Un ¡®disney¡¯ de los grandes

La Reina de las Nieves, el cuento m¨¢s largo escrito por Hans Christian Andersen, siempre estuvo en la agenda de Disney. Desde los tiempos de Walt. De hecho, incluso se conservan diversos bocetos de los llamados Nueve Viejos Maestros, los fundadores e impulsores creativos del sello de estilo de la compa?¨ªa. No es de extra?ar, Frozen: el reino de hielo, nueva pel¨ªcula de la factor¨ªa, puede estrenarse con posibilidad de tres dimensiones y poseer todos los adelantos t¨¦cnicos en el territorio de la animaci¨®n digital, pero lo que m¨¢s reluce en ella es ese aroma de los primeros cl¨¢sicos.

Con Chris Buck y Jennifer Lee al frente del proyecto, Frozen tiene aventura, humor y fantas¨ªa; tambi¨¦n amor; pero lo que sobresalen son sus brutales pasiones primitivas, el odio, el terror y el dolor desbocados, en la l¨ªnea de los grandes cuentos infantiles de siempre, desgarradores en su concepci¨®n del destino que aguarda a los personajes. Quiz¨¢ nunca hasta ahora se hab¨ªan visto tan bien desarrollados los efectos de un poder, de una bendici¨®n que se convierte en la peor de las maldiciones; el paso de una ni?a juguetona a una adulta esquiva que se refugia en s¨ª misma por culpa de una magia que, seg¨²n se utilice, se puede acercar a la brujer¨ªa. Hay un grand¨ªsimo personaje en esa Reina de las Nieves, y los creadores de la pel¨ªcula han sabido plasmarlo con delicadeza y brillantez, tanto t¨¦cnica como narrativamente.

La puesta en escena, es decir, la simulaci¨®n animada de los movimientos de c¨¢mara, con abundante gr¨²a (o su simulacro) y un par de espectaculares planos-secuencia, nunca caen en lo hiperb¨®lico, manteniendo la calma cuando esta debe mandar. Y, quiz¨¢ por influencia de Pixar (Lasseter figura aqu¨ª como productor), el gui¨®n contiene uno de esos momentos m¨¢gicos de la casa (Up, en la memoria), donde la ejecuci¨®n de una serie de elipsis conforma un bello paso de la ni?ez a la edad adulta con canci¨®n de fondo.

Con estructura y arraigo de musical, donde sus criaturas demuestran sus emociones cantando, Frozen mejora incluso a la ya excelente Enredados, al integrar lo mejor de las nuevas t¨¦cnicas con la plet¨®rica pasi¨®n de los primeros cl¨¢sicos, algo a lo que no llegaba la adaptaci¨®n de Rapunzel por el excesivo aligeramiento de su lado m¨¢s perverso. As¨ª que en lo ¨²nico que quiz¨¢ se podr¨ªa haber mejorado es en el control del tiempo del principal de los secundarios, el mu?eco de nieve que sue?a con la llegada del verano, un personaje precioso, pero a un paso del s¨ªndrome Jar-Jar Binks, a punto de dejar de ser gracioso para convertirse en insoportable.