Islo Corrupto
Su nombre alude al comportamiento indigno de los que eran trasladados all¨ª, castigados por abusar de los poderes
La caracter¨ªstica principal de esta isla es que en realidad no es isla sino islo. Islo Corrupto, as¨ª figura en algunas cartas n¨¢uticas y en los raros mapas que la / lo incluyen. No sabemos si antes, en tiempos del Pleistoceno fue isla. Acaso islo fue siempre, desde sus or¨ªgenes primigenios, antes incluso de que los cataclismos geol¨®gicos cambiaran la faz del universo.
Por su nombre latino, Insulus Corruptus, era ya conocido en los tiempos remotos de los argonautas. Con tal designaci¨®n, me aseguran el doctor Pangensterer, de la universidad de Trapisonda, y el doctor M¨¢ximo de Tiertafuera, de la universidad de Megasonda, m¨¢ximos especialistas en islas, islotes e islarios ¡ªa quienes agradezco mucho desde esta p¨¢gina de EL PA?S las informaciones que me han proporcionado¡ª aparece en el Libro IV de Estrab¨®n, aunque probablemente ¨¦l no estuvo nunca en el tal Insulus ni siquiera lo avist¨® de lejos. Es probable que tomara las referencias de Posinoro o quiz¨¢ Polinoro o alg¨²n otro historiador o ge¨®grafo cuyos datos sobre el islo le parecieron de recibo y nota.
As¨ª podemos leer en la parte s¨¦ptima del estraboniano Libro IV, apartado tercero, que es posible que el Insulus deba su nombre de g¨¦nero masculino y no femenino ¡ªpuesto que femeninos son mayor¨ªa de territorios rodeados de mar por todas partes, en muchos de los idiomas de Europa, aunque eso no lo pod¨ªa saber todav¨ªa Estrab¨®n¡ª a lo escarpado de su naturaleza, a sus abruptas costas y a los viriles promontorios picudos de su interior, fruto de la orogenia alpina que se produjo durante el Cenozoico.
Quiz¨¢ tambi¨¦n se le conoc¨ªa por Insulus porque ser islo, masculino, y no isla, femenino, se aven¨ªa m¨¢s con los erectos escollos que lo circundan en un doble anillo como si la naturaleza hubiera querido prevenir a los navegantes incautos de los peligros y calamidades a que se ver¨ªan sometidos si por curiosidad exploratoria trataban de acercarse al lugar y no digamos si, desprevenidos, intentaban desembarcar en su ¨²nico puerto, una estrecha y l¨®brega ensenada y se aventuraban tierra adentro, puesto que el islo no solo era y sigue siendo peligroso por su abrupta costa sino tambi¨¦n, y tal vez m¨¢s, a causa de sus depredadores habitantes.
En cuanto a Corruptus, Estrab¨®n es mucho m¨¢s preciso y se?ala que el calificativo corrupto tiene que ver con la religatio ad insulam o destierro insular al que los romanos condenaban a los senadores corruptos. La palabra alude, en consecuencia, al comportamiento indigno de cuantos eran despachados hacia el tal islo y donde habr¨ªan de permanecer hasta la muerte, castigados por haber abusado de los poderes que les otorgaban sus cargos, haciendo de la estafa y del fraude una forma de vida tambi¨¦n entonces, igual que ahora. Aislados del resto de ciudadanos, no tendr¨ªan manera de conspirar ni de ejercer la corrupci¨®n, ni de dedicarse a negocios poco honestos.
Adem¨¢s, privados de los lujos a los que tan acostumbrados estaban, se les condenaba a tener que buscarse el sustento en un lugar tan inh¨®spito, lo que significaba emprender una obstinada lucha por sobrevivir en un medio hostil, en una naturaleza poco amable y en condiciones clim¨¢ticas muy duras, puesto que el islo, al contrario de lo que las islas femeninas suelen deparar incluso a los desterrados, era y sigue siendo de tierra yerma, sin apenas vegetaci¨®n y no contaba ni cuenta con m¨¢s agua que la que se puede recoger de las escasas lluvias. No hay caza y la pesca, aunque abundante, es arriesgada pues el mar bate con tanta fuerza que m¨¢s de uno fue arrastrado por las olas mientras esperaba que alg¨²n pez se quedara preso de su anzuelo. Cuenta Herobotio de Alicarnaso que en las ¨¦pocas en que el islo se vio m¨¢s poblado de corruptos estos acabaron por convertirse en antrop¨®fagos, devor¨¢ndose los unos a los otros.
Otra de las caracter¨ªsticas del islo es su movilidad. No se trata de una isla fija, anclada en el mar como suele pasar con el resto de islas, sino de un espacio flotante que circula por el oc¨¦ano. En la antig¨¹edad, como ocurri¨® con Delos, se dec¨ªa que tambi¨¦n J¨²piter lo hab¨ªa fijado frente a Roma para facilitar el traslado hasta all¨ª de los senadores corruptos, de los patricios prevaricadores, de los prestamistas indecentes, pero luego, tras la ca¨ªda del Imperio romano el islo no se qued¨® quieto y se fue desplazando lentamente por el Mediterr¨¢neo. A finales del siglo XX fue avistado muy cerca de Belice, un lugar muy congruente con los deseos de los corruptos, puesto que se trata de un para¨ªso fiscal.
A comienzos de este verano el Islo Corrupto ha podido ser avistado de nuevo por el Mediterr¨¢neo, muy cerca de Malta. Tal vez para cargar all¨ª mercanc¨ªa corrupta. A mediados de este mes, se encontraba a pocas millas n¨¢uticas de nuestras aguas territoriales. Si entra en ellas quiz¨¢ sea de nuevo posible utilizarlo con la misma finalidad con que lo hicieron los romanos, repobl¨¢ndola otra vez con los tantos corruptos, estafadores, prevaricadores como llenan nuestras c¨¢rceles a costa del erario p¨²blico, o sea, de todos nosotros. De este modo nos librar¨ªamos, por lo menos de su manutenci¨®n, oblig¨¢ndoles a subsistir por sus propios medios. Dadas las cualidades filantr¨®picas de todos ellos, no descarto que se convirtieran en antrop¨®fagos, como ya se?al¨® Herobotio de Alicarnaso, de sus muy corruptos antecesores.
Carme Riera es acad¨¦mica electa de la RAE. Su ¨²ltimo libro son sus memorias Tiempo de inocencia (2013).
Babelia
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