Hallar la verdad en fotogramas
Franco Finocchiaro es un joven cineasta peruano que filma cortometrajes y documentales
Aunque solo se vea a dos en el coche ¡ªRivera y Rodrigo, padre e hijo, adulto y muchacho¡ª, el desgastado autom¨®vil que apenas puede con su alma de chatarra lleva a tres pasajeros. Marina es la viajante invisible, una ausencia que invoca el silencio de los dos hombres que aguardan su regreso. A eso van, a recogerla al aeropuerto, pues vuelve a su vida muchos a?os despu¨¦s de una desaparici¨®n de la que siempre han ignorado los motivos. Rodrigo se piensa como hacer una pregunta hasta que al final la dispara, en r¨¢fagas entrecortadas: ¡°Pap¨¢¡ ?Mam¨¢ y t¨² est¨¢is¡ separados¡ o divorciados?¡±. Esta es una de las primeras secuencias de Educaci¨®n f¨ªsica, un mediometraje de veinte minutos dirigido por Franco Finocchiaro (Lima, 1989) realizador de ficci¨®n y documentalista que ha sido seleccionado por este trabajo para la serie Se busca talento.
La acci¨®n de este corto de veinte minutos se desarrolla cinco a?os antes de que su director naciera. 1984. A?o de Orwell y de una huelga muy intensa en el sector educativo de Per¨², en el clima de violencia de los atentados de Sendero Luminoso, la organizaci¨®n terrorista y comunista del Ayacucho, y la incapacidad de las democracias dictatoriales para contener esta amenaza. ¡°Mis padres son relativamente j¨®venes y fueron marcados por esa d¨¦cada monstruosa de terrorismo y crisis econ¨®mica en el Per¨²¡±, explica Finocchiaro. Pero tambi¨¦n hay una vertiente en esta obra que se inspira en su propia experiencia como estudiante y que defini¨® que el protagonista fuera un profesor de gimnasia: ¡°Me inspir¨¦ en profesores de educaci¨®n f¨ªsica que vi en mi colegio. Ninguno en particular. Ve¨ªa un maltrato hacia ellos, una subestimaci¨®n de su trabajo¡±.
El amor de Finocchiaro por el cine tiene padres muy diversos: Stallone y Truffaut. Al primero le debe una ¡°borrosa y on¨ªrica¡± primera vez en la butaca. Por la escena que recuerda, ¡°Stallone colgando de una piedra en una monta?a a demasiados metros de altura", la pel¨ªcula deb¨ªa de ser M¨¢ximo riesgo (1993), una violenta cinta de acci¨®n de enorme ¨¦xito que recaud¨® casi 200 millones de euros. Pero lo que le hizo querer ser cineasta fue el juego de espejos entre la ficci¨®n delante de la c¨¢mara y lo que ocurre detr¨¢s que film¨® Truffaut en La noche americana. Con 14 a?os, el joven aficionado decidi¨® que ese ser¨ªa su futuro, estar detr¨¢s de la c¨¢mara.
Pero aparte de Truffaut, Kiarostami y Kubrick o el amor por El pr¨ªncipe y el mendigo de Mark Twain, uno de tantos libros que ley¨® en la biblioteca de sus abuelos que nadie visitaba porque se dec¨ªa que viv¨ªa en ella un fantasma, su pa¨ªs es una influencia constante en el trabajo de este director. Para bien y para mal. ¡°Per¨² es un pa¨ªs que huye de su identidad. Es un pa¨ªs bombardeado por lo externo. Sobre todo Lima, donde hay una convergencia de culturas bastante fuerte¡±, subraya Finocchiaro. ¡°El arte en el Per¨² ya es sabido desde hace tiempo que es dif¨ªcil conseguir financiaci¨®n y poder exhibirlo. Ya estamos acostumbrados a trabajar mucho para conseguir algo¡±.
Per¨² es un pa¨ªs que huye de su identidad; bombardeado por lo externo"
Con tres documentales a sus espaldas ¡ªLas piedras florecidas (2011), La terrible karavana (2013) y El enigma Liz¨¢rraga (2014), este ¨²ltimo en postproducci¨®n¡ª y dos cortometrajes ¡ªEducaci¨®n f¨ªsica y Lima Lezama (2013)¡ª, Franco Finocchiaro se plantea ya el gran salto: el largometraje. Aunque con cautela. ¡°Desde hace casi un a?o que vengo escribiendo un guion poco a poco. Creo que un largometraje es algo muy importante y quiero estar seguro de mi historia¡±. De momento, se conforma conque su presencia en EL PA?S ayude a situar al pa¨ªs andino en el mapa del s¨¦ptimo arte. ¡°Que se sepa que en el Per¨² hay nuevos cineastas, que hay una nueva generaci¨®n con nuevas tem¨¢ticas y estilos. Y no solo en Lima, sino en todo en toda la naci¨®n¡±.
Liz¨¢rraga, leyenda del Per¨²
Franco Finocchiaro ama el documental. En su debut en solitario en este g¨¦nero, Las piedras florecidas, inspir¨® en un art¨ªculo de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez publicado en EL PA?S: Viendo llover en Galicia. El segundo, La Terrible Karavana, retrataba el underground musical de lima siguiendo la gira de sus bandas. Y en el tercero, el cineasta quiere poner en su lugar a una figura, a su juicio, legendaria de Per¨²: Agust¨ªn Liz¨¢rraga, el pionero del Machu Picchu.
"No podr¨ªa decir exactamente qu¨¦ es, pero uno sabe que idea seguir. Hay algo dentro, algo que hace que esa idea se vuelva personal y no puedas dejarla", afirma Finocchiaro, que encontr¨® en este escalador una de esas ideas que arraigan. "La historia me resulto tan incre¨ªble que sabia que tenia que realizar una investigaci¨®n sobre ella. Al llegar a Cuzco y luego de finalizar el rodaje, con todo el equipo nos dimos cuenta que est¨¢bamos en lo cierto". Perseguir esa idea hab¨ªa merecido la pena.
Aunque a¨²n no tenga t¨ªtulo, el cineasta, que se encuentra en plena postproducci¨®n de este documental, conf¨ªa en que su relato fascine a los espectadores tanto como a ¨¦l y que contribuya a que la historia de Liz¨¢rraga, su nombre y sus proezas, sean recobradas para la historia del Per¨².
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.