Brasil: Un teatro iluminado
La tradici¨®n teatral brasile?a es joven, los primeros dramaturgos apenas se remontan al siglo XIX
Iluminado por el sol del nuevo mundo, tal como reza su himno, Brasil es hoy un pa¨ªs en el punto de mira, un gigante contradictorio donde conviven la desigualdad social y el crecimiento econ¨®mico, la belleza y el caos. Si apelamos a esa met¨¢fora de Brasil como un cuerpo, un organismo en mutaci¨®n, una de las mejores maneras de describir el teatro brasile?o contempor¨¢neo es compararlo a un veintea?ero, en estado de febril potencia y confusi¨®n, con intensas ambiciones y en perseverante b¨²squeda del camino.
La tradici¨®n teatral brasile?a es joven. Hay que tener en cuenta que nuestros primeros dramaturgos apenas se remontan al siglo XIX, cuando Martins Pena (1815-1848) era considerado el autor por excelencia, retratando con pericia la sociedad en clave de comedia y bajo los c¨®digos de la farsa. Pero el primer y m¨¢s grande dramaturgo singularmente nacional aparece en el siglo XX, y trae con ¨¦l una verdadera revoluci¨®n en la escena brasile?a: Nelson Rodrigues. En el centenario de su nacimiento, el a?o pasado, se desat¨® una fiebre de montajes de sus obras y decenas de versiones fueran llevadas a la escena por las mejores compa?¨ªas del pa¨ªs, sufragadas por un generoso fondo de dinero p¨²blico destinado espec¨ªficamente a este fin.
El cuerpo ocupa el centro de las preocupaciones y pesquisas de cualquier compa?¨ªa de teatro brasile?o
Respondiendo a una cualidad informal inherente a la personalidad del pueblo brasile?o, es decir, el uso del nombre de pila para mentar a ciertas figuras p¨²blicas (los presidentes Lula y Dilma son ejemplos perfectos), en Brasil hablamos simplemente de Nelson, como si de un amigo se tratara. La intimidad en cualquier caso est¨¢ en el centro de sus obsesiones: su texto, de car¨¢cter tr¨¢gico, pasional y retorcido, penetra en el seno de la familia y las relaciones sociales, tratando de levantar el reconfortante velo de la hipocres¨ªa burguesa y mostrar en carne viva las idiosincrasias del sexo, de la muerte, de la religi¨®n y de la doble moral. Enfrentarse a las obras de Nelson es por lo tanto mandatorio en Brasil, como podr¨ªa ser Lorca en Espa?a o Shakespeare en Inglaterra.
Al m¨¢s veterano de los directores rodrigueanos tambi¨¦n le llamamos como a un ¡°amigo¡±: Antunes, a secas. Antunes Filho, creador del CPT (Centro de Pesquisa Teatral), es una referencia en la escena nacional, por su longevidad y contemporaneidad, pero tambi¨¦n por su labor formativa. Nos present¨® en 2012 su octava montaje de Nelson, Toda Nudez Ser¨¢ Castigada, con la marcada caracter¨ªstica de su teatro: la universalizaci¨®n de los personajes, la aproximaci¨®n al mito y a los arquetipos junguianos, sumados a un actor intelectualizado y conectado a las corrientes de pensamiento contempor¨¢neo, a la par de un intenso protagonismo del cuerpo.
Volvamos al cuerpo, por tanto, que no por casualidad es materia esencial del teatro. El cuerpo ocupa el centro de las preocupaciones y pesquisas de cualquier compa?¨ªa de teatro brasile?o. Es un trazo que nos identifica frente a la escena internacional. La figura del preparador corporal se hace omnipresente en cualquier montaje que se precie, y no se trata de virtuosismo atl¨¦tico o sublimaci¨®n est¨¦tica, sino de una calidad de presencia que suele impresionar a directores extranjeros trabajando en Brasil.
Tal vez la caracter¨ªstica que mejor defina hoy el panorama del teatro brasile?o contempor¨¢neo sea la excelencia que ha alcanzado la existencia continuada de colectivos teatrales. Nacidos en su mayor¨ªa en las ultimas d¨¦cadas del siglo pasado, tienen hoy motivos para sentirse orgullosos. Del trabajo de investigaci¨®n durante d¨¦cadas realizado en grupos como LUME (con 27 a?os de historia en Sao Paulo) y Armaz¨¦m Companhia de Teatro (con 25 obras estrenadas en Rio de Janeiro a lo largo de 26 a?os) han brotado frutos tan dulces como el montaje de la obra A marca da agua, seleccionada para el pr¨®ximo festival de Avignon. Desarrollando una potente dramaturgia propia en el seno estable de la compa?¨ªa, realizada a cuatro manos por el director Paulo de Moraes y el dramaturgo Maur¨ªcio Arruda, el grupo Armaz¨¦m ofrece soluciones escenogr¨¢ficas de alta intensidad po¨¦tica siempre en consonancia con el texto, huyendo de recursos efectistas, convocando una en¨¦rgica musicalidad que, junto al destacado trabajo de sus actores, ya es marca de la casa.
¡°El actor debe ser cient¨ªfico. No quiero pasi¨®n, no quiero el exceso: quiero el torero, no el toro¡±. As¨ª dec¨ªa Antonio Abujamra, el m¨ªtico director de formaci¨®n brechtiana, fundador de la compa?¨ªa Os Fudidos Privilegiados, hoy bajo la direcci¨®n de Joao Fonseca. Irreverente, iconoclasta, politizada, ir¨®nica y con una alta carga er¨®tica, por la compa?¨ªa han pasado m¨¢s de 150 actores de diferentes generaciones a lo largo de sus 22 a?os de historia. Algo m¨¢s joven, con 14 a?os de envidiable trayecto creativo, la premiada Companhia Brasilera de Teatro, dirigida por Marcio Abreu, presenta montajes tambi¨¦n aliados con el riesgo, estrenando con frecuencia textos de autores europeos in¨¦ditos en los escenarios brasile?os, como el ruso Ivan Viripaev o los franceses Noelle Renaude y Joel Pommerat. En su teatro prima el maridaje entre el dominio total del cuerpo y el virtuosismo del texto, muchas veces de extrema complejidad.
Dirigida por Eliana Monteir, el teatro Vertigem presenta 'A ¨²ltima palavra ¨¦ a pen¨²ltima'.
?Adelant¨¢ndose en los a?os noventa a una tendencia hoy internacional de ocupaci¨®n de espacios no convencionales, el Teatro da Vertigem, que cuenta con un amplio reconocimiento fuera del pa¨ªs, es seguramente el precursor de ese estilo en Brasil, obrando sus montajes en iglesias, hospitales, c¨¢rceles, hoteles abandonados y hasta en el lecho del r¨ªo Tiete, que cruza el centro de Sao Paulo. La singularidad de los espacios y sus consiguientes desaf¨ªos luminot¨¦cnicos refuerzan el sentido dram¨¢tico de unos textos casi siempre vehiculados por un trabajo de car¨¢cter multidisciplinar y colectivo, donde la figura del dramaturgo es esencial.
La lista de compa?¨ªas del teatro brasile?o que merecen hoy un atenci¨®n es ciertamente extensa y por ello inabarcable en este espacio. Tan solo en Sao Paulo se estrenaron 650 montajes durante el a?o 2011, y en Rio de Janeiro un centenar fueron sufragados (parcial o totalmente) con dinero p¨²blico, aunque otras ciudades como Londrina, Curitiba, Porto Alegre o Belo Horizonte tambi¨¦n pueden presumir de su actividad teatral. Amparados por una doble v¨ªa de financiaci¨®n, mediante convocatorias p¨²blicas o con patrocinio privado a trav¨¦s de la Ley Rouanet (un mecanismo de exenci¨®n fiscal para actividades culturales), el teatro brasile?o m¨¢s innovador goza en general de buena salud en Brasil, si bien no se libra, como en casi todos los pa¨ªses, de la competencia con el teatro comercial. Los buenos resultados en taquilla del teatro-entretenimiento, en el que se congregan las estrellas de la televisi¨®n, muchas veces termina por atraer a los patrocinadores privados en detrimento de proyectos seguramente no tan rentables, pero desde luego m¨¢s relevantes creativamente.
A esta circunstancia se suman ciertos obst¨¢culos coyunturales, como la situaci¨®n generada tras el incendio de la discoteca Kiss en Santa Maria. A ra¨ªz de la tragedia, y con el objetivo de revisar las medidas de seguridad de las instalaciones en caso de emergencia, se han cerrado m¨¢s de cincuenta teatros en Rio de Janeiro y Sao Paulo. Esta circunstancia, cuya necesidad real nadie parece poner en duda, ha tra¨ªdo consigo un largo proceso burocr¨¢tico con el riesgo de dilatarse por meses, y cuyos efectos se han hecho patentes en el desahucio de compa?¨ªas y la cancelaci¨®n de temporadas. Las protestas del gremio teatral no se hicieran esperar: al estilo brasile?o, en protesta festiva, una manifestaci¨®n en febrero llev¨® once espect¨¢culos de forma gratuita a las calles para llamar la atenci¨®n sobre el problema.
En este escenario, se celebr¨® un proyecto in¨¦dito: en Rio de Janeiro el Festival Internacional Home Teather, de car¨¢cter competitivo y con directores nacionales y extranjeros, en el que las distancias entre p¨²blico, actor y autor se difuminan. Gratuitamente, se presentan escenas de corta duraci¨®n en viviendas particulares, muchas de ellas en zonas desfavorecidas y representando historias que mezclan realidad y ficci¨®n.
Parece ser que ese veintea?ero tiene un largo camino por delante.
Aline Casagrande es dramaturga, directora y actriz brasile?a afincada en Madrid
Babelia
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