La revoluci¨®n del microteatro se consolida en M¨¦xico
La sede de la franquicia espa?ola en el DF se convierte en referencia teatral en el c¨¦ntrico barrio de Santa Mar¨ªa la Ribera Han recibido casi 250 propuestas de reputados directores de la escena mexicana
Hace tres a?os Miguel Alcantud tuvo una idea genial. Ocup¨® un viejo prost¨ªbulo en pleno centro de Madrid y meti¨® a un pu?ado de actores para representar miniobras de 15 minutos ante una decena de espectadores api?ados en peque?os cub¨ªculos. La gente qued¨® tan encantada que el director decidi¨® abrir un nuevo burdel teatral en una antigua carnicer¨ªa. As¨ª naci¨® Microteatro por Dinero, el germen del exitoso formato?que sigue recibiendo cientos de propuestas teatrales y revitalizando el panorama teatral espa?ol. Tras las cr¨ªticas ditir¨¢mbicas, los premios recibidos y las decenas de miles de espectadores que han pasado por la sala, Alcantud decidi¨® licenciar el modelo de formato corto y exportarlo a otras ciudades del mundo. Ya hay microteatros funcionando en Madrid, Valencia, M¨¢laga, Miami y M¨¦xico y tienen alter-egos en marcha en Buenos Aires, Londres, Nueva York y Barcelona. Desde abril el p¨²blico de la gigantesca capital mexicana asiste incesantemente?al ¨¦xito madrile?o en versi¨®n chilanga. Las claves son las mismas: cercan¨ªa, diversi¨®n y calidad teatral. ¡°Pero sobre todo, calidad teatral¡±, puntualiza el fundador.
Elegimos Santa Mar¨ªa, porque es uno de los barrios m¨¢gicos de la ciudad: aut¨¦ntico, popular y tradicional¡±
Andrea Novelo, coordinadora de la sala
¡°En cada ciudad el microteatro tiene que tener una personalidad propia¡±, explica Alcantud, ¡°aqu¨ª en Madrid tenemos una vocaci¨®n urbana, abierta y acogedora, con un toque underground¡±. Si en la capital espa?ola escogieron la zona aleda?a a la Gran V¨ªa ¨Cverdadero eje del vicio capitalino-, en el DF no pod¨ªan quedarse cortos: ¡°Elegimos Santa Mar¨ªa la Ribera, porque es uno de los barrios m¨¢gicos de la ciudad: aut¨¦ntico, popular y tradicional¡±, cuenta Andrea Novelo, encargada de la sala. Aunque hace a?os la colonia era famosa por su peligrosidad ¡ªmuchos a¨²n la llaman Santa Mar¨ªa la ratera¡ª hoy es una zona privilegiada con una inmensa oferta cultural. ¡°Es una de las ¨¢reas de Latinoam¨¦rica con mayor concentraci¨®n de teatros, museos y centros culturales¡±, asegura Novelo, que dirige el experimento esc¨¦nico junto a su madre Alejandra Guevara.?
La sala mexicana poco o nada se parece a la madrile?a. La original se compone de un pasillo con cinco microescenarios estrechos en los que la gente se acomoda como mejor puede: sentados, apoyados en la pared o en los hombros del de al lado. En M¨¦xico se trata de una casa amplia y espaciosa con 13 habitaciones y un patio interior que dobla en tama?o al espacio madrile?o. "Aqu¨ª somos 20 millones de personas, tenemos que tener un poquito m¨¢s de hueco para todos¡±, bromean algunos espectadores. Las ¨²nicas condiciones que se pusieron desde Madrid fueron conservar las dimensiones de las salas y la duraci¨®n de las obras: 15 minutos en 15 metros cuadrados para 15 espectadores.
La esencia de lo micro
El microteatroes un formato teatral consistente en la representaci¨®n de una micro obra de duraci¨®n inferior a los 15 minutos para un n¨²mero m¨¢ximo de 15 espectadores, representado en un escenario con medidas inferiores a los 15 metros cuadrados.
Cada mes las obras giran en torno a una tem¨¢tica distinta, por ejemplo ¡°por dinero¡±, ¡°por sexo¡±, ¡°por celos¡±, pero con una absoluta libertad de estilo y planteamiento. En el microteatro se pueden ver comedias, dramas, teatro de marionetas, danza y hasta musicales. No se trata de performance ni de improvisaci¨®n. Los directores de la sala seleccionan los guiones y supervisan la calidad de los escogidos.
En el microteatro tambi¨¦n hay espacio para el p¨²blico infantil y para el p¨²blico adulto en sesiones golfas. Muchos entienden el microteatro frente al teatro m¨¢s convencional como el cortometraje al largometraje o el cuento a la novela.
El edificio, situado en la calle Robles 3 (al lado del metro Buenavista) se construy¨® en 1940, y seg¨²n algunos fue una antigua editorial y un punto de encuentro "de gente peligrosa": lo que en M¨¦xico se conoce como casa de seguridad. ¡°No estamos seguros de esto, pero ?c¨®mo te explicas que tenga esas min¨²sculas habitaciones tan separadas unas de otras y con una rejilla en cada puerta?¡±, cuenta Novelo con una pizca de humor negro. Si en Madrid el Microteatro naci¨® de un prost¨ªbulo, en el DF surgir¨ªa de los bajos fondos. Realidad o leyenda... poco importa. En todo caso es una iron¨ªa muy acorde con la realidad que vive parte del pa¨ªs.
La sensaci¨®n que uno tiene al entrar a uno de los cub¨ªculos puede resultar angustiosa, aunque para muchos ese es precisamente el chiste: el dramaturgo espa?ol Felix Sabroso asegur¨® que cuando uno entra al microteatro siente que va a hacer ¡°lo que se hace en un puticlub¡±. Los actores trabajan a cent¨ªmetros de los espectadores y en ocasiones se llega al contacto f¨ªsico, rebasando lo ¨ªntimo y lo pudoroso.
A pesar de las diferencias, la versi¨®n mexicana no tiene nada que envidiar a la madrile?a. En el patio se respira el mismo ambiente festivo de intercambio cultural. Muchos de los espectadores son artistas y actores que vienen a visitarse entre s¨ª y a proponer nuevas micropiezas (en septiembre la tem¨¢tica fue ¡°por sexo¡± y las siguientes ser¨¢n ¡°por tus muertos¡±, ¡°por venganza¡± y ¡°por tus vecinos¡±). Aunque no cuenta con un servicio de comida tan elaborado como el madrile?o, en M¨¦xico no pod¨ªan faltar las botanas nacionales en versi¨®n micro: los tamalitos, los chilines, las tortitas?y los mezcalitos. Debido a su gran tama?o, el local tambi¨¦n ha sido aprovechado como espacio art¨ªstico con exposiciones de fotos, pintura y escultura.
La calidad de las obras tampoco se queda corta. Al frente de las microhistorias hay varias caras conocidas del teatro y el cine mexicano. Por la sala han pasado directores y productores como Alberto Estrella, Charlie Gore, Marius Biegai e Ignacio Flores de la Lama y actrices como Laura de Ita, Alejandra Maldonado y Neyla Jaen. Destaca la minuciosidad con la que est¨¢n elaborados los escenarios. Cada cuarto nos traslada a un ambiente distinto y lleno de sorpresas. Una playa paradisiaca ¨Ccon arena real- en la que discuten dos mujeronas, un cuarto de ba?o en el que aparecer¨¢n muertos vivientes, una habitaci¨®n desastrada tras una gran juerga o simplemente la noche oscura iluminada por la luz azul de la luna. Todo cabe en solo 15 metros cuadrados.
El Microteatro del DF ha recibido casi 250 propuestas teatrales desde su apertura en abril y por ¨¦l han pasado m¨¢s de 6.500 espectadores. Escenas subidas de tono, esperpentos, comedias surrealistas y dramas lacrim¨®genos que vienen a confirmar que si algo no escasea en M¨¦xico, es la imaginaci¨®n, la energ¨ªa y las ganas de actuar. Solo el formato y la imagen de marca originaria perdura ¡ªuna extra?a mano que aborda una entrepierna femenina¡ª el resto es puro sabor teatral mexicano. Colorido, espinoso y picante como pocos.
Microteatro por dinero representa seis funciones diarias las tardes de jueves a domingo en la calle Robles 3 (metro y metrobus Buenavista) por 60 pesos (3,5 euros) la pieza con bebida incluida o 150 (8,6 euros) por 3 obras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.