Galcer¨¢n / Kolt¨¨s: nuevas miradas
Carlos Hip¨®lito y Luis Merlo brillan en 'El cr¨¦dito', de Galcer¨¢n ?scar Mu?oz ofrece 'La noche justo antes de los bosques', de Kolt¨¨s
1. Har¨¢ unas semanas, tras el estreno de El cr¨¦dit en la Villarroel de Barcelona, les coment¨¦ que la comedia de Galcer¨¢n, dirigida por Sergi Belbel, me hac¨ªa pensar en una farsa a la francesa, bailando sobre la jubilosa l¨ªnea que enlaza a Feydeau con Magnier y Veber. En el Maravillas, en versi¨®n castellana del propio autor y a las ¨®rdenes de Gerardo Vera, me ha parecido ver, en cambio, una tragicomedia a la italiana, una pieza breve de Pirandello o del joven De Filippo, o un guion de Ettore Scola, de modo que he de agradecer a Gerardo Vera, a Carlos Hip¨®lito y a Luis Merlo que me hayan descubierto esa dimensi¨®n dram¨¢tica (sin dejar de ser una pieza muy divertida, por descontado).
Ambos montajes tienen su forma y su apuesta, y est¨¢n servidos por espl¨¦ndidos c¨®micos: me gusta much¨ªsimo el efervescente trabajo de Jordi Boixaderas y Jordi Bosch en Barcelona, aunque la funci¨®n me resulta m¨¢s completa, con m¨¢s calado, en la puesta de Madrid, porque a menudo suele ser m¨¢s completa la tragicomedia que la farsa.
En la anterior cr¨ªtica dec¨ªa que la comedia me parec¨ªa un tanto alargada y que mi inter¨¦s hab¨ªa vagabundeado en la escena de la "lecci¨®n de seducci¨®n". ?Problema del texto, problema de la puesta, problema m¨ªo? Del texto no, ahora lo veo claro, porque en el Maravillas avanza con absoluta fluidez. A veces basta que el autor nos diga "la primera versi¨®n duraba cuarenta minutos" para caer en el cepo y decir "lo mejor son esos cuarenta minutos". Prejuicios aparte, yo creo que en el montaje de Vera la velocidad est¨¢ m¨¢s modulada, sin buscar la trepidaci¨®n ni la carcajada, y eso redunda en la credibilidad de los personajes y en la afloraci¨®n de nuevos colores en la paleta.
Aplaudo sin trabas el talento de Galcer¨¢n, que tiene el olfato, la m¨²sica y la teatralidad de los grandes comedi¨®grafos
Pormenorizo: quiz¨¢s, pienso, la parte del director bancario interpretado por el enorme Jordi Bosch se apayasaba un poco, siempre con estilazo, en la tradici¨®n del cornudo de vodevil, entre De Fun¨¨s y Thierry Lhermitte, porque as¨ª lo quiso Belbel, mientras que el deslumbrante Hip¨®lito lo compone, sin perder nunca de vista el metr¨®nomo de la comicidad, con la desesperaci¨®n creciente del hombre atrapado en una pesadilla, a caballo, para entendernos, entre Jack Lemmon y Antonio Vico, y eso permite que broten el patetismo (en las llamadas telef¨®nicas) y la emoci¨®n en la ¨²ltima escena. Tambi¨¦n est¨¢ fenomenal Luis Merlo, en otro escal¨®n ascendente tras su gran trabajo en Deseo, de Miguel del Arco, y al que la otra noche le escuch¨¦ (de casta le viene al galgo) la voz de comedia, oscura y zumbona, de su abuelo Ismael, con su sabia forma de colocar las r¨¦plicas, siempre con un pie en el peligro y la amenaza. La ¨²nica pega es que Vera le presenta excesivamente desastrado: nadie ir¨ªa, me parece a m¨ª, con esa barba de dos d¨ªas y ese pelo untuoso a pedir un cr¨¦dito. Me gustan mucho los detalles de la puesta, desde el tema de Take That que abre y cierra la representaci¨®n hasta la sencilla pero premonitoria imagen de esa toalla tan minuciosamente doblada. Tras ver dos veces El cr¨¦dito, aplaudo sin trabas el talento de Galcer¨¢n, que tiene el olfato, la m¨²sica y la teatralidad de los grandes comedi¨®grafos, y el don, tan escaso, de conectar de f¨¢bula con el p¨²blico. Eso est¨¢ sucediendo en la Villarroel y en el Maravillas, por partida doble. Hay funci¨®n para rato.
2. En el off del Romea ofrecen (solo 35 espectadores por funci¨®n) La nit just abans dels boscos (La nuit just avant les f?rets), el texto fundacional de Kolt¨¨s, traducido al catal¨¢n por Belbel e interpretado por ?scar Mu?oz. El primer tercio del espect¨¢culo es impresionante. Arranca en la calle, en pleno Raval, donde nos aborda el protagonista, el paria que escap¨® del yugo de la f¨¢brica y vaga por una ciudad ajena y hostil, ese hombre que necesita desesperadamente hablar y ser escuchado, encontrar "a un camarada, un ¨¢ngel en la mierda". No puedo apartar mis ojos de los suyos, ojos en los que late la alerta y la tensi¨®n, imantado por esos ojos y esa voz que grita, increpa, pide ayuda, haci¨¦ndose o¨ªr portentosamente entre el bullicio de esta noche de s¨¢bado, y porque el actor escruta, calibra y reacciona cada microsegundo a nuestras miradas, y a la sorpresa y la chanza e incluso la agresividad de los transe¨²ntes, en un trabajo de dificultad extrema. Imagino que es imposible representar todo el mon¨®logo en la calle, en las calles, y quiz¨¢s por eso Roberto Romei, el director, hace que entremos por la parte trasera del Romea y sigamos al narrador por los pasadizos del teatro, tras el escenario, y ah¨ª comienzo a perderme, porque esa resoluci¨®n me distrae, me saca, el texto queda un tanto en segundo plano ante el "d¨®nde nos llevar¨¢ ahora", y el personaje sufre tambi¨¦n, a mis ojos, un cambio sorprendente: en la calle era un vagabundo afiebrado, el¨¦ctrico, entre el abrazo y el aullido, y "dentro" se ha convertido en un chavalote con toneladas de encanto, una suerte de agitador optimista. Respeto esa opci¨®n porque es valiente y distinta, ese querer ir hacia la luz, y m¨¢s en los tiempos que corren, y aplaudo la entrega de ?scar Mu?oz, formidable actor, lleno de fuerza y de vida, pero hay mil obras optimistas y La nuit just avant les f?rets no est¨¢ entre ellas. Y no es una impresi¨®n personal. Seg¨²n Ch¨¦reau, que la present¨® el pasado a?o en el Lliure, con Roman Duris tendido en una cama de hospital, con una venda ensangrentada sobre la frente, esa voz es una voz agonizante, como si le hubiera sido concedida la gracia de decir todo lo que pasa atropelladamente por su cerebro antes de morir, v¨ªctima de los golpes recibidos en el asalto del metro. Y Ch¨¦reau dec¨ªa eso bas¨¢ndose en la carta que Kolt¨¨s le escribi¨® a Yves Ferry, su primer int¨¦rprete: "La nuit es un progresivo desbocamiento mental, a toda velocidad, hasta que llega la muerte". Tras el ¨²ltimo pasadizo, el vagabundo de Romei nos lleva a la sala de camerinos del teatro, el espacio m¨¢s inadecuado de todos, nos re¨²ne y se siente feliz y en compa?¨ªa, confortado. Hermosa sensaci¨®n, pero al final no deber¨ªa haber refugio, ni techo, ni compa?eros arrop¨¢ndole, ni cervezas compartidas tras la ¨²ltima frase. El texto acaba con un anhelo imposible de todo eso, "y despu¨¦s la lluvia, la lluvia, la lluvia"
El cr¨¦dito. De Jordi Galcer¨¢n. Director: Gerardo Vera. Int¨¦rpretes: Carlos Hip¨®lito y Luis Merlo. Teatro Maravillas, Madrid. Sin fecha de finalizaci¨®n.
La nit just abans dels boscos. De Bernard-Marie Kolt¨¨s. Director: Roberto Romei. Int¨¦rprete: ?scar Mu?oz. Teatre Romea, Barcelona. Hasta el 1 de diciembre.
Babelia
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