¡°?Qui¨¦n diablos es Paul McCartney?¡±
La popularizaci¨®n de las canciones de la banda de rock m¨¢s famosa llega a trav¨¦s de publicidad, cine y televisi¨®n. Un mundo complejo de derechos y licencias

A m¨¢s de uno le temblaron las piernas. Cuando Sir Paul McCartney cerr¨® la ceremonia de los Grammy, Twitter estaba lleno de mensajes de adolescentes que hac¨ªan una pregunta ¡°?Qui¨¦n diablos es Paul McCartney?¡±.
Que el m¨¢s famoso de los componentes del m¨¢s famoso de los grupos de rock del siglo XX, una persona a la que Elvis Costello defini¨® como ¡°el ¨²nico m¨²sico que ha estado en la luna y ha conseguido volver¡±, sea un desconocido para muchos menores de 20 a?os es la consecuencia de una serie de decisiones.
Una est¨¢ relacionada con el formato f¨ªsico: los discos oficiales de los Beatles nunca han estado en eso que se conoce como serie media. En teor¨ªa un lanzamiento tiene un periodo de amortizaci¨®n econ¨®mica. Durante ese tiempo se vende con el precio de una novedad. Una vez acabada la tirada que se haya puesto en las tiendas, el ¨¢lbum queda descatalogado y solo es posible comprarlo de segunda mano. Pero si la demanda es continua, las sucesivas reediciones pasan a costar menos, alrededor de un 30% en la mayor¨ªa de los casos. Con el transcurso de los a?os este tanto por ciento de descuento va aumentando.
Cincuenta a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n, todos sus ¨¢lbumes siguen cobr¨¢ndose a precio de novedad
Pero en el caso de The Beatles esto no ha sido as¨ª. Cincuenta a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n, todos los ¨¢lbumes oficiales de los de de Liverpool siguen cobr¨¢ndose a precio de novedad, o casi. La demanda era tanta, se habla de 1.000 millones de copias vendidas, que nunca ha hecho falta tentar a los posibles nuevos clientes con una rebaja. El poder de la marca The Beatles es impresionante: 1, el recopilatorio que se lanz¨® en 2000, lleva 30 millones de copias vendidas.
Pero las nuevas generaciones no compran discos. As¨ª que ese no es el problema. Ellos lo escuchan en la radio, los menos. En m¨®viles, Internet, muchos. Pero sobre todo se popularizan las melod¨ªas que suenan en publicidad, en pel¨ªculas, series y videojuegos.
Y aqu¨ª entramos en el proceloso mundo de las licencias.
Es una larga historia. Los Beatles no son due?os de los derechos de sus canciones. Algo que ha dado lugar a situaciones curiosas: "Lo molesto es que tengo que pagar para tocar algunas de mis canciones. Cada vez que quiero cantar Hey Jude tengo que pagar ", declar¨® McCartney hace a?os.
El desprop¨®sito empez¨® antes de que fueran famosos. En 1963 Lennon y McCartney fundaron Northern Songs para gestionar el copyright de sus temas. El 50% de la empresa pertenec¨ªa a Dick James y Charles Silver, due?os de una editorial brit¨¢nica. El 10% a Brian Epstein, manager de The Beatles. El 40% restante, se repartieron a partes iguales entre Lennon, que ten¨ªa 23 a?os y McCartney, 21.
Tras su inclusi¨®n en el cat¨¢logo de iTunes vendieron dos millones de canciones y 450.000 ¨¢lbumes en una semana
A?os despu¨¦s confesaron que ni siquiera leyeron el contrato. Tras la muerte de Epstein en 1967 quedan en minor¨ªa en la empresa. A partir de aqu¨ª una serie de malas decisiones hicieron que los derechos de sus canciones acabaran en 1984 en manos de¡ Michael Jackson. En 2005 Sony compr¨® el 50% de los derechos a Jackson por 95 millones de d¨®lares. La empresa resultante se llam¨® Sony/ATV.
Hoy para emplear alguna de las canciones de los Beatles, un usuario necesita en la mayor¨ªa de los casos la aprobaci¨®n de Sony/ATV, la compa?¨ªa editorial, lo que significa los herederos de Michael Jackson. De EMI, el sello discogr¨¢fico, que ha sido recientemente devorado por Universal; de los dos Beatles supervivientes y de los herederos de los dos fallecidos. De la tramitaci¨®n y el papeleo se encarga generalmente Apple Corps, el conglomerado derivado de la discogr¨¢fica que fund¨® el grupo en los sesenta.
Una mezcla de f¨¦rreo control sobre los derechos, de reticencia hacia lo desconocido y el hecho de que era una mina de oro tal y como estaba establecido han impedido el acceso de las canciones del grupo a nuevos espacios.
En Internet, las canciones de los Beatles pueden encontrarse en iTunes. Pero cost¨®, no llegaron hasta noviembre de 2010. Batieron todos los r¨¦cords. En una semana vendieron dos millones de canciones y 450.000 ¨¢lbumes, seg¨²n fuentes de la compa?¨ªa. Pasaron dos a?os m¨¢s hasta que aparecieron en iTunes radio. Spotify no ha conseguido un acuerdo para que se oigan en streaming, aunque Pandora si lo hizo.
En publicidad, The Beatles son solo accesibles para gigantes. Cuando una multinacional compr¨® los derechos para usar Getting better en un anuncio ¨Cno la original, sino la canci¨®n interpretada por los brit¨¢nicos Gomez¨C, pag¨® un mill¨®n de d¨®lares por el t¨ªtulo y 100.000 m¨¢s a los interpretes. Y ni siquiera tras un acuerdo los propietarios de la compa?¨ªa bajan la guardia. Nike us¨® Revolution en 1987 a cambio de 250.000 d¨®lares de la ¨¦poca, y aun as¨ª la empresa deportiva fue denunciada por Apple por ¡°uso inadecuado de la canci¨®n¡±, gan¨® Nike.
Conseguir los derechos de una canci¨®n del cuarteto para una banda sonora es una labor tan ardua como cara. La serie Mad men pag¨® 250.000 d¨®lares por el derecho a usar Tomorrow never knows en un cap¨ªtulo. Lo habitual para cualquier otro grupo ser¨ªa una tercera parte de esa cantidad. Y al parecer tardaron varios a?os en conseguir los permisos pertinentes. Nunca antes se hab¨ªa usado una canci¨®n original del grupo en una serie de televisi¨®n.
Es dif¨ªcil que suenen en la peque?a pantalla. Conan O¡¯Brien us¨® en su show televisivo Lovely Rita para presentar a Tom Hanks. Los medios dijeron que se hab¨ªa pagado medio mill¨®n de d¨®lares. Pero la cadena NBC asegura que fueron solo 10.000 gracias a un acuerdo previo gen¨¦rico con Apple Corps.
La serie ¡®Mad men¡¯ pag¨® 250.000 d¨®lares por el derecho a usar ¡®Tomorrow never knows¡¯
En el cine es parecido. Good ol`freda, es un documental independiente de presupuesto m¨ªnimo sobre Freda Kelly, secretaria de los de Liverpool durante a?os. All¨ª sonaban cuatro temas de The Beatles. El director Ryan White, aseguraba que tard¨® un a?o y medio en conseguir los permisos y que lleg¨® un momento en el que pens¨® que ser¨ªa imposible que ni una sola canci¨®n llegase al montaje final. Apple Corps aprob¨® el uso, al parecer con una sustancial rebaja, por la especial relaci¨®n que un¨ªa a la protagonista del filme con el grupo.
Porque siendo justos, los herederos a veces permiten usar las canciones gratis por motivos variados. En 1988 se public¨® Sgt pepper knew my father, un recopilatorio ben¨¦fico en el que m¨²sicos de todo pelaje, de Wynton Marsalis a Wedding Present pasando por Sonic Youth versionaban las canciones de Sgt pepper?s.
Poca cosa en suma. Y eso que en 2010 hubo un ligero cambio de esta tendencia. Digamos que se ha abierto la mano. Por ejemplo con el espect¨¢culo del Circo del Sol, The Beatles love, o el videojuego The Beatles: rock band. Adem¨¢s se permiti¨® usar canciones del grupo como tono de llamadas para el m¨®vil y se pusieron a la venta juegos de mesa, Monopoly o Trivial Pursuit, dedicados exclusivamente a la banda.
?Y McCartney? Pues edita el 15 de octubre su nuevo disco. Desde el nombre, New, todo resulta muy contempor¨¢neo. La portada es obra de los dise?adores Rebecca and Mike; lo ha grabado con la ayuda de productores como Mark Ronson, el de Amy Winehouse, o Paul Epworth, que ha trabajado con Adele. Y el single se puede escuchar en la plataforma Soundcloud.
Y, sorpresa: Ha descubierto que la Ley de Derechos de Autor de EE UU de 1976 se?ala que las canciones escritas antes de 1978 se convierten en propiedad del compositor a los 56 a?os de su composici¨®n. Sir Paul ahora podr¨¢ reclamar la devoluci¨®n de los t¨ªtulos en cinco a?os, seg¨²n la prensa brit¨¢nica. El peri¨®dico The Sun citaba al respecto a una fuente sin especificar: "Paul ha estado echando humo durante d¨¦cadas. Es un asunto personal. Ahora va a recuperar lo que es suyo por derecho¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- The Beatles
- Paul McCartney
- Michael Jackson
- iTunes
- Grupos m¨²sica
- Discos m¨²sica
- Apple
- Series televisi¨®n
- Pel¨ªculas
- Industria discogr¨¢fica
- Programa televisi¨®n
- Propiedad intelectual
- Televisi¨®n
- Programaci¨®n
- M¨²sica
- Propiedad
- Legislaci¨®n cultural
- Empresas
- Derecho
- Pol¨ªtica cultural
- Econom¨ªa
- Medios comunicaci¨®n
- Cultura
- Comunicaci¨®n
- Justicia