G¨¦rard de Villiers, el novelista que sab¨ªa demasiado
Era el creador de la popular saga ¡®SAS¡¯, que public¨® a lo largo de cuatro d¨¦cadas
G¨¦rard de Villiers acaba de publicar el 200? tomo de su saga de esp¨ªas SAS, su alter ego ficticio con el que recorr¨ªa los puntos calientes del planeta. A ritmo de cuatro novelas anuales, segu¨ªa la actualidad de cerca gracias a sus excelentes contactos en los servicios secretos franceses. El p¨²blico general le¨ªa sus libros enganchado por su infalible receta de sexo, acci¨®n e intriga, mientras que en los c¨ªrculos de servicios secretos y diplom¨¢ticos se le¨ªan a escondidas, buscando discenir qu¨¦ parte ten¨ªan de realidad y cu¨¢l de ficci¨®n. Algo denostado por los intelectuales, sin un gran talento literario y acusado de sexista, reaccionario y con un toque racista, acababa de verse consagrado por The New York Times como el hombre ¡°que sab¨ªa demasiado¡±. El novelista muri¨® el pasado 31 de octubre a los 83 a?os de una larga enfermedad.
¡°Me considero como un cuentacuentos, alguien que escribe para distraer a la gente, porque la mayor¨ªa de la gente tiene una vida de mierda¡±, explicaba sin rodeos De Villiers, en una reciente entrevista en televisi¨®n. Nacido en Par¨ªs el 9 de diciembre de 1929, de padre autor de teatro y madre heredera de la peque?a nobleza, empez¨® su carrera como periodista. La muerte de Ian Flemming en 1964, el padre de James Bond, le anim¨® a embarcarse en otra saga de esp¨ªas. Un a?o despu¨¦s naci¨® el personaje del pr¨ªncipe austriaco Marko, o su alteza seren¨ªsima (SAS), detective que trabaja para la CIA persiguiendo a malvados por medio planeta, principalmente a comunistas durante los a?os setenta y ochenta, e islamistas a partir de los noventa.
La primera entrega, SAS en Estambul, sali¨® as¨ª en 1965. La ¨²ltima, La venganza del Kremlin, se public¨® hace menos de un mes. En cuatro d¨¦cadas, vendi¨® entre 120 y 150 millones de copias en todo el mundo, seg¨²n la cifra aproximativa que ¨¦l mismo daba, admitiendo haber perdido la cuenta. Sus novelas se reconoc¨ªan al primer vistazo por las portadas llamativas de mujeres exuberantes, ligeras de ropa y arma en mano.
Siguiendo su formaci¨®n de periodista, viajaba siempre a los lugares en los que se desarrollaba su acci¨®n y multiplicaba los contactos en el terreno con diplom¨¢ticos, pol¨ªticos locales, periodistas y cualesquiera fuentes que le pudieran ser ¨²tiles, que a su vez se pod¨ªan encontrar luego retratados en sus libros con alguna modificaci¨®n. Entre sus fuentes, contaba con altos cargos del servicio secreto franc¨¦s, empezando por el veterano general Philippe Rondot, al que se atribuye la captura de Carlos El Chacal. ¡°Los servicios han utilizado varias veces los SAS para pasar mensajes a sus hom¨®logos¡±, explic¨® ayer su abogado, Eric Morain.
Estos contactos, su conocimiento del terreno y su intuici¨®n le permit¨ªan incluso anticipar eventos. Una intuici¨®n que se encontraba por ejemplo en El complot de El Cairo, publicado en 1980, en el que imaginaba el asesinato del presidente Anuar el Sadat a manos de fan¨¢ticos islamistas. Esto fue apenas un a?o antes de que fuera asesinado durante un desfile militar. En 2012, en P¨¢nico en Bamako, relataba la llegada de columnas de todoterrenos de yihadistas que ven¨ªan a la capital mal¨ª. ¡°No soy adivino, simplemente elaboro hip¨®tesis a partir de pa¨ªses que conozco bien y, de vez en cuando, algunas de ellas se cumplen¡±, explicaba a la AFP.
Al margen de su enorme ¨¦xito con la serie SAS, dedic¨® el tiempo libre que le quedaba a editar otras series de novelas policiacas y acab¨® fundando su propia editorial, Murder Inc. De la vieja escuela, escribi¨® hasta el final desde su lujoso apartamento de la avenida de Foch en su m¨¢quina de escribir de 1976. Poco amigo de las nuevas tecnolog¨ªas, su muerte fue, sin embargo, anunciada a trav¨¦s de la red social de Twitter por su abogado, algo que ¨¦l mismo hab¨ªa deseado como un ¨²ltimo giro inesperado.
Babelia
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