Los nuestros

No soy de los que cree que pueda haber un ministro de Hacienda cargado de resentimiento contra la gente del cine espa?ol y que dise?e los Presupuestos del Estado como una agresi¨®n para terminar con ellos. Aunque eso sucediera, ser¨ªa imposible que los altos representantes del Gobierno toleraran algo as¨ª. Y, por supuesto, en ¨²ltima estancia estar¨ªan los responsables del departamento de Cultura para impedirlo y hasta dimitir como medida de protesta ante lo que ser¨ªa un insulto hacia sus responsabilidades. Por todo eso, los Presupuestos reci¨¦n presentados son m¨¢s un ejemplo de mal c¨¢lculo, que convendr¨ªa analizar desde la frialdad de las cuentas y no desde el calor de batallas est¨¦riles. Es interesante detenerse sobre la r¨¦plica de esta situaci¨®n en otros pa¨ªses.

A pesar de la ligera subida del IVA con la que el Gobierno franc¨¦s trata de paliar la crisis viral en Europa, en ese contexto ha rebajado el impuesto a las entradas de cine del 7% al 5%. No es chocante en pa¨ªses como Francia, Estados Unidos, Jap¨®n y Corea, que se apoyan en las industrias culturales para sustentar su econom¨ªa nacional, las estimulan y las protegen porque conocen su trascendencia y proyecci¨®n de futuro. Los nuestros recurren a sobretasarlas y hasta incumplir los compromisos de pago, algo que bordea el sabotaje. Pero as¨ª no frenar¨¢n la sangr¨ªa que ha causado confiar la potencia econ¨®mica a los chiringuitos financieros, la expansi¨®n sin medida de la construcci¨®n y la oferta de sus ciudadanos como mano de obra barata a multinacionales extranjeras.

Entretenimiento y acci¨®n cultural son desvalijados por nuestro Gobierno econ¨®mico, quiz¨¢ porque conf¨ªan en que su futuro personal consistir¨¢ en sentarse en consejos de administraci¨®n de grandes empresas de construcci¨®n o energ¨¦ticas y tienden hacia ellas su esfuerzo de est¨ªmulo y subvenci¨®n mientras ocupan cargos estatales. Nada hay m¨¢s transparente que unos Presupuestos. La batalla del IVA que capitanea el ministro Montoro en lugar de aumentar los beneficios los ahoga. Las salas de cine en Espa?a entregan al Estado, solo en IVA, m¨¢s de 70 millones de euros. Contribuir a su cierre y desangrar la asistencia es suicida, y en la comparaci¨®n con los pa¨ªses de nuestro entorno, me temo que sonrojante.