¡°Novelar lo que suceder¨¢ en El Cairo ser¨ªa contar lo que ya pas¨® en Argel¡±
El escrito argelino Yasmina Khadra presenta en Madrid su ¨²ltima novela sobre la experiencia colonial de su pa¨ªs
Otra vez a vueltas con la Argelia colonial. Cuando Yasmina Khadra, el m¨¢s prol¨ªfico y c¨¦lebre de los escritores argelinos franc¨®fonos, agarra un tema, no lo suelta hasta haberle consagrado varias novelas. Los ¨¢ngeles mueren por nuestras heridas (editorial Destino) es la ¨²ltima que acaba de publicar, casi simult¨¢neamente en Espa?a y en Francia, y est¨¢ de nuevo dedicada a la Argelia colonial en Or¨¢n, la ciudad donde creci¨®, aunque naci¨® en el S¨¢hara.
Lo que el d¨ªa debe a la noche, otra novela publicada en 2009 y adaptada al cine, tambi¨¦n transcurr¨ªa en la Argelia colonizada por Francia. ¡°Ah¨ª y en los 4.000 a?os de ocupaci¨®n que ha padecido Argelia est¨¢n las heridas que a¨²n no acaban de cicatrizar¡±, sostiene el autor.
¡°Para comprender a la Argelia de hoy en d¨ªa, para entender por qu¨¦ no despega, hay que remontarse a aquellos a?os¡±, explica Khadra durante una conversaci¨®n en el Instituto Franc¨¦s de Madrid. ¡°Argelia no logra deshacerse de su pasado colonial; muchos compatriotas tienen a¨²n mentalidad de colonizados¡±, se lamenta.
Yasmina Khadra, el seud¨®nimo femenino de Mohamed Moulessehoul, tiene a sus 58 a?os un recorrido como escritor de lo m¨¢s accidentado. Adopt¨® ese nombre en la d¨¦cada de los noventa, cuando era militar y alternaba la lucha armada contra los terroristas islamistas con horas de escritura ¡°a veces hasta en las trincheras y en los helic¨®pteros¡±, recuerda. En 2000 abandon¨® el ej¨¦rcito y se dedic¨® de lleno a la literatura, al principio con muchas dificultades y ahora cosechando ¨¦xitos. EL PA?S fue el primer diario que desvel¨® que detr¨¢s de ese alias femenino se escond¨ªa un militar a¨²n en activo.
En los frescos de la Argelia colonial que pinta Khadra hay siempre ¡°un personaje transversal¡± cuya biograf¨ªa profesional o sentimental ¡°le permite navegar entre las comunidades ¡ªcolonos franceses, inmigrantes espa?oles, argelinos y unos pocos jud¨ªos¡ª que se codeaban¡± entre las dos guerras mundiales en la segunda ciudad argelina.
Esta vez el protagonista de Khadra es Turambo, cuyo nombre recuerda al del gran poeta franc¨¦s del XIX Arthur Rimbaud. Su fuerza al golpear con el pu?o izquierdo le convertir¨¢ en un exitoso boxeador que a lo largo de su carrera atravesar¨¢ las capas sociales y se enamorar¨¢ sucesivamente de tres mujeres, su prima, una prostituta y, finalmente, Louise, una francesa, hija del empresario que le contrat¨®.
¡°El boxeador es un pretexto; el objetivo es contar toda una ¨¦poca¡±, asegura Khadra. El periodo hist¨®rico est¨¢ marcado por la gran pobreza en la que viven los argelinos y al racismo que padecen. ¡°Es nuestro pa¨ªs, la tierra de nuestros antepasados, y se nos trata como extranjeros, como esclavos tra¨ªdos de la sabana¡±, se indigna uno de los personajes.
De la Argelia colonial Khadra va a dar pronto el salto a la de hoy en d¨ªa, la que alcanz¨® la independencia hace medio siglo, pero eso no significa que vuelva a describir el terrorismo como en Lo que sue?an los lobos o El oto?o de las quimeras, ni tampoco que reaparezca su c¨¦lebre comisario, Brahim Llob, protagonista de varias novelas policiacas. ¡°El libro, que ya est¨¢ acabado, es una par¨¢bola alrededor del asesinato de una joven¡±, revela el autor. ¡°Me sirve para contar algunos de los males que sufre ahora Argelia como la corrupci¨®n, el tr¨¢fico de influencias¡±, a?ade. ¡°Ardo en deseos de que se produzca una renovaci¨®n de nuestros gobernantes¡±.
Durante a?os Khadra fue un escritor pegado a la actualidad de su pa¨ªs y, a trav¨¦s del terrorismo, a la de Afganist¨¢n, Irak, Israel y Palestina. La llamada primavera ¨¢rabe, malograda en varios pa¨ªses, deber¨ªa de haber supuesto para ¨¦l una nueva oportunidad de reengancharse a las convulsiones del mundo musulm¨¢n, pero no ha querido hacerlo.
¡°Me aflige y, a veces, me repugna lo que sucede en los pa¨ªses de mi entorno¡±, reconoce. ¡°No han aprendido las lecciones de la Argelia de los noventa¡±, que vivi¨® una guerra civil larvada, entre los terroristas y el Ej¨¦rcito, con decenas de miles de muertos. ¡°Crece la violencia, Al Qaeda se organiza y no va a soltar su presa. Los terroristas surgen en todas partes. Novelar lo que va a suceder en El Cairo ser¨ªa contar lo que ya pas¨® en Argel hace 20 a?os¡±, sentencia.
Yasmina Khadra no quiere volver 20 a?os atr¨¢s y tampoco quiere seguir residiendo m¨¢s en Par¨ªs. ¡°Nac¨ª en el S¨¢hara y soy un hombre del sol¡±, asegura. ¡°No quiero continuar viviendo en una ciudad de lluvia, con cielos bajos y transe¨²ntes estresados¡±, pero tampoco tiene la intenci¨®n de regresar a Or¨¢n. De ah¨ª que se haya comprado una casa en San Juan, en Alicante, la provincia espa?ola mejor comunicada con la ciudad argelina. ¡°En cuanto acabe mi misi¨®n en Par¨ªs [es tambi¨¦n director del centro cultural argelino] nos mudamos rumbo al sol¡±, anuncia.
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