨ª, seguro que por alguna nimiedad, pero lo m¨ªo son unas comisiones de nada, que lo que pasa es que uno es un emprendedor y eso molesta¡
¡ªDiga usted que s¨ª, don Luis, una injusticia¡ Cosas de los pol¨ªticos, que son todos unos cabrones, que se llevan la pasta y nos tienen a todos jodidos, me dec¨ªan.
¡ªQu¨¦ me van ustedes a contar, les he contestado con una sonrisa de suficiencia. Ac¨¦rquense, ac¨¦rquense, les he animado: si yo les dijera algunas de las cosas que he visto¡ Por cierto, voy a poner ahora un poquito de picar en la celda, nada, cosas muy normalitas, un poco de jam¨®n, un queso muy rico que me traen de Cantabria y un riojita guapo, guapo¡ Oye, y tengo una camisa de Dior que a ti te puede venir de muerte¡
Iba a decirle que tuviera cuidado pero se me adelant¨®:
¡ªY t¨² no te preocupes, que ya me ha dicho D¨ªaz Ferr¨¢n que lo tiene todo controlado, que le ha estado dando vueltas a un negocio¡ Pero un negocio de verdad, no te vayas a creer¡ T¨², a lo tuyo, a asustar. Y qu¨ªtate ese abrigo, que lo me lo tienes hecho un asco¡
<NO1>taba yo muy contento esa noche, que todav¨ªa saboreaba el susto de Arenas. ?Qu¨¦ momento! As¨ª que me fui de paseo por todos los despachos menores -con los mayores ya me atrever¨ªa en su momento- y me pon¨ªa a cantar. Para ver el efecto. Venga de pasodobles, rancheras, bolerazos¡ hasta me atrev¨ª con la copla cuando entraba de nuevo en el despacho de Arenas: "Bien pag¨¢, me llaman la bien pag¨¢¡"
Iba a salir rumbo al de Floriano, cuando de pronto me fij¨¦ en un cuadro de la pared de la derecha. Moderno, quer¨ªa representar una cabeza inclinada¡ No sab¨ªa el qu¨¦, pero me recordaba algo¡ una cabeza, una cabeza¡ ?Tate! El Cristo de Borja y su restauradora. Fue mencionar la palabra restauradora, y un mundo se me vino encima, que hay que ver qu¨¦ mala suerte tuve, con lo bien pensado que ten¨ªa yo de los cuadros y tuvimos que ir a dar con la Isabel Mackinlay esa, que me dej¨® en el juzgado como una bayeta. La culpa la tuvo el tal Patricio Bel, que para qu¨¦ tuve que fiarme de ese abogado, argentino, por m¨¢s se?as, aunque viniera muy recomendado por Sanch¨ªs. Lo de las empresas uruguayas me lo mont¨® bien, la verdad, que logr¨® salvar la presi¨®n y all¨¢ que aparec¨ªan, como hongos, que si Tesedul, que si otras en Panam¨¢¡
Pero con la Mackinlay -tiene nombre de whisky de malta, le dije a Bel- me mont¨® una del carajo. Que la cosa de encontrar un pintor o una pintora, que siempre est¨¢n con una mano delante y otra detr¨¢s, soltarles 1.500 d¨®lares y decirles que hab¨ªan comprado cuadros por valor de 500.000 euros tampoco parec¨ªa tan complicado, le grit¨¦ a Bel, que vaya un in¨²til.
-Le dije de todo a la mina, che, don Luis, vos sab¨¦s, Me vas a hacer mierda, le dije, me fundes para toda la vida¡ Y nada.
Con el trabajo que me hab¨ªa costado inventarme los t¨ªtulos de los cuadros, unas tablas del siglo XV de autor desconocido, escrib¨ª para los papelillos, La circuncisi¨®n del Ni?o y La Presentaci¨®n del Ni?o en el Templo, que no me digan que no eran un primor. Total, 500.000 eurillos a nombre de mi Rosal¨ªa, que era una forma de blanquear dinero bien elegante, incluso de favorecer la cultura, que en una de esas, los muertos de hambre se compran con los 1.500 d¨®lares unos pinceles buenos y unos tubos de pintura fet¨¦n y lo mismo te sale un Botero, que creo que es de por all¨ª¡
Y es que el negocio sal¨ªa redondo con una cuenta sencilla. A ver, ?cu¨¢ntos pa¨ªses hay en Am¨¦rica Latina? Como veinte, si no me equivoco, que quito Cuba, que no interesa. Pues eso: veinte cuadros. Pero es que s¨²male los del Caribe, que si Antigua y Barbuda, Bahamas, Islas Caim¨¢n, San Crist¨®bal y Nieves, San Vicente y las Granadinas¡ Una gente encantadora, adem¨¢s, que les llevas la pasta y oye, que te la guardan con una buena cara¡ Pues eso, treinta, cuarenta cuadros, Y luego, ?frica, que son un mogoll¨®n de pa¨ªses, y las islas de Ocean¨ªa¡ Y todo por el Bel, maldita sea su estampa, que Ruz lo caz¨® al vuelo, el t¨ªo¡
Iba a contarle al corp¨®reo c¨®mo lo llevaba, que ya casi estaba preparado para atacar bastiones m¨¢s altos, pero me interrumpi¨® nada m¨¢s empezar. Estaba excitad¨ªsimo y no pude cortarle.
-Estoy ocupad¨ªsimo, oye, que aqu¨ª en Soto es que soy un h¨¦roe, t¨²¡ Me he acercado a un grupo de colegas y les he dicho, muy buenas tardes tengan ustedes, soy Luis B¨¢rcenas, un m¨¢rtir de esta justicia vomitiva que tenemos, que ya ven ustedes, meterme a m¨ª en la trena. A m¨ª.
Yo ve¨ªa que los colegas asent¨ªan, Luis, que les he impresionado, con esta cabeza de pr¨®cer que luzco y estas maneras que me gasto, don de gentes, ya sabes¡ Los presidentes de Bankia y Novagalicia, Madoff, en fin, gente que tenemos este gancho natural, as¨ª que segu¨ª hablando con ellos.
-Ya ven, amigos -?por qu¨¦ puedo llamarles amigos, verdad?-como si hubiera hecho algo¡ que es que a cualquier cosa le llaman ahora delito. No s¨¦ ustedes por qu¨¦ est¨¢n aqu¨ª, seguro que por alguna nimiedad, pero lo m¨ªo son unas comisiones de nada, que lo que pasa es que uno es un emprendedor y eso molesta¡
-Diga usted que s¨ª, don Luis, una injusticia¡ Cosas de los pol¨ªticos, que son todos unos cabrones, que se llevan la pasta y nos tienes a todos jodidos, me dec¨ªan.
-Qu¨¦ me van ustedes a contar, les he contestado con una sonrisa de suficiencia. Ac¨¦rquense, ac¨¦rquense, les he animado: si yo les dijera algunas de las cosas que he visto¡ Por cierto, voy a poner ahora un poquito de picar en la celda, nada, cosas muy normalitas, un poco de jam¨®n, un queso muy rico que me traen de Cantabria y un riojita guapo, guapo¡ Oye, y tengo una camisa de Dior que a ti te puede venir de muerte¡
Iba a decirle que tuviera cuidado pero se me adelant¨®:
-Y t¨² no te preocupes, que ya me dicho D¨ªaz Ferr¨¢n que lo tiene todo controlado, que le ha estado dando vueltas a un negocio¡ Pero un negocio de verdad, no te vayas a creer¡ T¨², a lo tuyo, a asustar. Y qu¨ªtate ese abrigo, que lo me lo tienes hecho un asco¡
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.