El gran Houdini y las serpientes

La magia en televisi¨®n exige una dosis extra de credibilidad. Mientras espero la aparici¨®n de Por arte de magia, el nuevo programa del g¨¦nero ¨Cque no acaba de materializarse-, pienso que desde las entra?ables Manos M¨¢gicas y excluyendo alg¨²n truco espectacular de David Copperfield y la sorna de Tamariz los programas televisivos de magos solo me provocan bostezos. Ah, pero si hiciera un programa Houdini¡­

Comparto con Tamariz la veneraci¨®n por el gran Houdini ¨Cno en cambio su gusto en el vestuario-. El prestidigitador madrile?o me dijo que la magia favorita de la gente es el escapismo porque todos aspiramos a escapar de algo. A Harry Houdini no hab¨ªa quien lo mantuviera encerrado. Se zafaba de las esposas (!), de las camisas de fuerza, de las rejas y los ata¨²des, y de una saca de correos con candado. Lo lanzaban con grilletes al agua y se soltaba, el t¨ªo. Y adem¨¢s era un gran aviador. Y Lovecraft, que era amigo suyo, le hizo protagonista de un relato en el que lo precipitaban atado en un pozo junto a la Gran Pir¨¢mide en el que acechaba el cl¨¢sico horror muy adjetivado del escritor de Providence.

El cuento aparece ahora publicado en una selecci¨®n de textos de Houdini, C¨®mo hacer bien el mal (Capit¨¢n Swing, 2013), un conjunto heterog¨¦neo en el que el escapista escribe de sus t¨¦cnicas y retos, relata algunos de sus n¨²meros, explica trucos ¨Che tratado de seguir sus instrucciones para desatarme y casi me hernio- y ofrece consejos para magos (¡°los trucos con conejos siempre tienen ¨¦xito¡±). Pero lo que me ha apasionado y ha hecho aumentar a¨²n m¨¢s mi estima por Houdini es el cap¨ªtulo en el que muestra su inter¨¦s por las serpientes. Escribe sobre ¡°desafiadores de reptiles venenosos¡±, como Jack el V¨ªbora, y menciona que conoci¨® a una bella mujer que se dejaba morder en los escenarios por serpientes de cascabel. La maga permit¨ªa que un m¨¦dico tomara una muestra del veneno en la herida y se lo inyectara a un conejo que mor¨ªa indefectiblemente con gran agon¨ªa. Un truco con ¨¦xito, aunque no para el conejo.

Houdini recomienda para las mordeduras el remedio del general Cunynghame, comandante de tropas en Sud¨¢frica, que incluye ¡°administrar al paciente tanto brandy como admita¡±. Ah¨ª Harry se equivoca, pero no por eso dejo de suspirar pensando en lo que hubiera sido ver escapar al gran Houdini de los anillos de una gran serpiente.