Tango para dos... del mismo sexo
El Festival y Mundial de Buenos Aires, que termina hoy, ha promovido este a?o los d¨²os de hombres y mujeres En la capital argentina se organizan seis eventos anuales con personas del mismo sexo
El tango retoma los pasos de finales del siglo XIX y comienzos del XX, cuando toda Buenos Aires lo bailaba y los varones del arrabal practicaban entre s¨ª para despu¨¦s impresionar a las mujeres. Parte de ese esp¨ªritu se ha revivido este a?o en el Festival y Mundial de Tango que ha promovido la participaci¨®n de parejas del mismo sexo.
En el evento, que termina hoy, participaron tres parejas de hombres y una de mujeres. Ya en 2010, el a?o en que Argentina aprob¨® el matrimonio gay, hab¨ªa participado una pareja de mujeres. Esta vez la actuaci¨®n de los cuatro d¨²os del mismo sexo acapar¨® la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n y puso en evidencia el fen¨®meno de que poco a poco un g¨¦nero musical en apariencia machista, por sus letras y porque es el bailar¨ªn el que conduce a la bailarina, se abre a la diversidad sexual.
la actuaci¨®n de los cuatro d¨²os del mismo sexo acapar¨® la atenci¨®n de los medios de comunicaci¨®n y puso en evidencia el fen¨®meno de que poco a poco un g¨¦nero musical en apariencia machista, por sus letras y porque es el bailar¨ªn el que conduce a la bailarina, se abre a la diversidad sexual
De todos modos, el llamado tango queer no es siempre sin¨®nimo de parejas gais o lesbianas sino de una danza en las que los roles no est¨¢n fijos. De hecho, de las cuatro parejas del mismo sexo que compitieron en el Mundial, algunas eran homosexuales, pero sin estar unidas por una relaci¨®n amorosa, mientras que la pareja de mujeres estaba formada por dos amigas heterosexuales. Ninguna de ellas lleg¨® hasta las finales, pero tampoco despertaron el rechazo del p¨²blico m¨¢s conservador.
¡°No era que en las ediciones anteriores estuvieran prohibidas las parejas del mismo sexo, pero se daba por sentado¡±, comenta Claudio Siufe, un enfermero que compiti¨® en el Mundial con Esteban Mioni, bailar¨ªn profesional y profesor. ¡°Pero esta vez quisieron innovar e hicieron un anuncio en Internet en el que dec¨ªan que se admit¨ªan¡±, a?adi¨® Siufe, de 41 a?os, que hace cinco se inici¨® en el tango, ocho meses atr¨¢s empez¨® a bailarlo con hombres y hace dos meses comenz¨® a dar clases. Siufe se apunt¨® como un gesto pol¨ªtico contra el alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, cuyo gobierno organiza el certamen, pero que se ha opuesto a las leyes de matrimonio gay e identidad de g¨¦nero. En la ficha de inscripci¨®n figuraban los casilleros de var¨®n y mujer, y Siufe protest¨® porque ¨¦l debi¨® anotarse en el sitio del g¨¦nero femenino. En el tango queer no se dividen los roles entre el var¨®n que conduce en el baile y la mujer que es llevada por ¨¦l, sino entre conductor y conducido.
Siufe y Mioni, de 26 a?os, no pasaron de la primera ronda del torneo, pero no les importa. ¡°Sab¨ªamos c¨®mo iba a ser esto¡±, cuenta el enfermero. ¡°Es un pa¨ªs machista, el tango es machista y el jurado tambi¨¦n lo es porque los tangueros son recontra (muy) machistas. Era la primera vez que bailaban varones y encima yo me puse tacos (tacones). Nos dijeron en la organizaci¨®n: ¡®?Pero vienen los dos con traje!¡¯. ¡®?Y qu¨¦ quieren? Desnudos no vamos a bailar¡¯, les respondimos. La gente gay baila como cualquier otra persona. Lo de los tacos fue muy bizarro, pero nos sirvi¨® para aparecer en la prensa y para empezar a dar clase en dos lados¡±, se entusiasma Siufe. ?l conf¨ªa que ahora los invitar¨¢n a m¨¢s milongas, aunque sea como ¡°atracci¨®n¡±.
En el tango queer no se dividen los roles entre el var¨®n que conduce en el baile y la mujer que es llevada por ¨¦l, sino entre conductor y conducido
En el mundo el tango queer est¨¢ extendido, pero ahora ha llegado al Mundial de Buenos Aires. En la capital argentina ya se han organizado seis festivales anuales de tango entre personas del mismo sexo. Adem¨¢s funcionan dos milongas queer y en otras m¨¢s se ha dejado de mirar de mala manera a las parejas de varones o mujeres, pero la discriminaci¨®n contin¨²a en muchos sitios.
¡°Muchos chicos bailan tango con otros chicos, pero no necesariamente por una cuesti¨®n sexual. A las chicas les pasa m¨¢s a menudo que bailan entre ellas¡±, cuenta Siufe. Es el caso de Marlene Heyman, de 31 a?os, y Luc¨ªa Christe, de 30, que empezaron a bailar juntas porque a veces ning¨²n var¨®n cumpl¨ªa con el ritual de sacarlas a la pista y entonces ellas se aburr¨ªan sentadas. Compitieron en el Mundial. ¡°Nosotras vamos a la milonga y la prioridad es bailar con varones, pero mientras haya una linda sensaci¨®n y el baile sea fluido, no importa qui¨¦n est¨¦ adelante¡±, opina Heyman, que dise?a zapatos de tango bajo la marca Taconeando y baila la m¨²sica de Buenos Aires y Montevideo desde hace siete a?os. Ella iba a poner un puesto en el festival y entonces pregunt¨® si pod¨ªa apuntarse con su amiga: ¡°Era un juego entre nosotras. Adem¨¢s, bailar con hombres te exige m¨¢s. Quer¨ªamos hacer algo diferente, con menos nervios que con un hombre, por placer, para disfrutarlo, hacer algo relajado¡±.
Muchos chicos bailan tango con otros chicos, pero no necesariamente por una cuesti¨®n sexual. A las chicas les pasa m¨¢s a menudo que bailan entre ellas
No es lo mismo el baile entre var¨®n y mujer que entre personas del mismo sexo, seg¨²n los que lo experimentaron. ¡°La sensualidad de la mujer nunca se va a igualar y tampoco el hombre debe querer igualarla¡±, opina Siufe, que recuerda que hace un siglo los varones practicaban entre s¨ª para despu¨¦s impresionar a las mujeres. ¡°Entre hombre y hombre cambia la pasi¨®n. Ya te conoc¨¦s con el otro, no te sorprende, es igual que vos, es como estar en un vestuario despu¨¦s de jugar al f¨²tbol. La mujer tiene una fragilidad diferente. Yo tuve que adaptarme a que me lleven, a una pelea de ri?a, pero me relaj¨¦ y no me incomod¨®, es como aprender a caminar. Tambi¨¦n es diferente llevar a un hombre. Abrazar a un hombre es como abrazar a un hermano, a un compa?ero, a alguien macizo, robusto, a alguien que no ten¨¦s que cuidar¡±, describe Siufe.
A Heymann y su compa?era les interesaba ¡°no perder la est¨¦tica de mujeres¡±. Las dos alternan los papeles de conductora y conducida. ¡°Yo s¨¦ c¨®mo marca el hombre (el baile) y c¨®mo nos hace hacer determinadas cosas. Hicimos algo improvisado, una abraza como hombre y como mujer¡±, cuenta la dise?adora de zapatos que ahora quiere tomar clases para conocer mejor el rol de conductor.
* Se ha suprimido una frase por una err¨®nea atribuci¨®n de orientaci¨®n sexual.
Babelia
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