El hijo adoptivo de Viena

En Viena les sonr¨ªe la fortuna a los Pelayo. Diez a?os despu¨¦s de que su equipo, formado por sus hijos y sus sobrinos, ganara 78.000 euros en una sola noche en el Casino de Viena, Gonzalo Garc¨ªa Pelayo (Madrid, 1947) ha vivido otro momento de gran satisfacci¨®n en la capital austriaca: el festival de cine Viennale estren¨® el pasado domingo su nueva pel¨ªcula Alegr¨ªas de C¨¢diz, y es m¨¢s, le ha dedicado un homenaje presentando una retrospectiva de su obra cinematogr¨¢fica completa, realizada hace m¨¢s de 30 a?os.

Alegr¨ªas de C¨¢diz es una mezcla de documental y ficci¨®n, un c¨²mulo de momentos e ideas sin trama concreta, sin actores profesionales, una producci¨®n de bajo costo con la que el autor quiso transmitir la fascinaci¨®n por los carnavales de C¨¢diz. La sala del cine Metro Kino, situada a solo unos pasos del Casino en el casco hist¨®rico de Viena, estaba repleta el d¨ªa del estreno.

"Para m¨ª, vivir este momento ha sido superior a la noche de los 13 millones. Alegr¨ªas de C¨¢diz la he terminado especialmente para Viena. Al ver que el festival se interesaba por mis pel¨ªculas de hace m¨¢s de treinta a?os pens¨¦ que era importante dar signos de vida, afortunadamente estoy vivo, aunque tuve hace a?os un infarto, y quise mostrar que todav¨ªa puedo hacer cine", dijo Garc¨ªa Pelayo a EL PAIS en Viena, entusiasmado.

Las primeras pel¨ªculas de este hombre tan polifac¨¦tico de 66 a?os, realizadas en los a?os 70 y 80 no fueron nada taquilleras y cayeron en el olvido. En la d¨¦cada de los 90, Garc¨ªa Pelayo organiz¨® a sus hijos y sobrinos para desbancar casinos utilizando un sistema de medici¨®n y c¨¢lculo de probabilidades extraordinariamente eficaz , que aprovechaba los defectos de las mesas de ruleta . El ingenioso m¨¦todo , que le dio riqueza y fama a toda la famili, qued¨® plasmado en el filme The Pelayos (2012), donde se relatan sus haza?as hasta en los Casinos de Las Vegas.

Para Hans Hurch, director de la Viennale, Gonzalo Garc¨ªa Pelayo es todo un descubrimiento. Por eso , elev¨® a este madrile?o cineasta de culto, y en el festival que tuvo lugar del 24 de octubre al 6 de noviembre ,lo coloc¨® un lugar bien visible, dedic¨¢ndole un tributo con la presentaci¨®n de todas sus anteriores pel¨ªculas: Manuela (1975), Vivir en Sevilla y Frente al mar, de 1978 y Corridas de alegr¨ªa y Roc¨ªo y Jos¨¦ (1982) .

Producciones experimentales son parte esencial de la selecci¨®n de 300 pel¨ªculas que, como cada oto?o, se presentaron en esta 51 entrega de la Viennale, que tambi¨¦n incluy¨® documentales, cortometrajes y pel¨ªculas de alta calidad de autores internacionalmente reconocidos. Acuden al festival alrededor de 62.000 espectadores.

Los cr¨ªticos de Viena descubrieron la vieja obra de Garc¨ªa Pelayo en el festival de cine de Sevilla del a?o pasado. El cat¨¢logo del festival hace hincapi¨¦ en que Garc¨ªa Pelayo es un fen¨®meno de la ¨¦poca de transici¨®n de los a?os 70 y 80, que como tal emanaba libertad y desparpajo. El cr¨ªtico Olaf M?ller se pregunta si el regreso de este hombre al ruedo del s¨¦ptimo arte no ser¨¢ "una reacci¨®n inmediata e instintiva a las circunstancias pol¨ªticas y econ¨®micas de la actualidad", y cuestiona si "acaso necesita Espa?a en estos momentos un proceso de liberaci¨®n similar al de aquel entonces".

Garc¨ªa Pelayo , por su parte, indica que su objetivo es es "hacer un cine diferente, intentar tener un estilo propio, que se basa en no tener estilo, no marcar l¨ªnea est¨¦tica, dejarme llevar por los impulsos, por lo que en cada momento la pel¨ªcula pida".

La pel¨ªcula Vivir en Sevilla, es elogiada por la Viennale como una pel¨ªcula "singular, distinta, innovadora y fresca, recorrida por el esp¨ªritu de Jean¨CLuc Godard". Que por otro lado a muchos espectadores pueda resultarles insoportable y tedioso el desali?o , la falta de hilo conductor claro, la calidad p¨¦sima del sonido y de la actuaci¨®n, no le preocupa lo m¨¢s m¨ªnimo a Garc¨ªa Pelayo. Incluso le gusta que un cr¨ªtico describiera su obra como una "ensalada de sintagmas", y explica: "Es cierto. Hay desali?o formal que naturalmente es pretendido. La mala direcci¨®n de los actores es voluntaria. Aqu¨ª en Viena han escrito que mi cine parece de otro planeta, y a mi me satisface, no creo que lo digan con mala voluntad. Si me tengo que interesar por el perfeccionamiento no hago la pel¨ªcula. Mejor lo imperfecto hecho que lo perfecto que va a costar mucho trabajo hacer. A m¨ª me gusta el arte que no se toma demasiado en consideraci¨®n, que no se da importancia a s¨ª mismo".