The Velvet Underground ¡®White Light / White Heat (45th anniversary)¡¯
Cuando apareci¨® en marzo de 1967, no tuvo ni ¨¦xito ni reconocimiento, y fueron muy pocos quienes le encontraron m¨¦ritos a aquel disco estridente, tan lleno de fealdad.
Cuando apareci¨® en marzo de 1967, The Velvet Underground & Nico no tuvo ni ¨¦xito ni reconocimiento, y fueron muy pocos quienes le encontraron m¨¦ritos a aquel disco estridente, tan lleno de fealdad. Lejos de amilanarse, o de tomar nota y hacer lo posible por gustar al p¨²blico, Lou Reed, John Cale, Sterling Morrison y Moe Tucker siguieron adelante con el plan previsto, y siguieron explorando las posibilidades menos amables del rock & roll, acerc¨¢ndolo a lo que contaban las letras de Reed. White Light / White Heat apareci¨® tan solo nueves meses despu¨¦s de la llegada del infausto disco de la banana. Producto de las tensiones en las que viv¨ªa inmerso el grupo (hab¨ªan cortado su relaci¨®n comercial con Warhol, viv¨ªan ajenos al circuito del rock y la rivalidad entre Reed y Cale crec¨ªa por momentos), el ¨¢lbum es el sonido de un grupo explosionando. Si su predecesor ofrec¨ªa momentos mel¨®dicos y tranquilos como Femme Fatale, que contrastaban con el caos de Heroin y European Son, aqu¨ª solo estaba la diminuta Here She Comes Now para aportar algo de sosiego en un campo de batalla s¨®nico.
White Light / White Heat , la canci¨®n, era una mutaci¨®n de I¡¯m Waiting For My Man, un blues destartalado y acelerado que hablaba sobre los efectos de la anfetamina, y cuyo gancho es ese call and response que forman las dos frases del t¨ªtulo. A continuaci¨®n, The Gift, una historia de amor que acaba en tragedia de la forma m¨¢s idiota, aunque seguramente ning¨²n hippie del momento se ri¨® cuando la cuchilla abr¨ªa en dos la cabeza de Waldo, el enamorado que se autoenv¨ªa dentro de una caja para poder ver a su amada. Por un canal del est¨¦reo, Cale recita una historia que Reed le escribi¨® a una novia durante sus a?os universitarios; por el otro, la banda se adentra en una de sus chirriantes piezas improvisadas. El quir¨®fano el¨¦ctrico de Lady Godiva¡¯s Operation, infectado por la morbosa presencia de Cale, marca otro momento sobrecogedor, mientras que I Heard Her Called My Name est¨¢ construida sobre la man¨ªaca guitarra de Reed, que concluye con un solo letal que durante unos instantes le acerca a su admirado Jimi Hendrix. Y al final, como premio para todos aquellos que han disfrutado de lo hasta ahora comentado, Sister Ray. Un monstruo de 17 minutos gravitando alrededor de una fiesta de sexo y drogas, que empieza diciendo ¡°la droga alcanz¨® el interior de Sally¡±. A partir de ah¨ª, todo va a peor, y el rock & roll queda para siempre intoxicado por el ruido, algo de lo que tomar¨ªan buena muchos artistas aparecidos a partir del punk: Joy Division, Siouxsie & The Banshees, Sonic Youth¡ Incluso el propio Metal Machine Music de Reed procede de aqu¨ª.
La edici¨®n 45 aniversario del ¨¢lbum, como en su momento hizo la del disco del pl¨¢tano, se ve ampliada con la adici¨®n de piezas que, m¨¢s que redondear el disco, ayudan a fijar el momento hist¨®rico del grupo que lo grab¨®. La versi¨®n superdeluxe recupera de nuevo la mezcla mono del ¨¢lbum, aportando tambi¨¦n una versi¨®n instrumental y otra vocal de The Gift, y tambi¨¦n a?ade de las versiones single de otros dos temas. El resto de material extra se reparte entre el disco original, que se ampl¨ªa con una toma alternativa de I Heard Her Call My Name y la ¨²ltima sesi¨®n del grupo con Cale, antes de que Reed lo despidiera en junio de 1968. Esta aporta temas anteriormente publicados (Stephanie Says, Hey Mr Rain¡) e incluye una primera versi¨®n de Beginning To See The Light, in¨¦dita hasta ahora, que cobrar¨ªa su forma definitiva en el tercer ¨¢lbum de Velvet Underground. Completa la historia un concierto grabado en primavera de 1967, conocido por los fans en versiones no oficiales, y que nos muestra al grupo tal cual, interpretando versiones demoledoras de Sister Ray, Waiting For My Man, Guess I¡¯m Falling In Love, Run Run Run, Booker T. (una de las piezas improvisadas que el grupo sol¨ªa ofrecer en sus conciertos en aquel momento) y la in¨¦dita I¡¯m Not A Young Man Anymore. El complemento perfecto a la hora de regresar a uno de los ¨¢lbumes m¨¢s aventurados de los 60, una obra que fue mucho m¨¢s all¨¢ de lo que nadie esperaba en aquel momento, y que incluso ahora, 45 a?os despu¨¦s, sigue desafiando al oyente.
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