L¨ªnea directa con la emoci¨®n
Riccardo Muti es el transmisor ideal de las esencias humanistas del genio de la ¨®pera italiana
Lo ha dicho con claridad en su libro Verdi, el italiano: ¡°?Verdi es el m¨²sico de la Vida y desde luego es el m¨²sico de mi vida!¡±. El director musical Riccardo Muti se ha entregado en cuerpo y alma al compositor teatral de las emociones, al que narra vocalmente las penas y alegr¨ªas del ser humano, su dolor y sus dudas, sus conflictos interiores y sus amores turbulentos. La dedicaci¨®n preferente del maestro napolitano se reparte en la actualidad entre Roma, donde es director honorario de por vida en el teatro de ¨®pera de la plaza Beniamino Gigli, y Chicago, donde es director titular de la carism¨¢tica Sinf¨®nica de Chicago. Le queda tiempo a¨²n para preparar y disfrutar con la orquesta juvenil Cherubini de Ravenna, en un repertorio mayoritariamente italiano anterior a Verdi, y para dar alguna lecci¨®n magistral en universidades de prestigio. En la que brind¨® en la Universidad de Deusto en Bilbao el pasado mayo para apoyar el proyecto Tutto Verdi de la ABAO dirigi¨® al p¨²blico de forma improvisada ¡®Va, pensiero¡¯ de Nabucco a modo de despedida. Inolvidable.
Verdi es el m¨²sico de la Vida y desde luego es el m¨²sico de mi vida!
Como inolvidables est¨¢n siendo las ¨®peras de Verdi que est¨¢ dirigiendo en la ?pera de Roma los ¨²ltimos a?os, desde Simon Boccanegra a I due Foscari, desde Attila a Nabucco, desde Macbeth a Otello. En noviembre abrir¨¢ la pr¨®xima temporada con Ernani, dirigida esc¨¦nicamente por Hugo de Ana, y en mayo ira de gira a Tokio con las versiones escenificadas romanas de Simon Boccanegra y Nabucco, la primera con escenograf¨ªa de Dante Ferretti, muy vinculado al mundo del cine, la segunda en el montaje esc¨¦nico de Jean-Paul Scarpitta. La orquesta y el coro de la ?pera de Roma se han transfigurado a sus ¨®rdenes, como demostraron el pasado agosto en el Festival de Salzburgo, y Muti sabe elegir los repartos vocales con tanta precisi¨®n como instinto. Lo fundamental, en cualquier caso, es el sello humanista, cercano, emocional, que da a sus lecturas. Confieso que me ha hecho llorar en m¨¢s de una ocasi¨®n y no me averg¨¹enzo de ello. Al contrario. Los a?os de La Scala de Mil¨¢n han quedado atr¨¢s. Roma ha sabido recoger el testigo de una trayectoria milanesa en la que brillaron con luz propia Falstaff, Don Carlo, Il trovatore o La traviata. Pero eso es historia. Roma es ahora la capital verdiana de Italia.
Y ?qu¨¦ papel juega Chicago en este renacimiento verdiano? Cuando Muti asumi¨® la titularidad de la orquesta seguramente de m¨¢s calidad en Estados Unidos lo primero que hizo fue una grabaci¨®n del R¨¦quiem de Verdi. Llegaron los Grammy y todo tipo de reconocimientos. El salto de Filadelfia, donde trabaj¨® muchos a?os al frente de su orquesta, a Chicago no pod¨ªa ser m¨¢s esperanzador. El pr¨®ximo 10 de octubre, d¨ªa del 200? aniversario del nacimiento de Verdi, volver¨¢ a dirigir la Sinf¨®nica de Chicago en el R¨¦quiem del compositor de Busseto, televis¨¢ndose a todo el mundo en directo y de forma gratuita por streaming.
Y es que al igual que Verdi es mucho Verdi, Muti es mucho Muti. Por eso les admiramos tanto. Juntos y por separado.
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