Espa?a, m¨¢s que una
Medio centenar de autores analizan en un libro la evoluci¨®n del concepto de naci¨®n espa?ola desde su origen mitol¨®gico hasta el siglo XX
Que en este preciso momento salga a la luz una obra titulada Historia de la naci¨®n y del nacionalismo espa?ol invita a pensar en oportunismo editorial o contraofensiva pol¨ªtica. Y lo cierto es que ni una cosa ni otra aunque en la editorial Galaxia Gutenberg deben frotarse las manos viendo la oportunidad comercial (su director, Joan Tarrida, fue claro: ¡°Una editorial no tiene ideolog¨ªa¡±) y los independentistas catalanes puedan interpretarlo como una reacci¨®n a sus reivindicaciones.
Lo cierto es que la obra arranc¨® a ra¨ªz de un curso en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo hace seis a?os, cuando el presidente catal¨¢n era el socialista de origen andaluz Jos¨¦ Montilla y el movimiento independentista permanec¨ªa dentro de sus m¨¢rgenes habituales sin desbordar a¨²n a zonas insospechadas de la sociedad catalana. El origen de la idea est¨¢ en una laguna. ¡°Pensamos que hab¨ªa un d¨¦ficit de los estudios sobre la naci¨®n espa?ola mientras es abundante la historiograf¨ªa sobre nacionalismos perif¨¦ricos. No es un libro pol¨ªtico, est¨¢ concebido desde el rigor acad¨¦mico¡±, explic¨® uno de los promotores, el catedr¨¢tico em¨¦rito de Historia Contempor¨¢nea de la Universidad Carlos III Antonio Morales, durante la presentaci¨®n en la Fundaci¨®n Ortega-Mara?¨®n, coeditora del volumen.
En la obra (1.518 p¨¢ginas), que realiza un recorrido cronol¨®gico del concepto de Espa?a desde sus or¨ªgenes mitol¨®gicos hasta el siglo XX, han participado 48 autores. La mayor¨ªa son historiadores (Juan Pablo Fusi, Santos Juli¨¢, Jos¨¦ ?lvarez Junco, Ricardo Garc¨ªa C¨¢rcel, Fernando Garc¨ªa de Cort¨¢zar, Elena San Rom¨¢n, Antonio L¨®pez, Jos¨¦ Varela Ortega o Mariano Esteban¡) pero tambi¨¦n hay especialistas en filolog¨ªa (In¨¦s Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez), geograf¨ªa, literatura (Jos¨¦-Carlos Mainer), derecho, m¨²sica o econom¨ªa (Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Delgado) ya que algunos cap¨ªtulos analizan la representaci¨®n de Espa?a en la pintura, la m¨²sica o en intelectuales como P¨ªo Baroja, Ortega y Gasset o Blasco Ib¨¢?ez.
Entre medio centenar de autores hay sensibilidades dispares, aunque Andr¨¦s de Blas, catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la UNED y uno de los tres coordinadores del libro, destac¨® como ¡°hilo conductor¡± la identificaci¨®n de todos con ¡°una idea de naci¨®n espa?ola basada en la convivencia de sensibilidades nacionales distintas al amparo del pluralismo, la tolerancia y la lealtad a la Constituci¨®n¡±. El modelo auton¨®mico es una f¨®rmula pol¨ªtica que, a juicio de De Blas, ¡°tiene un largo recorrido por delante y resuelve felizmente el problema nacional espa?ol¡±.
Comparten los autores tambi¨¦n cierta reivindicaci¨®n de la idea de naci¨®n surgida en el XIX, cuando los diputados consagran en la Constituci¨®n de 1812 a ¡°la naci¨®n¡± como detentadora de la soberan¨ªa (aunque la popular, la democracia, no se alcanza hasta 1931). Los progresistas de entonces (liberales) enarbolaban la bandera sin reparo, aunque bien es cierto que el contexto hist¨®rico ¡ªuna guerra contra Napole¨®n¡ª favorec¨ªa el patriotismo de unos y otros. Dos siglos despu¨¦s, el concepto naci¨®n espa?ola est¨¢ contaminado por la historia reciente. ¡°Se identifica el nacionalismo espa?ol con una de sus formas hist¨®ricas, la que se dio oficialmente en el periodo franquista¡±, advierten los coordinadores en el pr¨®logo. ¡°Su identificaci¨®n indebida con el franquismo y su consiguiente rechazo, pese a los a?os transcurridos desde que concluy¨® aquella etapa hist¨®rica, hasta tal punto que, en el lenguaje pol¨ªtico, el t¨¦rmino Espa?a se ha sustituido frecuentemente por el de Estado espa?ol, como si ¡®casi todas las opciones ideol¨®gicas hubiesen asumido la vieja tesis perif¨¦rica de que Espa?a no es una naci¨®n sino un Estado¡±, a?aden.
Andr¨¦s de Blas puso el ejemplo de la defensa exterior de la ¡°Marca Espa?a¡± y la omisi¨®n de ¡°las palabras naci¨®n espa?ola¡±. ?Es el sobrenombre de La Roja que se ha popularizado para referirse a la selecci¨®n espa?ola otro remilgo ideol¨®gico? ¡°Podr¨ªa ser, podr¨ªa ser. Es un ejemplo de ese nacionalismo banal al que se refiere Antonio Morales¡±, apunt¨® De Blas. A juicio de Morales, el concepto de naci¨®n espa?ola implica un ¡°sentimiento nacional¡± que est¨¢ ampliamente extendido y que en ocasiones se expresa mediante aspectos banales que comparte la mayor¨ªa de la sociedad. Algo que le lleva a concluir: ¡°La naci¨®n puede desaparecer, pero la cultura no¡±. El historiador asegur¨® que las tensiones actuales que se dan entre el Estado y Catalu?a alcanzan una intensidad desconocida en el pasado. ¡°Es bastante ins¨®lito, ha habido tensiones en otros periodos pero el grado actual es una novedad¡±, sostuvo Morales.
La obra pretende cubrir un vac¨ªo historiogr¨¢fico en el nacionalismo
Tanto el vac¨ªo historiogr¨¢fico como el arrinconamiento del t¨¦rmino son signos excepcionales, que achacan al secuestro de la idea durante el franquismo. Aunque no solo a eso. ¡°Hay una situaci¨®n an¨®mala en todo esto. Se emplean estos t¨¦rminos con cicater¨ªa, queremos devolver al uso com¨²n los conceptos de naci¨®n¡±, indic¨® Andr¨¦s de Blas. En su opini¨®n, esa idea es ahora ¡°reh¨¦n¡± de sectores de la derecha y la extrema derecha. ¡°No puede estar ligada a una visi¨®n, hay una pluralidad de nacionalismos espa?oles, no hay un solo sentimiento¡±, defendi¨® el historiador.
Jos¨¦ Varela Ortega, catedr¨¢tico de Historia Contempor¨¢nea, puso un colof¨®n ir¨®nico: ¡°Para no existir, es algo que ha dado bastantes p¨¢ginas¡±.
Babelia
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