La hora de la fantas¨ªa
Mag¨¹i Mira dirige una cuidad¨ªsima puesta de 'Kathie y el hipop¨®tamo', de Vargas Llosa El reparto es de lujo: Ana Bel¨¦n, Gin¨¦s Garc¨ªa Mill¨¢n, Eva Rufo, Jorge Basanta y David San Jos¨¦
1. La enso?aci¨®n como fuga o reescritura de la realidad es una constante en la obra de Vargas Llosa, especialmente en su trilog¨ªa dram¨¢tica de los ochenta, compuesta por La se?orita de Tacna (1981), Kathie y el hipop¨®tamo (1983) y La Chunga (1986). En La se?orita de Tacna, las versiones posibles de la historia llegaban de la mano de Belisario, un aprendiz de novelista, en la l¨ªnea del escribidor Varguitas de La t¨ªa Julia, mientras que en La Chunga se proyectaban las fantas¨ªas, de marcado componente sexual, de los Inconquistables, muy cercanas a los ¡°aventis¡± juveniles de los personajes de Mars¨¦. En Kathie y el hipop¨®tamo, que se est¨¢ representando en el Matadero con una estupenda, imaginativa y cuidad¨ªsima puesta de Mag¨¹i Mira, el juego es mucho m¨¢s caleidosc¨®pico. Durante dos horas al d¨ªa, el periodista Santiago Zavala, al que conocimos en Conversaci¨®n en La Catedral,acude a la llamada de Kathie, una dama de la alta burgues¨ªa lime?a, que quiere escribir un libro sobre sus viajes por ?frica, y transmuta en relato de aventuras sus sosas evocaciones. A su manera, Zavala ¡°se alquila para so?ar¡±, como en aquel relato de Garc¨ªa M¨¢rquez, pero no queda claro ¡ªy ah¨ª est¨¢ la gracia, en mi opini¨®n¡ª qui¨¦n sue?a a qui¨¦n. Es dif¨ªcil discernir si es Kathie la que ¡°trae a escena¡± las evocaciones de su juventud, su noviazgo y vida en com¨²n con el surfista Johnny, y las turbulentas historias que jalonan la convivencia, o si son fruto de la imaginaci¨®n de Zavala, del mismo modo que ignoro si ha inventado este un yo paralelo (Mark Griffin, escritor afincado en Par¨ªs) o es la propia Kathie, que lo ¡°cre¨®¡± al darle ese seud¨®nimo, quien lo imagina con fantas¨ªas culpables de traici¨®n a sus principios.
Las puertas sucesivas se abren a territorios coincidentes. Gin¨¦s Garc¨ªa Mill¨¢n, que interpreta a Zavala, se desdobla (brevemente) en perfumista ¨¢rabe y conquistador, en V¨ªctor (en honor de Victor Hugo), amor imposible de Kathie, autor de cartas flam¨ªgeras y futuro trapense, tal vez modelado sobre el gal¨¢n y cantante mexicano Jos¨¦ Mojica, que se hizo monje en Lima, a la vez que Ana Bel¨¦n, encarnaci¨®n de Kathie, es su amante Ad¨¨le (por Ad¨¨le Voucher, novia de Hugo) y con ese nombre de guerra se convierte luego en la coquet¨ªsima adolescente que vuelve loco a Mark Griffin. Hay una Kathie radiante y jovial, y una Kathie frustrada, enga?ada y ad¨²ltera; hay un Griffin triunfador y pluripotente, y un Griffin fracasado; hay un Zavala que se siente muy pr¨®ximo a Kathie, en la misma longitud de onda imaginativa, y otro que la llama ¡°ricachona, menop¨¢usica, millonaria hist¨¦rica, seudoescritora¡±. Y dos cartas m¨¢s en la baraja: dos que son cuatro, pues Eva Rufo es Ana, la esposa de Griffin (y tal vez de Zavala), y Jorge Basanta da vida a Johnny, esposo de Kathie, y ambos se transforman luego en los hijos de Kathie y Johhny.
Kathie y el hipop¨®tamo me record¨®, en clave m¨¢s amarga, a aquel ¡°teatro de fantas¨ªa¡± que se cultiv¨® en la Espa?a de los a?os cincuenta y sesenta, con t¨ªtulos como Irene o el tesoro, de Buero, o El ba¨²l de los disfraces y Cita los s¨¢bados, de Jaime Salom, y dir¨ªa que en la exacerbaci¨®n melodram¨¢tica de la crisis de Kathie y Johnny, que parece un pastiche burl¨®n de Tennessee Williams, est¨¢ Vargas m¨¢s pr¨®ximo que nunca a la novel¨ªstica y el teatro de Manuel Puig. Tem¨¢tica y formalmente la propuesta es m¨¢s rica que la de La Chunga, pero tengo la impresi¨®n de que su autor ha repartido el juego de manera un tanto desigual: prefiero las fantas¨ªas que tienen a Kathie como motor, y me acaban resultando tediosas, por lo plano de la caricatura, las que presentan a Griffin como un falso intelectual progresista, condenando al personaje de Ana a reiterar una y otra vez las mismas quejas.
Me recuerda, en clave m¨¢s amarga, a aquel "teatro de fantas¨ªa" que se cultiv¨® en Espa?a en los a?os cincuenta y sesenta
Como dec¨ªa al principio, el montaje de Mag¨¹i Mira me parece soberbio: no establece diferencias esc¨¦nicas entre realidad y ficci¨®n, tiene resoluciones vivas y brillantes (el mon¨®logo surfista en el lomo del sof¨¢, las coreograf¨ªas de N¨¦lida Migliones y Jorge Ram¨ªrez) y, sobre todo, cuenta con un reparto entusiasta que defiende el texto l¨ªnea a l¨ªnea.
Hay, de entrada, una qu¨ªmica fant¨¢stica entre Gin¨¦s Garc¨ªa Mill¨¢n, que ofrece un trabajo muy variado y matizad¨ªsimo (seductor, ir¨®nico, torturado), y una deliciosa Ana Bel¨¦n, llena de encanto, cre¨ªble como adolescente, con fuerza sard¨®nica en las tensas y mexican¨ªsimas escenas de su enfrentamiento con Johnny. Hac¨ªa tiempo que no la ve¨ªa en clave de comedia, y las tonalidades de su gama me hicieron pensar en un feliz cruce entre Nuria Espert y Amparo Rivelles.
Las canciones que interpreta, con su estupenda voz de siempre (Sous le ciel de Paris, Ne me quitte pas, Les feuilles mortes), podr¨ªan haber resultado un pegote forzado, pero encajan con naturalidad y belleza en el espect¨¢culo: hay que aplaudir tambi¨¦n la elegante ejecuci¨®n del pianista David San Jos¨¦. Solo un detalle no me convence porque roza la groser¨ªa y la obviedad: situar a la actriz abrazada a una barra vertical durante una de las enso?aciones er¨®ticas. Me parecieron fant¨¢sticos Jorge Basanta y Eva Rufo. Basanta lidia con Johnny, un personaje que pod¨ªa f¨¢cilmente caer en el estereotipo, y le inyecta fiereza y un patetismo de acentos conmovedores. A Eva Rufo la hab¨ªa visto (y aplaudido) como dama ¨¢urea, en el Cl¨¢sico, y ya ten¨ªa ganas de verla ¡°de calle¡±: en sus manos, la monocolor Ana tiene humor, ¨¢cido sulf¨²rico y melancol¨ªa. Y los dos tienen verdad sin clich¨¦s en los breves roles de los hijos del matrimonio.
2. Hay que ver tambi¨¦n La llamada, un musical escrito y dirigido por Javier Ambrossi y Javier Calvo, y literalmente tocado por la gracia: la pasada primavera despeg¨® en el hall del Lara, y ahora, aupado a la sala principal, se ha convertido en uno de los fen¨®menos de la temporada. Premisa irresistible: Dios (Richard Collins-Moore) viste como Roy Orbison en Las Vegas y se aparece a una muchacha (Macarena Blancanieves Garc¨ªa) en un campamento de verano cant¨¢ndole canciones de Whitney Houston. Formidable reparto, completado por Andrea Ros (su el¨¦ctrica compa?era de habitaci¨®n) y el t¨¢ndem Gracia Olayo y Bel¨¦n Cuesta, las mejores monjas imaginables desde Melocot¨®n en alm¨ªbar. Y formidable banda. Mucha alegr¨ªa: la pr¨®xima semana me explayo.
Kathie y el hipop¨®tamo. De Mario Vargas Llosa. Directora: Mag¨¹i Mira. Int¨¦rpretes: Ana Bel¨¦n, Gin¨¦s Garc¨ªa Mill¨¢n, Eva Rufo, Jorge Basanta. M¨²sica: David San Jos¨¦. Naves del Matadero. Madrid. Hasta el 12 de enero de 2014.
La llamada. Escrito y dirigido por Javier Ambrossi y Javier Calvo. Int¨¦rpretes: Macarena Garc¨ªa, Andrea Ros, Gracia Olayo y Bel¨¦n Cuesta. Teatro Lara. Madrid (viernes, s¨¢bados y domingos).
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.