Diego Fonseca :¡°No creo que se deba hacer justicia por revancha ni venganza¡±
Diego Fonseca presenta en la FIL una obra de cr¨®nicas y ensayos a 40 a?os del golpe de Pinochet
Aquel ¡°primer 11 de septiembre¡±, mientras la dictadura tomaba La Moneda de la mano de Pinochet, Diego Fonseca (Argentina, 1970) agarraba los discos de la colecci¨®n de jazz de su padre para caminarles por encima con sus zapatos ortop¨¦dicos. Ten¨ªa entonces tres a?os. La imagen de 1973 sirve ahora como arranque de su ¨²ltimo libro y aparece, tras varios meses en blanco, cuando observa a su hijo de cuatro. El peque?o Matteo ya no raya discos -¡°porque en casa no hay¡±-, pero rompe con inconsciente energ¨ªa la pantalla de un iPad.
La conversaci¨®n con el periodista y escritor se desarrolla en torno a una mesa de la tercera planta del Hotel Hilton de Guadalajara, entre acto y acto de la Feria Internacional del Libro. Crecer a golpes. Cr¨®nicas y ensayos de Am¨¦rica Latina a cuarenta a?os de Allende y Pinochet recopila la visi¨®n de 13 importantes narradores y periodistas que recorren los conflictos pendientes de la regi¨®n en las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas. Durante la entrevista el autor habla del pasado y el presente de Am¨¦rica Latina, una historia que es tambi¨¦n la de toda una generaci¨®n que se cri¨® entre dictaduras. Diego Fonseca ten¨ªa 13 a?os cuando Argentina volvi¨® a la democracia. Hijo de una maestra y un legislador provincial, con 14 ingres¨® en la militancia pol¨ªtica. ¡°Por aquel entonces pensaba que se pod¨ªa ser joven y cambiar las cosas. Ahora creo m¨¢s en los procesos progresivos de transformaci¨®n. Si limpias todo de una vez tienes el problema de que ma?ana la gente espera que todos los servicios p¨²blicos sigan funcionando. Los procesos toman tiempo, los cambios requieren de esfuerzo, de dedicaci¨®n, las transformaciones profundas no ocurren de un d¨ªa para otro¡±, asegura.
Pregunta. Dice que Am¨¦rica Latina le ha dado la espalda a su pasado. ?Cree que puede haber justicia sin lastimar el bienestar econ¨®mico y social que han conseguido algunos pa¨ªses de la regi¨®n pese a no haber juzgado a sus dictadores?
Respuesta. Creo que hay un intento de recuperaci¨®n, de una relectura del pasado. Algunos pa¨ªses le dieron la espalda en un momento determinado porque no se daban las condiciones necesarias. El ¨²nico que lo hizo fue Argentina. Apenas dos o tres a?os despu¨¦s del retorno de la democracia Alfons¨ªn hab¨ªa metido a m¨¢s de 300 militares presos, de 40 o 45 a?os, en la plenitud de sus fuerzas, armados. Tambi¨¦n me parece sumamente digno el intento guatemalteco. El Salvador est¨¢ tratando, de a poco, mirar ese pasado. Chile todav¨ªa tiene que remover bastante. En Argentina fue complejo porque a la vez que se trataba de hacer justicia se ven¨ªa abajo la econom¨ªa y el Gobierno fue incapaz de manejar los dos frentes. El proceso de Chile, sin embargo, es distinto. La econom¨ªa se mantuvo bastante estable pero el espacio pol¨ªtico necesita una redefinici¨®n. Ojal¨¢ en no mucho tiempo. Pero yo no creo que se deba hacer justicia por revancha ni que se deba hacer justicia por venganza. Se necesita revisar el pasado completo. Se han cometido errores en todo el espectro pol¨ªtico y yo prefiero que se haga una justicia tard¨ªa.
P. Tras la primera vuelta de las elecciones en Chile se vaticina un regreso de la izquierda al poder. ?Lo celebra?
R. S¨ª celebro el regreso de la coalici¨®n al Gobierno y Bachelet siempre me gust¨®, es una mujer muy s¨®lida, una estadista. La experiencia de la derecha sin renovarse o despegarse de la figura de la vieja guardia pretoriana de los militares chilenos no fue muy pr¨¢ctica. Me parece que hubo una enorme movilizaci¨®n social para tratar de discutir valores en torno a Chile y creo que Bachelet tiene por delante ahora la necesidad de prestar atenci¨®n a esos valores que ya estuvieron presentes durante su Gobierno. Se manifestaron de otro modo, la gesti¨®n social fue distinta. Con Pi?era explot¨® y creo que no puede obviar este reclamo. Tendr¨¢ que revisar la cuesti¨®n educativa, eso va a ser central.
P. ?Como ha visto el reciente resultado electoral en Honduras, con la victoria del candidato oficialista y las denuncias de fraude por parte de la izquierda?
R. Lo cierto es que no lo he seguido en profundidad para juzgarlo. Pero en apariencia no habr¨ªa elementos para hablar de fraude.
P. Escribe que Am¨¦rica Latina todav¨ªa no se ha doctorado en adulta. ?Qu¨¦ edad tiene entonces?
R. Ya ha pasado de los 13 y est¨¢ cerca de los 17 a?os. A esa edad la rebeld¨ªa se sosiega y se centra, uno tiene responsabilidades por delante, debe pensar qu¨¦ va a hacer con su vida.Am¨¦rica Latina ha generado cierta solidez en la comprensi¨®n de la necesidad de fortalecer las instituciones. El proceso central es tratar de brindar estabilidad, tanto en la sociedad, como en la econom¨ªa y en la pol¨ªtica para poder generar esas transformaciones necesarias. Si falla cualquiera de esos tres factores en un proceso de transformaci¨®n, va a haber problemas. Por ejemplo, en el caso espec¨ªfico de Chile, si tu econom¨ªa est¨¢ bien y tus instituciones est¨¢n bien pero no gestionas el conflicto social, puedes tener peque?os estallidos que, en el caso de Pi?era, le costaron la continuidad a la derecha en el poder. Se necesita mejorar los equilibrios y Am¨¦rica Latina est¨¢ aprendiendo. Pero hay pa¨ªses que todav¨ªa tienen que resolver muchos aspectos, como la libertad de prensa o el derecho de los individuos.
P. ?Y qu¨¦ le queda a M¨¦xico por resolver?
R. M¨¦xico tiene muchas cuentas pendientes: la guerra contra el narco, los problemas en materia de gesti¨®n de la informaci¨®n p¨²blica... creo que hay un enorme signo de interrogaci¨®n al respecto de las capacidades y voluntades del PRI para demostrar que ha hecho un profundo ejercicio de discusi¨®n interna para democratizar el partido y a su vez, que tiene la capacidad de gestionar el estado como un Gobierno democr¨¢tico. Es una gran duda que va a acompa?ar a Pe?a Nieto en todo su mandato.
P. Siendo el narcotr¨¢fico uno de los grandes conflictos pendientes de este pa¨ªs. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece el surgimiento de las autodefensas [grupos de civiles que decidieron levantarse en armas ante lo que ellos consideran la inacci¨®n de las autoridades]?
R. Es un fen¨®meno complejo. Yo no creo que sea razonable que grupos civiles o sociales tomen la justicia por su mano. Dicho esto uno necesita pensar c¨®mo se construye el estado mexicano. La idea de naci¨®n no ha calado en todo el pa¨ªs. Cuando uno se adentra hacia el sur profundo, como Chiapas, encuentra que lo que precede a la idea de M¨¦xico es la etnia. Como la pol¨ªtica es un juego de ocupaci¨®n de espacios, donde el estado no tiene presencia, ese vac¨ªo es ocupado por otros actores pol¨ªticos. De este modo el narco genera sus microrrelaciones protoestatales en los lugares que domina y tambi¨¦n los grupos de autodefensa terminan por decirle al estado que ellos no tienen la capacidad de poder brindar la seguridad necesaria y que ellos han resuelto que ante su deserci¨®n lo ¨²nico que les queda a las familias es defenderse a s¨ª mismas. Es un feo mensaje. A m¨ª no me gustan. Entiendo por qu¨¦ surgen pero no me gustan.
P. Para terminar, ?volver¨ªa a la pol¨ªtica?
R. No [es un no rotundo], quiero escribir, creo que mi lugar est¨¢ tratando de entender los procesos. Mi padre es pol¨ªtico, pero yo no tengo los mismas motivaciones. El libro lo dedico a los que creyeron, a mi padre, que sigue creyendo y a mi hijo que creer¨¢, pero yo no me coloco en ninguno de los tres lugares. Yo he cre¨ªdo y he dejado de creer, quiero aprender a creer de nuevo pero no soy todo lo terco que es mi padre, deber¨ªa serlo un poco m¨¢s para volver a la pol¨ªtica y creo que no me alcanza el ¨¢nimo.
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