Nobel a la escritora invisible
El premio de Literatura a la canadiense Alice Munro compensa el d¨¦ficit hist¨®rico de reconocimiento a las mujeres La Academia sueca solo ha galardonado a 13 autoras
?So?aba Alice Munro con ganar el Nobel de Literatura? ¡°Oh, no, claro que no. ?Era una mujer! S¨¦ que algunas lo han ganado, pero nunca lo pens¨¦, porque la mayor¨ªa subestimamos nuestra obra¡±, respondi¨® la escritora canadiense durante una entrevista grabada en su casa y emitida ayer en la Academia sueca, en sustituci¨®n al tradicional discurso que el ganador del premio suele pronunciar en los d¨ªas previos a la ceremonia oficial. Munro recibir¨¢ el premio este martes, pero tendr¨¢ que hacerlo a distancia. A los 82 a?os, su estado de salud no le permite desplazarse a Estocolmo. Ayer recorri¨® su trayectoria en ese Canad¨¢ provinciano en el que viven sus propios personajes: mujeres deseosas de escapar a un destino banal, parientas lejanas con nombres anticuados como Alfrida o Queenie, amas de llaves presbiterianas que se prueban vestidos para bodas imaginarias. ¡°Nunca conoc¨ª la palabra feminista, pero por supuesto que lo fui¡±, sostuvo.
?La escritora canadiense tambi¨¦n representa a un colectivo que la Academia Sueca no siempre ha sabido reconocer: las mujeres. Sin embargo, hace dos d¨¦cadas que la Academia se esfuerza en demostrar que ha dejado de ser un club privado para ancianos blancos y preferiblemente europeos. El reequilibrio entre g¨¦neros se encuentra a a?os luz de convertirse en realidad, pero las cifras demuestran el principio de un cambio. Desde la instauraci¨®n del premio en 1901, los acad¨¦micos suecos solo han premiado a trece escritoras. Siete de ellas han conseguido la recompensa desde 1991 ¡ªun 30% del total en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, frente al 7% anterior¡ª, cuando la Academia empez¨® a prestar m¨¢s atenci¨®n a tradiciones literarias desatendidas y a figuras marginalizadas en el canon literario. Entre ellas, mujeres como Nadine Gordimer, Toni Morrison, Wislawa Szymborska, Doris Lessing o Herta M¨¹ller. Durante los cincuenta a?os previos, solo una mujer se hab¨ªa hecho con el premio: la alemana Nelly Sachs, escritora jud¨ªa exiliada en Suecia durante la Segunda Guerra Mundial.
Al comit¨¦ no le gusta hablar de pol¨ªtica, pero las cifras dan fe de una evoluci¨®n. ¡°El g¨¦nero, la religi¨®n y la nacionalidad del galardonado no nos importan en absoluto. Este premio no se gana por ser mujer, sino por m¨¦ritos literarios¡±, insist¨ªa ayer su presidente, Per W?stberg. Pero en su boca se escuchaban tambi¨¦n una concesi¨®n infrecuente: ¡°Es cierto que hemos premiado a pocas mujeres y es normal que intentemos encontrarle un remedio. Lo que quiero decir es que premiamos a una persona y no a un g¨¦nero¡±.
Seg¨²n el secretario permanente, ¡°se cometi¨® el error de ignorar a las autoras¡±
No todo el mundo est¨¢ de acuerdo. Elfriede Jelinek, ganadora del premio en 2004, interpret¨® su Nobel de Literatura de la manera opuesta. ¡°Una mujer nunca puede decir yo. El yo femenino siempre es m¨²ltiple¡±, dijo poco despu¨¦s de recibir el galard¨®n. ¡°Me interesa el desprecio que ejerce nuestra cultura respecto al trabajo art¨ªstico de las mujeres. Es una muestra m¨¢s de brutalidad. Claro, no es como si me marido me pegara, pero s¨ª es una forma de humillaci¨®n. Son escasas las mujeres que logran inscribir su nombre en este universo fr¨ªo de obras maestras masculinas, definidas siempre por los hombres¡±.
Peter Englund es el secretario permanente de este misterioso comit¨¦ formado por 18 miembros. Es ¨¦l quien cada oto?o anuncia el nombre del destinatario del galard¨®n, valorado en 922.000 euros. ¡°Siempre se busca una supuesta raz¨®n que no tenga que ver con la literatura. Es como si la gente fuera m¨¢s feliz convenci¨¦ndose de que existe una intenci¨®n pol¨ªtica¡±, ironiza. Pese a la versi¨®n oficial, luego matiza el mensaje. ¡°La Academia ha cometido errores. E ignorar a las mujeres ha sido uno de ellos. Ahora somos m¨¢s perspicaces respecto a la cuesti¨®n que hace 50 a?os, lo que no significa que funcionemos con una agenda oculta o trabajemos con cuotas. Eso ser¨ªa rid¨ªculo¡±.
Sin porcentajes, pero tal vez con una nueva sensibilidad. Uno de los m¨¢s veteranos acad¨¦micos, Kjell Espmark, narraba en su libro El premio Nobel de Literatura (N¨®rdica) c¨®mo el comit¨¦ practic¨® un examen de conciencia a finales de los ochenta para evolucionar hacia un canon menos masculino y euroc¨¦ntrico. ¡°La nueva y mayor presencia de mujeres es el resultado de que la Academia es consciente de sus limitaciones¡±, escribi¨®. Para Lina Kalmteg, periodista literaria del primer diario sueco, Svenska Dagbladet, esta apertura hacia las mujeres no solo ha tenido que ver con ese proceso de autocr¨ªtica, sino tambi¨¦n con una profunda renovaci¨®n interna. ¡°Hoy forman parte del comit¨¦ seis mujeres sobre 18 miembros. La Academia ha sabido escuchar las cr¨ªticas y aprender de sus errores¡±, afirma. Entre las acad¨¦micas figuran la novelista Lotta Lottas, la poetisa Katarina Frostenson y la dramaturga Kristina Lugn. Pero su influencia en el veredicto, tras un proceso de deliberaci¨®n ultraconfidencial que no se desvela hasta cincuenta a?os m¨¢s tarde, sigue siendo opaca. Ninguna de las seis acept¨® responder a las peticiones de entrevista para este art¨ªculo. ¡°Que sean mujeres no significa necesariamente que voten por mujeres¡±, apunta Englund. ¡°Tengo prohibido hablar sobre qui¨¦n vota qu¨¦. Pero dir¨¦ que no tienen nada en contra de premiar a una mujer que escribe¡±, sonr¨ªe W?stberg.
Otra recordada torpeza tuvo lugar en 2007, cuando el comit¨¦ asegur¨® haber premiado a Doris Lessing por haber sabido retratar ¡°la ¨¦pica de la experiencia femenina¡±. ¡°A Lessing le molest¨® mucho¡±, recuerda Kalmteg. ¡°Nunca hubieran dicho algo parecido de un escritor. Los hombres no describen la experiencia masculina, sino humana¡±, a?ade con sorna. De nuevo, el comit¨¦ ha aprendido de sus errores. Este a?o, Munro ha sido presentada como ¡°una maestra contempor¨¢nea del cuento¡±, sin menci¨®n a su g¨¦nero. ¡°Fue una giro desafortunado que no volver¨¢ a ocurrir. Lessing se lo tom¨® como si la meti¨¦ramos en un gueto, cuando no era nuestra intenci¨®n¡±, explica W?stberg.
La desproporci¨®n entre hombres y mujeres se acrecenta a¨²n m¨¢s en las categor¨ªas cient¨ªficas. Desde 1901, solo ha habido dos premiadas en f¨ªsica, cuatro en qu¨ªmica y diez en medicina. ¡°Los comit¨¦s funcionan con reuniones secretas, as¨ª que es dif¨ªcil saber c¨®mo razonan. Pero, a juzgar por los premios de los ¨²ltimos a?os, dir¨ªa que este desequilibrio les da completamente igual¡±, opina Hillevi Ganetz, directora del departamento de Estudios de G¨¦nero en la Universidad de Estocolmo. Para Gudrun Schyman, l¨ªder de la formaci¨®n pol¨ªtica Iniciativa Feminista, abrirse a las mujeres ha sido, para los acad¨¦micos, una simple cuesti¨®n de supervivencia: ¡°Han entendido que ten¨ªan que cambiar o el premio perder¨ªa su prestigio. Se trata de una instituci¨®n firmemente anclada en el patriarcado, pero que ha tenido que evolucionar a su pesar¡±.
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