¡®Top Chef¡¯ saca los cuchillos
La versi¨®n espa?ola del programa culinario m¨¢s exitoso de la historia se estrena hoy en Antena 3
?Hay ganas de otro programa de cocina en el prime-time? ?O acabaremos empachados de tantas prisas en los fogones y deseando no ver nunca m¨¢s una sart¨¦n en televisi¨®n? ?ste es el dilema que plantea el estreno de la versi¨®n espa?ola del show culinario m¨¢s importante de la historia de la televisi¨®n mundial, al menos en t¨¦rminos de audiencia: Top Chef.
El concurso, que se emite hoy a partir de las 22.40 en Antena 3, enfrenta a cocineros profesionales en un carrusel de pruebas a cual m¨¢s estresante. Tras nacer en Estados Unidos hace siete a?os, el formato ha viajado por todo el mundo y ha generado incontables secuelas en las que s¨®lo ha faltado un Top Chef Aventura en la Tercera Edad con cocineros octogenarios de acampada en el Gran Ca?¨®n. Sin embargo, ha costado que aterrizara en Espa?a porque, hasta hace muy poco, los avispados programadores locales pensaban que los espacios sobre comida que se sal¨ªan del modelo Argui?ano no eran capaces de cautivar a un p¨²blico masivo.
Puede que la experiencia de Esta cocina es un infierno (2006), abominable concurso culinario de Telecinco en el que Leticia Sabater, Ernesto Neyra o Bienvenida P¨¦rez guisaron a las ¨®rdenes de los chefs Sergi Arola y Mario Sandoval, no dejara demasiadas ganas de probar con el g¨¦nero. El maleficio de los programas gastron¨®micos, relegados a los mediod¨ªas en el modelo recetero o a los canales p¨²blicos en su versi¨®n cultural (v¨¦ase Un pa¨ªs para com¨¦rselo), no se rompi¨® hasta la irrupci¨®n de Alberto Chicote y su Pesadilla en la cocina, cuyo desfile de desprop¨®sitos humanos en forma de due?os y empleados de restaurantes arras¨® en laSexta. La confirmaci¨®n definitiva de que la cocina -o los circos montados alrededor de ella- s¨ª atrapa a los espectadores vino con Masterchef, un concurso de Televisi¨®n Espa?ola que empez¨® fatal pero se supo enderezar hasta convertirse en l¨ªder de audiencia.
Top Chef parte con la desventaja de que, en el fondo, su formato es muy similar al de este ¨²ltimo programa, por lo que el televidente puede sufrir cierto d¨¦j¨¤ vu. Al tratarse de cocineros profesionales, le costar¨¢ generar la potente empat¨ªa que produc¨ªan figuras tan cercanas como el ama de casa Maribel o el camarero Juan Manuel de Masterchef. Aunque seguro que presenciamos m¨¢s de un desastre, no ser¨¢ f¨¢cil que se reproduzca la catarata de platos de aspecto infame con la que tanto nos divertimos en el show de La 1.
Una de sus bazas es la competitividad extrema entre los cocineros que concursan
Ahora bien, Top Chef cuenta con sus bazas para triunfar. La m¨¢s obvia es la presencia como conductor de Chicote, un personaje con una mezcla de espontaneidad, franqueza, lengua larga y sensatez que funciona como un tiro en televisi¨®n. La qu¨ªmica con sus otros dos compa?eros de jurado, los chefs ?ngel Le¨®n y Susi D¨ªaz, ser¨¢ a buen seguro mayor que la existente entre sus colegas de Masterchef (claro que tener menos qu¨ªmica que la de Pepe Rodr¨ªguez y Jordi Cruz con Samantha Vallejo-N¨¢jera no est¨¢ contemplado por la ciencia). Aunque quiz¨¢ que les cueste alcanzar la complicidad, el entendimiento y las risas que hay entre el cocinero Tom Colicchio, la cr¨ªtico gastron¨®mico Gail Simmons y la presentadora Padma Lakshmi en la edici¨®n estadounidense. Despu¨¦s de 10 ediciones trabajando codo con codo, siempre dan la sensaci¨®n de ser un grupo cohesionado de amigotes a punto de irse a tomar unos vinos.
La lucha encarnizada entre los concursantes es otro de los puntos fuertes de Top Chef. En la versi¨®n estadounidense, temperamentales cocineros italianos han estado a punto de volar el plat¨® con la fuerza de su ira al perder un reto de pasta, apacibles chefs veganas han sacado al miura que habita en su corazoncito de tofu o el equipo en pleno ha votado por defenestrar a una cocinera charlatana incapaz de trabajar callada mientras todos intentan cortar pescado como neurocirujanos. En Espa?a se vivir¨¢n tensiones similares, porque el premio que se juegan los participantes ser¨¢ igual de determinante en su carrera profesional. Volar¨¢n cuchillos, y no precisamente para cortar patatas.
Adem¨¢s, es presumible que la cocina que veamos en Top chef sea m¨¢s interesante desde un punto de vista gastron¨®mico que la de sus predecesores de Pesadilla y Masterchef. Salvo Jes¨²s Almagro, jefe de cocina de Pedro Larumbe, ninguno de los concursantes tiene demasiado renombre, pero casi todos poseen la suficiente experiencia como para utilizar t¨¦cnicas poco vistas y obtener resultados apetecibles. Entre ellos hay cocineros que trabajan en restaurantes de prestigio como El Boh¨ªo, La Solana o El Mes¨®n de Do?a Filo, mientras que otros han recibido premios en sus comunidades aut¨®nomas. Tres prometen proporcionar grandes momentos televisivos: Eduardo S¨¢nchez, un cocinero del Ministerio de Defensa con un sorprendente parecido con Gru, mi villano favorito; Iv¨¢n Hern¨¢ndez, un chico muy modesto que ya se considera el mejor cocinero del mundo con 22 a?os, y Bego?a Rodrigo, cuyo aspecto de persona dura y autoexigente anuncia los necesarios malos rollos sin los cuales un reality no ser¨ªa un reality.
Por ¨²ltimo, la estrategia de apoyo al programa en internet tambi¨¦n huele a ¨¦xito en las redes sociales. Adem¨¢s de contar con la fuerza en las mismas de Chicote, Antena 3 ha contratado a dos tuiteros ilustres, El Hematocr¨ªtico y Noel Ceballos, para comentar Top chef en directo en Twitter y escribir su blog oficial en la web de la cadena. Ambos llevaron las dos primeras ediciones de ?Quien quiere casarse con mi hijo? a la cumbre de los trending topics, llegando a conceptualizar todo lo err¨®neo de sus personajes bajo la genial etiqueta de tr¨®spido. ?Ser¨¢n sus apreciaciones sobre Top chef igual de libres, brillantes y poco complacientes que entonces, ahora que trabajan para el programa? Otro enigma que se resolver¨¢ esta noche.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.