Un tr¨ªptico magistral

En su muy temprana Epidemic (1987), Lars von Trier, interpretando a un director de cine en pleno proceso creativo, afirmaba que una pel¨ªcula ten¨ªa que ser como una piedrecita en el zapato: su funci¨®n no deber¨ªa ser la de masajear la planta del pie (y, por extensi¨®n, el alma), sino espolearla (tanto la planta del pie como el alma) con una sutil y persistente incomodidad. El cine del austriaco Ulrich Seidl podr¨ªa ser una perfecta ilustraci¨®n de esta teor¨ªa.

El toque Seidl ofrece una personal variaci¨®n sobre esa tendencia nacional (Thomas Bernhard, Elfriede Jelinek, Michael Haneke) a utilizar el arte para formular preguntas tan pertinentes como agresivas. En la trilog¨ªa Para¨ªso ¡ªuna alternativa monumental al blockbuster veraniego¡ª, el cineasta ofrece la m¨¢xima depuraci¨®n de su arte y, lo que es m¨¢s importante, obliga a sus seguidores a revisar y poner en cuarentena muchas de las ideas recibidas sobre su po¨¦tica: el autor acusado de mis¨¢ntropo y tremendista se revela aqu¨ª un humanista libre de auto-enga?os, capaz de capturar con precisi¨®n todos los matices y ambig¨¹edades de figuras y realidades tremendamente problem¨¢ticas. Es cierto que el uso de actores no profesionales que casi se interpretan a s¨ª mismos en este desolador, pero human¨ªsimo, tr¨ªptico puede alentar reproches ¨¦ticos, desde el momento en que la crueldad y un humor esquinado no est¨¢n completamente ausentes de la propuesta, pero la balanza acaba inclin¨¢ndose a favor de estas criaturas fr¨¢giles, aut¨¦nticos despose¨ªdos en el sistema de valores del Primer Mundo. Porque, s¨ª, en efecto, Ulrich Seidl es aqu¨ª tanto la divorciada de mediana edad que disfruta (es un decir) del turismo sexual en Kenia como la integrista religiosa que sue?a con que Austria vuelva a ser estado confesional, mientras se fustiga ante un mudo crucifijo. Y, por supuesto, tambi¨¦n es la preadolescente obesa enamorada de su m¨¦dico en el infierno as¨¦ptico de un campamento diet¨¦tico.

La c¨¢mara de Seidl parece haber encontrado el punto exacto para contemplar todas esas realidades desde la g¨¦lida atalaya de una objetividad desestabilizadora: planos generales a media altura que convierten la pantalla en un escenario teatral, donde la tristeza y el desamparo an¨ªmico forman extra?as simetr¨ªas sobre fondos de espartano interiorismo. Un punto de vista que abandona al espectador a su suerte: nadie tiene claro si re¨ªr o llorar en esta habitaci¨®n con vistas al infierno cotidiano. Cuando, en ocasiones, esos cuerpos despose¨ªdos de todo glamur se abandonan a cierto extrav¨ªo sensual, la c¨¢mara de Seidl se contagia puntualmente de su dinamismo y abandona su posici¨®n insistentemente est¨¢tica.

Las protagonistas de las tres entregas de Para¨ªso est¨¢n unidas por v¨ªnculos familiares y sus peripecias vacacionales son simult¨¢neas y establecen v¨ªas de comunicaci¨®n entre las diversas entregas ¡ªa trav¨¦s de llamadas telef¨®nicas desatendidas o de la particular suerte de una mascota¡ª. El gran tema de la trilog¨ªa es el fracaso de cada uno de esos tres personajes a la hora de medirse con el concepto que preside su personal relato: la imposibilidad de encontrar el amor a trav¨¦s del sexo mercenario ofrecido por vamp¨ªricos da?os colaterales del colonialismo y el capitalismo terminal, de mantener la fe cuando todo es hostil y las plegarias no son atendidas y de conservar la esperanza cuando la felicidad (o su apariencia) est¨¢ tras una l¨ªnea moral infranqueable. Las secuencias del cumplea?os y de la clim¨¢tica ¡ªaunque, literalmente, anticlim¨¢tica¡ª noche de sexo en el hotel de Para¨ªso: amor, el juego de slapstick cruel entre la protagonista de Para¨ªso: fe y su marido inv¨¢lido musulm¨¢n, as¨ª como el contradictorio gesto final que cierra la pel¨ªcula, y la manera astuta con que Seidl frustra en Para¨ªso: esperanza las expectativas de sus espectadores ¡ªm¨¢s sedientos de transgresi¨®n de tab¨²es que de la conmovedora verdad que sostiene la pel¨ªcula¡ª son algunos de los puntos fuertes de un conjunto ambicioso y ejemplar: la conquista de un tono en el cine de ficci¨®n de Seidl, una lecci¨®n magistral de c¨®mo mirar la otredad sin paternalismos, ni condescendencia, pero, tambi¨¦n, el mayor acontecimiento cin¨¦filo de nuestra cartelera veraniega.

Para¨ªso: amor se estrena este viernes 16 en salas y en filmin.es; Para¨ªso: fe, el 23 de agosto, y Para¨ªso: esperanza, el 30 de agosto.