Yves Bonnefoy reivindica la poes¨ªa como algo esencial en la ense?anza y la vida
El discurso del poeta, ensayista, traductor y cr¨ªtico franc¨¦s de 90 a?os, Premio en Lenguas Romances 2013, inaugura la XXVII edici¨®n de la FIL
¡°Suced¨ªa que era preciso destruir y destruir y destruir, / Suced¨ªa que la salvaci¨®n s¨®lo era posible a ese precio¡±¡ Y sucedi¨® que los versos de Yves Bonnefoy deambularon entre los millares de libros distribuidos en 34.000 metros cuadrados de la feria. Sucedi¨® que el poeta, ensayista, traductor y cr¨ªtico franc¨¦s de 90 a?os, y de cabellos blancos revueltos, silenci¨® el bullicio de la gente con su voz llena de reflexiones impregnadas de lirismo con las que reivindic¨® la poes¨ªa como algo esencial en la ense?anza y la vida. Y sucedi¨® que as¨ª inaugur¨® la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) su 27? edici¨®n, con la presencia del Nobel Mario Vargas Llosa, en la que se otorg¨® el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances a este escritor sensible y sabio que un d¨ªa escribi¨® La imperfecci¨®n es la cima:
¡°Suced¨ªa que era preciso destruir y destruir y destruir,Suced¨ªa que la salvaci¨®n s¨®lo era posible a ese precio.Arruinar el rostro desnudo que asciende en el m¨¢rmol,Machacar toda forma, toda belleza.Amar la perfecci¨®n porque ella es el umbral,Pero negarla una vez conocida, olvidarla muertaLa imperfecci¨®n es la cima¡±.
Poes¨ªa en una ma?ana que contrastaba con un despliegue de seguridad m¨¢s all¨¢ de palabras mexicanas Algo in¨¦dito. Vigilancia secreta, policial y militar como nunca antes rodearon el complejo de la Expo ante la visita de la delegaci¨®n de Israel, invitado de honor, encabezada por su presidente y premio Nobel de la Paz Shimon Peres, cuyo pabell¨®n es una simulaci¨®n del desierto con dunas de diferentes alturas, en m¨®dulos de madera escalonados, esparcido de olivos, donde la gente puede pasear.
El protagonismo absoluto fue para la poes¨ªa, las reflexiones sobre el arte, la vida y las palabras de Yves Bonnefoy. Un poeta sorprendido y feliz ante la acogida a¨²n por estos lados de la poes¨ªa: ¡°Pensar en ella hoy no es algo natural ni simple¡±. Lament¨® el poeta que en otras partes del mundo la tecnolog¨ªa y sus empleos comerciales eclipsen la mirada sobre la poes¨ªa para ayudar a comprender la vida y que en las universidades no se considere este arte como una necesidad fundamental. ¡°Es en las dudas angustiadas de Hamlet donde la modernidad del esp¨ªritu encontr¨® su suelo m¨¢s f¨¦rtil¡±, record¨® quien ha traducido a Shakespeare al franc¨¦s.
La sensatez del poeta con la realidad apareci¨® para recordar que la existencia, ¡°que se topa incesantemente con los imprevistos del azar, es, antes que nada, una relaci¨®n con el tiempo; ?y c¨®mo acceder a la comprensi¨®n del tiempo sino escuchando los ritmos, esa memoria del tiempo, actuando sobre las palabras fundamentales de la lengua?¡±.
Hasta que Bonnefoy se adentr¨® en la relaci¨®n de las palabras y el milagro que ellas representan ante lo que cada uno ve cuando las pronuncia o escucha o ve. As¨ª pastore¨® por su bosque de palabras al millar de personas que lo escuchaban invit¨¢ndolas a pronunciar, por ejemplo, ¡°?rbol¡±¡ ¡°R¨ªo¡±¡ ¡°Sol¡±¡¡°Piedra¡±¡ Para terminar celebrando el derrumbe de la torre de Babel porque de lo contrario, asegura, ¡°habr¨ªamos sido prisioneros de una lengua ¨²nica, que nunca habr¨ªa tomado conciencia de sus l¨ªmites en el contacto con otra. Fatalmente esa lengua solitaria no habr¨ªa sido sino un gran sue?o, encerrada en una ideolog¨ªa¡±. Luego lanz¨® una invitaci¨®n: ¡°Amemos las otras lenguas¡±. ?l mismo reconoci¨® su deuda con el idioma espa?ol. ¡°?Y qu¨¦ es lo que le debo?¡±, se pregunt¨® el poeta, que contest¨® cerrando un c¨ªrculo que es comienzo y fin de sus palabras: ¡°Una buena parte de este pensamiento acerca de la importancia de las palabras que acabo de formular ante ustedes¡±.
Y sucedi¨® que los versos de Yves Bonnefoy siguieron su paseo por la feria, incluido el poema El libro para envejecer:
¡°Estrellas trashumantes; y el pastor que se inclina
Sobre la dicha de la tierra; y tanta paz
Como ese grito irregular de insecto
Que un dios pobre modela. De tu libro
Subi¨® el silencio hasta tu coraz¨®n.
Corre un viento sin ruido en los ruidos del mundo.
Lejos sonr¨ªe el tiempo, por dejar de existir
Sencillos en el huerto son los frutos maduros.
Envejecer¨¢s
Y, al perder tu color en los ¨¢rboles,
Al formar una sombra m¨¢s lenta sobre el muro,
Al ser amenazada la tierra, al fin, de alma,
Retomar¨¢s el libro donde lo abandonaste,
Y dir¨¢s: Eran ¨¦sas las ¨²ltimas palabras oscuras¡±.
Babelia
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