Malaire
Hay que tener cuidado con el malestar. Empieza siendo malestar y luego es gripe, o fiebre, pero antes es malaire
Hay que tener cuidado con el malestar. Empieza siendo malestar y luego es gripe, o fiebre, pero antes es malaire. Ahora, perd¨®n, estamos a¨²n en el malaire. Este mediod¨ªa me dec¨ªan portavoces del malestar que no hay manera de entender la tele, ni de encenderla. Es malaire. Nadie se r¨ªe, nadie sonr¨ªe. De pronto, el humor (dec¨ªan) est¨¢ basado ¨²nicamente en la pol¨ªtica. No es risa, es rabia. Lamento, cabreo. Cuidado: el malaire da fiebre.
Las sociedades sin malaire se r¨ªen de otras cosas, tambi¨¦n. Aqu¨ª la risa la desata la pol¨ªtica. ?nicamente. Hacen los pol¨ªticos un servicio p¨²blico que cae del lado del humor. S¨®lo hay humor pol¨ªtico, o casi. Si ves El intermedio (La Sexta), el programa que prefiero, encuentras que casi todo termina produciendo risa, del Rey abajo. ?Y qu¨¦ pasa? No se trata solo del caf¨¦ con leche o de las otras desgracias que le ocurren a la haza?a nacional: es que todo, incluso lo m¨¢s serio, como lo que pasa en Catalu?a, cae en el bando del humor, y el pa¨ªs no para de re¨ªrse.
Y no es para re¨ªrse. A este pa¨ªs le ha dado un malaire. El malaire es cuando no sabes qu¨¦ te ha pasado, pero es tan grave lo que te ha ocurrido que no encuentras c¨®mo explicarlo. La tele, que es el epicentro de lo que se dice, tendr¨ªa que intervenir, no apoyar el malaire sino explicarlo. Est¨¢ este pa¨ªs lleno de gente que sabe, que ha estudiado; no son solo los periodistas, que es de lo que m¨¢s abunda, sino seres que tienen en sus curriculos la experiencia que a otros nos falta. Que TVE, o La Sexta, o Telecinco, o Antena 3, o cualquiera de los instrumentos que se presentan como la antenas que explican la realidad nacional, encuentren los instrumentos necesarios para que en lugar de risa, o cabreo, haya pensamiento, explicaci¨®n. Y que no haya gritos, ?es posible?
Vivimos en el oto?o de nuestro descontento; tuvimos una ilusi¨®n nacional, la transici¨®n, y ese s¨ªntoma falleci¨® en manos de todos nosotros. No se culpe a nadie, dec¨ªa el inolvidable Cort¨¢zar, pero se acab¨® esa ilusi¨®n que ahora es risa y olvido, malaire. Uno de los contertulios de ayer (un extreme?o) dec¨ªa que lo que pasa es que estamos bicheando, sobreviviendo. Las cosas se han puesto serias, dijo. Los dem¨¢s dijimos: ¡°Hombre, no exageres. Es solo un malaire¡±. Me parece que los que dijimos eso somos gentes que ve mucho la tele.
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