La biblioteca m¨¢s antigua
La escritura y los instrumentos que se utilizaron en el siglo I se exhiben en Casa del Lector en una muestra virtual y de objetos
Acercar la ¨²nica biblioteca de la Antig¨¹edad cl¨¢sica que ha llegado a nuestros d¨ªas es el objetivo de?La villa de los papiros, una exposici¨®n que recrea con objetos y de manera virtual lo que fue la localidad de Herculano, en Italia. All¨ª se descubri¨® en el siglo XVIII la biblioteca cl¨¢sica que se logr¨® preservar por la erupci¨®n del Vesubio en el a?o 79. Entre los objetos que se muestran se encuentra un papiro de casi cuatro metros que por primera vez se exhibe fuera de las instalaciones de la Biblioteca Nacional de N¨¢poles.
La muestra, organizada por Casa del Lector, pretende responder a dos cuestiones: c¨®mo era la lectura en la antigua Roma y c¨®mo las excavaciones arqueol¨®gicas que se realizaron en el siglo XVIII dieron un nuevo impulso a la historia cultural de Europa. En ella se pueden contemplar reconstrucciones virtuales de las estancias de La villa de los papiros, realizadas para la exposici¨®n por el equipo de inform¨¢ticos y arque¨®logos del Museo de Arqueolog¨ªa Virtual de Herculano y los diferentes instrumentos que se utilizaban para la escritura y la lectura. Uno de los aspectos m¨¢s espectaculares de la exposici¨®n es el poder contemplar c¨®mo era la biblioteca de la ciudad con la exhibici¨®n de papiros aut¨¦nticos con datos obtenidos de las ¨²ltimas excavaciones arqueol¨®gicas realizadas en Herculano.
Para explicar el paso del rollo de papiro al c¨®dice se ha conseguido trasladar desde N¨¢poles tablillas de escritura, pinturas de Pompeya con escenas de escritura, tinteros, estilos y una bulla de oro, el amuleto que los estudiantes romanos llevaban colgado del cuello. Lo de leer no era nada f¨¢cil debido al tama?o de los papiros, seg¨²n se refleja en los documentos, y para ello utilizaban a un esclavo, en las casas de los romanos pudientes, que lo hac¨ªa en voz alta. Para leer un rollo de papiro se cog¨ªa el rollo con la mano derecha y se desenrollaba con la izquierda, que sosten¨ªa la parte le¨ªda. Al finalizar, el rollo quedaba en esa mano.
Hay un espacio de la muestra, que se podr¨¢ contemplar desde ma?ana hasta el 23 de abril de 2014, dedicado a la escritura p¨²blica como los diplomas militares, leyes, reglamentos de espect¨¢culos de gladiadores, sellos, inscripciones electorales, grafitos o estelas funerarias. Los organizadores han utilizado al fil¨®sofo Epicuro como hilo conductor de La villa de los papiros debido a que a ¨¦l pertenec¨ªa la biblioteca encontrada en Herculano. Algunas de las frases de su pensamiento tales como: ¡°Vana es la palabra del fil¨®sofo que no remedia ning¨²n sufrimiento del hombre. Porque as¨ª como no es ¨²til la medicina si no suprime las enfermedades del cuerpo, as¨ª tampoco la filosof¨ªa si no suprime las enfermedades del alma¡± figuran en las paredes de las salas como ejemplo de lo que predicaba con sus palabras.
Otra de las piezas interesantes de la muestra es la m¨¢quina de madera creada por el padre escolapio Antonio Piaggio para poder abrir los papiros. Hasta la creaci¨®n de esta pieza todos los papiros que se trataron de abrir quedaron hechos trizas debido al estado en el que se encontraban. Lo m¨¢s antiguo y lo m¨¢s avanzado de la tecnolog¨ªa comparten un peque?o espacio. Junto al papiro de cuatro metros de longitud hay otra mesa en la que moviendo los dedos se puede leer lo que hay escrito en ¨¦l.
El trabajo editorial que realiz¨® Carlos III en N¨¢poles queda reflejado en la bibliograf¨ªa sobre la Stamperia Reale de los ocho vol¨²menes de Le antichit¨¤ di Ercolano esposte (1795-1992), la obra que hizo posible el neocl¨¢sico en toda Europa con la difusi¨®n de los descubrimientos de las ciudades vesubianas. Y los libros de los viajeros m¨¢s destacados de Europa.
La muestra finaliza con el fresco?Terencio Neo y su mujer, una de las im¨¢genes m¨¢s conocidas de Pompeya, una pieza costumbrista que ha sido objeto de todo tipo de estudios de orden est¨¦tico, social y pol¨ªtico y que resume de manera sencilla lo que fue el mundo de los libros y de la lectura privada en el siglo I. Ambos personajes tienen en sus manos los dos formatos para la escritura m¨¢s comunes en la ¨¦poca: el rollo de papiro y las tablillas de cera.
La exposici¨®n se completa con diferentes talleres relacionados con la lectura y la escritura y un ciclo de cine que tiene como protagonista la ciudad de Napol¨¦s. Se exhibir¨¢n diez pel¨ªculas en la que se combinan cl¨¢sicos con otras reci¨¦n estrenadas. La programaci¨®n se inaugura con Le mani sulla citt¨¤, de Francesco Rosi (1963), y se clausura con Passione, de John Turturro (2010).
Babelia
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