El papel del libro renace como objeto
20 autores, editores y artistas dan pistas sobre el futuro Los formatos anal¨®gico y digital sellan la paz
El destino dej¨® entrever algunas p¨¢ginas del porvenir y no gustaron. Ahora se reescriben.
Es el conjuro contra el corro de or¨¢culos que en los ¨²ltimos a?os, tras la irrupci¨®n del e-book, ha enlazado preguntas con la frase ¡°El libro tradicional ha muerto¡±. No es as¨ª. El futuro del libro de papel est¨¢ en su propio pasado. Y confirma su larga vida al invocar lo m¨¢s noble de su estirpe casi perfecta. Es la vuelta a la forma, a la belleza, a las sensaciones, al despertar de esa pulsi¨®n en la gente de querer conservar aquellos libros cuyas historias y contenidos una vez le¨ªdos pasan a formar parte de su memoria y de su vida.
La irrupci¨®n del libro electr¨®nico y su acelerado crecimiento en cinco a?os esparcieron dudas y pesimismo en el sector editorial. Pero tras el estallido de entusiasmo por los lectores electr¨®nicos su mercado se ha ralentizado, e incluso frenado, hasta estabilizarse en un 25%. Eso augura una larga convivencia de los dos formatos. ¡°A la gente le gustan los libros y las editoriales cada vez editar¨¢n mejor porque su forma f¨ªsica vuelve a ser un reclamo para los lectores de verdad¡±, asegura Molly Barton, precisamente una de las personas que m¨¢s ha contribuido a posicionar el libro electr¨®nico y la autoedici¨®n a trav¨¦s de la prestigiosa y pionera en este campo Penguin, hoy Penguin Random House.
El t¨ªtulo de la historia de esta historia podr¨ªa ser ?El libro ha muerto! ?Viva el libro! O El linaje no se improvisa. O El libro pasa p¨¢gina a sus sepultureros. O ¡°El libro es una obra de arte en s¨ª mismo¡±, como proclama C¨¦sar Antonio Molina, director de la Casa del Lector de Madrid.
No es una defensa a ultranza del libro f¨ªsico. Ni nostalgias cibern¨ªcolas. Es la constataci¨®n de c¨®mo esta realidad se abre paso. La historia la relata una veintena de escritores y especialistas cuyas opiniones se pueden distribuir en las partes esenciales de un libro.
FAJA
¡°Hay que recuperar el amor por el libro tradicional que se perdi¨® en la era de la industria y el consumismo puro¡±, Mar¨ªa Eugenia Mariam (relaciones p¨²blicas de Taschen). ¡°Es el momento en que se redefine el libro que va a seguir y que seguramente ser¨¢ otro producto. Donde la idea de consumo es la misma pero la relaci¨®n de pertenencia es otra¡±, Winfried B?hrle (dise?ador de C¨ªrculo de Lectores-Galaxia Gutenberg).
¡°Si se cumplen las predicciones, la ficci¨®n y la literatura se quedaran con el libro de papel, como textos con un valor a?adido¡±, Gustavo Guerrero (Gallimard).
PORTADA
La reinvenci¨®n y revaloraci¨®n del libro como objeto es una tendencia detectada en librer¨ªas de medio mundo y ferias como las de Londres y Nueva York. Una apuesta firme de varias editoriales para aportar a los lectores una experiencia diferente a la lectura en pantallas, cuenta Javier Celaya, cofundador de Dosdoce.com y director acad¨¦mico del pasado V Congreso Iberoamericano de Cultura.
¡°Hay que seducir continuamente al lector para que en lugar de descargar ilegalmente un libro, o comprarlo en e-book, vaya a la librer¨ªa y adquiera una obra a un precio mayor, esperando encontrar algo m¨¢s que un buen texto¡±, asegura Diego Moreno, de N¨®rdica Libros, una de las peque?as e independientes editoriales espa?olas que tienen mejor incorporado el ADN de esta concepci¨®n del libro.
Sin duda es el momento de buscar ¡°una mayor diferenciaci¨®n de la oferta editorial en respuesta a las demandas de los lectores. As¨ª, las editoriales analizan e intentan anticipar los gustos y los aspectos, formales y de contenido que los lectores valoran en los libros¡±, explica Jes¨²s Badenes, director general de Divisi¨®n Editorial de Librer¨ªas del Grupo Planeta. Coincide en combatir la uniformizaci¨®n del producto Javier Cort¨¦s, presidente de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a.
SOLAPA
De eso y de despertar sensaciones sabe mucho la editorial francesa Gallimard. Casi desde su fundaci¨®n, en 1911, ha hecho tiradas exclusivas y ediciones limitadas de muchos t¨ªtulos, recuerda Gustavo Guerrero, uno de sus editores. ?Y la reciente edici¨®n del libro The Truck en colaboraci¨®n con Louis Vuitton se?ala un nuevo camino del sello editorial y la marca del lujo? Es una colaboraci¨®n que contin¨²a esa pr¨¢ctica ya centenaria de Gallimard de libros especiales.
LOMO
Es la sincronizaci¨®n del nuevo tiempo. En el futuro, resume Claudio L¨®pez de Lamadrid, director editorial de Literaria, de Penguin Random House en Espa?a, ¡°la apuesta de los editores ser¨¢ mejorar la calidad de los productos electr¨®nicos y procurar por todos los medios rebajar lo menos posible la de los libros f¨ªsicos¡±. Es m¨¢s, Jos¨¦ Carre?o Carl¨®n, del Fondo de Cultura Econ¨®mica de M¨¦xico, dice que el e-book tiende a ser cada vez m¨¢s una herramienta de uso, mientras el libro impreso ser¨¢ cada vez m¨¢s un objeto de gratificaci¨®n. Incluso, aventura Celaya, mucho antes de lo que algunos sospechan ¡°s¨®lo se publicar¨¢ en papel aquellos libros en los que los lectores o los autores quieran una experiencia m¨¢s sensorial y visual, el resto (la inmensa mayor¨ªa) se publicar¨¢ solo en digital¡±.
Una fiesta de sensaciones que se aprecia desde ayer en la 27? Feria Internacional del Libro de Guadalajara (M¨¦xico) donde este a?o empiezan a convivir m¨¢s que nunca los libros f¨ªsicos y digitales. Marisol Schulz, directora de la FIL, no se atreve a generalizar la recuperaci¨®n de las editoriales por el cuidado de los libros para acercarlos a la condici¨®n de objetos. Pero reconoce que hay editores que lo han previsto y dan al lector un plus en cuanto a su presentaci¨®n.
En cambio, la ilustradora y escritora Ana Juan s¨ª lo proclama con todas sus letras: ¡°?El libro ha muerto! ?Viva el libro!¡±. Para ella, en el camino se quedar¨¢n las ediciones baratas y el editor tiene que plantearse c¨®mo conseguir que el texto impreso no abandone el mercado tradicional. La f¨®rmula para el ilustrador Fernando Vicente es clara: tratarlo como un objeto, cuidar al m¨¢ximo la edici¨®n y dar al lector un plus que no pueda encontrar en su lectura en Internet u otros medios digitales.
P?GINAS
Hay en la discusi¨®n sobre la disyuntiva por la que atraviesa el libro, seg¨²n Antonio Ram¨ªrez, de la librer¨ªa La Central, una especie de malentendido que se ha ido consolidando como un lugar com¨²n: ¡°el papel es un mero soporte, una soluci¨®n tecnol¨®gica que est¨¢ siendo sustituida por otra mejor¡±. Ram¨ªrez plantea un interrogante: ¡°?Y si el papel fuese algo m¨¢s que una simple tecnolog¨ªa?¡± Tal vez hay indicios para pensar que el papel, la forma libro, alberga todo un sistema de mediaciones. ¡°Quiz¨¢ esa sea la clave: la sensaci¨®n singular que transmite un texto impreso es m¨¢s profunda que la de un libro digital¡±, completa Camino Brasa, directora editorial de La F¨¢brica.
De Lamadrid no sabe c¨®mo el lector va a valorar dentro de 10 a?os los libros de papel con alma de objeto. ¡°El est¨¢ndar de calidad tendr¨¢ que estar a la altura de su precio de venta al p¨²blico, mientras la invenci¨®n, la renovaci¨®n, el desarrollo van a venir asociados al libro electr¨®nico, puesto que el libro anal¨®gico ya es de por s¨ª un tesoro dif¨ªcil de mejorar¡±.
Aunque el lector agradece todos esos gui?os de seducci¨®n, a Pilar Reyes, de Alfaguara, le parece ¡°nocivo pensar que el formato papel tenga que volverse un objeto selecto para diferenciarse del digital. Justamente la imprenta naci¨® para que el libro fuera popular, para que llegara a muchas manos, para que el conocimiento fuera un patrimonio de todos, a todos accesible. ?Ahora lo deber¨ªamos convertir en un objeto de lujo? Mi respuesta es categ¨®rica: no¡±.
No son todos los libros y la realidad indica otra cosa. Elena Foster, de Ivorypress, recuerda que ella es lectora y editora de ambos formatos, y su experiencia le dice que lo anal¨®gico y lo digital se complementan. Con el tiempo, cree, ¡°habr¨¢ menos editoriales que editen en papel y menos librer¨ªas. Sin embargo quedar¨¢n y se intensificar¨¢ el p¨²blico lector en las que sobrevivan¡±.
CONTRAPORTADA
La imagen del artista Enric Satu¨¦ es clarificadora: ¡°La relaci¨®n entre el libro de papel y el digital puede plantearse haciendo un paralelo con la primera y la segunda residencia. No son excluyentes, sino complementarias. La segunda, puede que mejor situada, ¨²til para los fines de semana y algunas vacaciones. La primera, en cambio, es la de todos los d¨ªas, sobria y elegante, que podemos renovar y poner al d¨ªa, pero la base cl¨¢sica que la caracteriza es s¨®lida por su historia y tradici¨®n, y eso la hace pr¨¢cticamente perfecta. Incomparable¡±. Y para Hugh Forrest, creador y director del macrofestival South by Southwest Interactive, hay ya se?ales de una mayor armon¨ªa entre lo anal¨®gico y lo digital.
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