Las mil y una voces de Elena Poniatowska
La obra de la escritora se ha vuelto un referente de c¨®mo ¡®suena¡¯ M¨¦xico Es pionera en la inclusi¨®n de la oralidad
¡°¡ª?Qu¨¦ vas a ser de grande?
¡ªTodo.
¡ª?Qu¨¦ vas a hacer con tu vida?
¡ªTodo. Voy a ser el todo de todos.
¡ª?C¨®mo?
¡ªVoy a inaugurar un nuevo tiempo, voy a sacudir a las buenas conciencias, voy a cambiar el statu quo, voy a jug¨¢rmela, voy a ser escritor, voy a entrar a todas las casas, meterme en camas victorianas y virginales, cargar todas las culpas, voy a hacerle ver a mis contempor¨¢neos y a sus hijos y a los hijos de sus hijos toda la corrupci¨®n y la hipocres¨ªa de la sociedad emanada de la Revoluci¨®n Mexicana, rasgar todo el velamen, recorrer los paralelos y los meridianos de la tierra, voy a atreverme a todo, voy a darle la vuelta a todos los cerebros, a la cintura de todas las mujeres¡±.
Quien diga que estas no son las palabras exactas de Carlos Fuentes en entrevista con Elena Poniatowska tiene raz¨®n. Pero quien afirme que estas son las palabras exactas de Carlos Fuentes tiene a¨²n m¨¢s raz¨®n, porque la maestr¨ªa de Elena consiste en captar lo que las palabras dichas por sus entrevistados se mueren por decir y no le dir¨ªan m¨¢s que a ella.
Si su obra se ha vuelto un referente indispensable de c¨®mo suena M¨¦xico es porque Poniatowska es una de las autoras pioneras en la inclusi¨®n de la oralidad y la transtextualidad mucho antes de que estos t¨¦rminos fueran adoptados por la academia y puestos, junto con su obra, ah¨ª. En eso que llamamos cultura popular; momentos emblem¨¢ticos de un uso particular del gran archipi¨¦lago que es la lengua castellana. Su aguda observaci¨®n de los hechos y los protagonistas no habr¨ªa dejado m¨¢s que el testimonio (como si fuera poco) de lo que ocurre y lo que nos ocurre desde la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI en ese fuego de artificio, brillante y fugaz, al que llamamos periodismo si se hubiera limitado a ce?irse a ¨¦l. Pero Tom Wolfe y Truman Capote ¡ªy si me apuran Bernal del Castillo¡ª sab¨ªan que no se puede hacer periodismo sin hacer ficci¨®n: es decir, literatura.
La obra de Elena se habr¨ªa vuelto anacr¨®nica y combustible si se hubiera limitado a informar. Pero he aqu¨ª que un fen¨®meno sobrevuela la materia de la que trata y la convierte en algo m¨¢s. ?Por qu¨¦ las cr¨®nicas de Poniatowska no se desgastan, por qu¨¦ no les sucede lo que debe ocurrir, que se las lleve el viento?:
¡°Son muchos. Vienen a pie, vienen riendo. Bajaron por Melchor Ocampo, la Reforma, Ju¨¢rez, Cinco de Mayo, muchachos y muchachas estudiantes que van del brazo en la manifestaci¨®n con la misma alegr¨ªa con que hace apenas unos d¨ªas iban a la feria; j¨®venes despreocupados que no saben que ma?ana, dentro de dos d¨ªas, dentro de cuatro estar¨¢n all¨ª hinch¨¢ndose bajo la lluvia, despu¨¦s de una feria en donde el centro del tiro al blanco lo ser¨¢n ellos, ni?os-blanco, ni?os que todo lo maravillan, ni?os para quienes todos los d¨ªas son d¨ªa-de-fiesta, hasta que el due?o de la barraca del tiro al blanco les dijo que se formaran as¨ª el uno junto al otro como la tira de pollitos plateados que avanza en los juegos, click, click, click, click y pasa a la altura de los ojos, ?Apunten, fuego!, y se doblan para atr¨¢s rozando la cortina de sat¨ªn rojo¡±.
La noche de Tlatelolco (1971) es uno de los libros m¨¢s le¨ªdos sobre la matanza estudiantil del 68 y, junto con Hasta no verte Jes¨²s m¨ªo, Tin¨ªsima, Querido Diego, te abraza Quiela y tantos otros, compone una obra traducida a 20 lenguas y celebrada por la cr¨ªtica y los lectores de muchos pa¨ªses. Pero, sobre todo, por lectores de distintas generaciones. Porque es un referente de la libertad de decir, que subvierte g¨¦neros y estereotipos, negando a cada paso que lo hace y con la transparencia enigm¨¢tica de la voz infantil. De modo que: Tan-tan ?qui¨¦n es? Es la ni?a Elena. Cuidado, se?oras y se?ores, de este corderito de Dios, de esta plantita tierna. Cuidado, recuerda Plat¨®n: de los animales el ni?o es el ¨²nico realmente peligroso.
Rosa Beltr¨¢n es novelista, cuentista y ensayista.
Babelia
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