Heavy metal en la Ant¨¢rtida

Metallica, una de las m¨¢s reconocidas bandas de heavy metal del mundo, ofreci¨® ayer un ins¨®lito concierto bajo cero, en los hielos de la Ant¨¢rtida, ante poco m¨¢s de un centenar de asistentes que escucharon al grupo mediante auriculares para evitar un impacto medioambiental. "Gracias por acompa?arnos en el concierto m¨¢s memorable de Metallica", lanz¨® James Hetfield, el cantante de la banda, nada m¨¢s arrancar esta singular actuaci¨®n, en el helipuerto de la base argentina Carlini.

En el interior de un domo (carpa) transparente, de doce metros de di¨¢metro y seis de altura, con la belleza de las intensas aguas azules de la Caleta Porter y la blancura del glaciar Fourcade como tel¨®n de fondo, Metallica descarg¨® la potencia del sonido heavy metal pero, sin amplificadores, s¨®lo fue perceptible a trav¨¦s de auriculares.

"Este concierto estar¨¢ en los libros de Historia alg¨²n d¨ªa", lanz¨® Hetfield, rodeado, literalmente, de un p¨²blico tan inusual como la propia actuaci¨®n, compuesto por un pu?ado de admiradores, cient¨ªficos de los lugares m¨¢s dispares destinados a las bases pr¨®ximas a Carlini, organizadores y un reducido grupo de periodistas.

Durante una hora, Metallica desgran¨® algunos de sus m¨¢s notables ¨¦xitos, como Creep creeping death, Sad but true, Blackened y Nothing else matters, todo un himno para los fans de la banda californiana, que ha vendido m¨¢s de 100 millones de discos en sus treinta a?os de trayectoria.

En el domo, toda la fuerza de Metallica a trav¨¦s de los auriculares y, apenas perceptible, el ritmo amortiguado de la bater¨ªa de Lars Ulrich y los gritos de los fans sin los cascos mientras, a pocos metros, un grupo de skuas -aves aut¨®ctonas de la Ant¨¢rtida- dormitaban en una charca y un pu?ado de ping¨¹inos y elefantes marinos descansaban indiferentes a la ins¨®lita convocatoria.

Un concierto precedido de m¨¢s de un a?o de intenso trabajo y de un meticuloso protocolo sobre impacto medioambiental supervisado por la Direcci¨®n Nacional Ant¨¢rtica (DNA) argentina que ha implicado el uso de auriculares y la cuidadosa instalaci¨®n de m¨¢s de 25 toneladas de equipos, incluidas placas solares, para evitar cualquier tipo de impacto en el entorno.

"Ha sido una experiencia ¨²nica, la he disfrutado much¨ªsimo", explicaba poco despu¨¦s del concierto Kirk Hammett, guitarra de la banda, para quien el uso de auriculares entre el p¨²blico no supuso problema alguno dado que los m¨²sicos utilizaron el sistema habitual para comunicarse con sus propios aud¨ªfonos.

Tampoco el fr¨ªo -que lleg¨® a alcanzar los dos grados bajo cero- afect¨® al grupo porque dentro de la carpa la temperatura fue "totalmente normal" y el clima con el p¨²blico "muy c¨¢lido", agreg¨®.

La presencia de Metallica en Carlini alter¨®, por un d¨ªa, la actividad de las bases cercanas y convoc¨® a cient¨ªficos de Uruguay, Chile, Polonia, Corea del Sur, Rusia, Brasil y Alemania, que se mezclaron con los 19 admiradores de la banda seleccionados en cinco pa¨ªses latinoamericanos para asistir al concierto en la Ant¨¢rtida.

"Me parece que estuve en otro mundo. Esto no se repite nunca m¨¢s en la vida", repet¨ªa emocionado el joven chileno Roberto Pe?afoundes, uno de los ganadores del concurso organizado por "M¨²sica Zero". "Hemos entrado a formar parte de la historia de Metallica, estamos en el ¨²nico concierto de la banda en la Ant¨¢rtida, es incre¨ªble" apuntaba el argentino Sergio Maldonado. "Extra?o pero buen¨ªsimo. Espectacular. Se tomaron todas las providencias para cuidar el medio ambiente y se hizo un concierto de excelencia", opinaba por su parte Guido Fern¨¢ndez, oficial de la base chilena Frei.

"Es bueno hacer foco en la Ant¨¢rtida para proteger un patrimonio de la humanidad, un lugar de paz y ciencia, donde no importan banderas", agregaba Fanny Vieria, doctora en la base uruguaya. Superado el desaf¨ªo ant¨¢rtico, Metallica piensa ya en un nuevo disco para el pr¨®ximo a?o y en otro reto."Nos encantar¨ªa hacerlo otra vez", bromea Hammett, que no descarta volver a tocar entre los hielos, aunque bien podr¨ªa ser, aventura, en un lugar como Groenlandia.