Es que me da verg¨¹enza, dec¨ªa el presidente

Unos golpes en la puerta sacaron a Cospedal de sus cavilaciones.

¡ª?Que llega el presidente y quiere que los re¨²nas a todos!

Se dio el gustazo de llamarlos de uno en uno.

¡ªJavier, ?sube a la sala de reuniones! ?Ahora mismo!

¡ªCarlos, ?sube¡­!

Llevaba el presidente varios d¨ªas d¨¢ndonos la matraca con que no quer¨ªa ir al Congreso. Que al final fue, se trag¨® el sapo y sali¨® como pudo de aquella comparecencia, que si fin de la cita, que si fue un error ¡ªde a?os y a?os, a?ado yo¡ª y esas cosas, aunque de contar lo que hab¨ªa pasado estas d¨¦cadas con los maletines y la financiaci¨®n del partido, por ejemplo, no dijo ni p¨ªo, pero es lo que tiene la mayor¨ªa absoluta, que es como si te viniera Dios a ver. T¨² sales, dices lo que te da la gana, los tuyos se rompen las manos a aplaudirte y los otros se cabrean. Doble recompensa.

As¨ª que aquella ma?ana el presidente ven¨ªa a explicar si iba a comparecer. O no.

¡ªCompa?eros y amigos. Estamos atravesando unos momentos duros, una etapa dif¨ªcil en el transcurrir de nuestro gran partido.

Silencio.

¡ªY son momentos duros porque estamos atravesando una etapa complicada en el transcurrir de nuestro partido.

Silencio.

¡ªY esa etapa dif¨ªcil se debe a que atravesamos unos momentos dif¨ªciles¡­

Algo debi¨® ver el presidente en la cara de sus colaboradores.

¡ª¡­ Por la acci¨®n, como sab¨¦is, de algunas gentes que desde posiciones que no quiero calificar est¨¢n diciendo cosas que tampoco quiero calificar.

Silencio.

¡ªY por esa raz¨®n, debemos admitirlo, nuestro gran partido atraviesa en estos momentos una etapa delicada.

Esperanza, que ese d¨ªa no hab¨ªa ido a cazar talentos porque ten¨ªa un horario flexible, fue la primera en hablar.

¡ªO sea, Mariano, que no vas a ir al Congreso¡­

¡ªBien. Me alegro que me interrumpas, como siempre, Esperanza, porque quiero que todos entend¨¢is mi honda preocupaci¨®n por esa actitud de determinadas personas que no quiero calificar que est¨¢n diciendo cosas que tampoco quiero calificar.

¡ª?Y? ¡ªpreguntaron todos, que aunque conoc¨ªan bien al presidente, bueno estaba lo bueno.

¡ª?No est¨¢ claro? ?De verdad quer¨¦is que os lo explique mejor? ?Es que no entend¨¦is nada? Vamos, que ni atado, que yo no voy al Congreso ni a rastras, que a m¨ª no me veis el pelo en aquel estrado, porque no quiero ir, que me da verg¨¹enza, que me voy a poner nervioso y se me va a notar¡­ que no voy, ea, que no voy¡­

¡ªClaro, campe¨®n, si no quieres ir, nosotros... ¡ªempez¨® a decir Arenas, que como era el m¨¢s veterano, y el m¨¢s pelota, para qu¨¦ ocultarlo, siempre hablaba el primero, pero enseguida se cort¨® porque el presidente hab¨ªa empezado a sollozar¡­

¡ª¡­ Ya me dir¨¦is con qu¨¦ cara salgo yo¡­ snif¡­ que como J. M. se ha quitado de en medio, a ver c¨®mo explico yo lo de los sobresueldos¡­ snif¡­ y por qu¨¦ nombr¨¦ al innombrable, que estuvo veinte a?os hablando de las cuentas con todos nosotros¡­ snif¡­ recibiendo a miles de t¨ªos con maletines llenos de pasta¡­ snif¡­

Nadie dec¨ªa nada, que el espect¨¢culo era tremendo y hasta a m¨ª estaba a punto de impresionarme¡­

¡ª¡­ Que vosotros no ten¨¦is que salir a dar la cara¡­ snif¡­ que hay que decir que no sab¨ªamos c¨®mo viv¨ªa el t¨ªo¡­ snif¡­ y que tampoco sab¨ªamos nada de lo del Yakovlev¡­ snif¡­ y de lo de los viajes¡­ snif¡­ y lo de¡­

¡ªPero, presidente ¡ªintervino Cospedal, por aquello de ser la secretaria general¡­

¡ªQue no voy, ya est¨¢, que no voy¡­ snif¡­ que ahora nos metemos en la calor¡­ snif¡­ agitamos Gibraltar¡­ snif¡­ y ya en septiembre se les olvida a todos lo de ese t¨ªo¡­ snif¡­ que tendr¨¢n que buscar trabajo, dinero para comer¡­ snif¡­ y sacar de entre las piedras la pasta para que los ni?os vayan al colegio¡­

Me interrumpi¨® el corp¨®reo, que ten¨ªa el don de la oportunidad.

¡ªLuisito, chico, a ver si puedes hacer llegar a Rosal¨ªa, a ver c¨®mo te apa?as, que a m¨ª me esp¨ªan las conversaciones, que se traiga unos cuantos sobres marrones¡­

¡ªEspera que te cuento, Luis ¡ªque cuando cog¨ªa carrerilla no hab¨ªa qui¨¦n le callara¡­.

¡ª¡­ Es que he establecido aqu¨ª en el trompo¡­

¡ª?El trompo?

¡ªLa trena, el maco, el trullo, que hay que explic¨¢rtelo todo, Luisito, que he montado, te dec¨ªa, un sistema de sobresueldos, para evitarnos los manguis, t¨² sabes, que esto crece no veas, que tambi¨¦n se han sumado unos rusos que hay por aqu¨ª¡­ oye, gente seria¡­ Pero es que yo sin sobres marrones es como si me faltara algo¡­

¡ªEscucha, Luis, escucha. Ahora mismo les est¨¢ diciendo Rajoy a todos que le cuesta horrores comparecer en el Congreso¡­

¡ª?Con que esas tenemos? Se va a enterar. A la siguiente fase, Luisito. Me voy a preparar m¨¢s carpetas, y t¨² ya sabes lo que tienes que hacer¡­

En ese momento vi que acababa Rajoy¡­

¡ªAs¨ª que no ir¨¦ al Congreso.

Silencio.

¡ªBueno, o s¨ª.

Ya saben que fue. A nada. Pero fue. Y eso que hab¨ªa llegado Arriola y le hab¨ªa dado fuerzas con profundos consejos¡­

¡ªNo te preocupes, presidente, que siempre que llueve, escampa, y en tiempos de tribulaci¨®n no hacer mudanzas¡­

¡ªCu¨¢nto sabes, Pedro, cu¨¢nto sabes¡­ Y sobre todo, ?qu¨¦ bien me conoces, rapaz¡­!

Me prepar¨¦ para la siguiente fase del plan. ?El mundo es de los valientes!, me anim¨¦ yo solo¡­