Un intruso en el Paseo de las Artes
Arquitectos, cr¨ªticos e historiadores critican el proyecto de Museo de Arte, Arquitectura y Dise?o que el argentino Emilio Ambasz quiere construir frente al Museo del Prado
En la madrile?a milla de oro de las artes, tambi¨¦n conocida como Paseo de las Artes, que une el Museo del Prado, el Thyssen, Caixaforum y el Reina Sof¨ªa, podr¨ªa levantarse en un futuro no muy lejano un Museo de las Artes, la Arquitectura, el Dise?o y el Urbanismo que es todo un misterio. Un proyecto que no ha contado con el colectivo de arquitectos, cuyo contenido no se conoce y para cuya construcci¨®n el Ayuntamiento de Madrid ha creado unas condiciones ad hoc, adaptando la ley para hacer posible el derribo de un inmueble protegido, en el n¨²mero 30 del Paseo del Prado, al que sustituir¨ªa la nueva obra.
El argentino Emilio Ambasz, ha regalado a Madrid el futuro Museo Maadu anunciando una inversi¨®n de 4,5 millones de euros que podr¨ªan llegar a 10, seg¨²n el Ayuntamiento. Lo que no se ha anunciado es qu¨¦ se exhibir¨¢ en su interior. Frente al legado de planos y maquetas hist¨®ricos que atesoran los colegios de arquitectos ¡ªen espera de un museo nacional aprobado ya con sedes en Barcelona, Salamanca y Madrid (Matadero)¡ª, el consistorio madrile?o no especifica qu¨¦ mostrar¨¢ el centro que levantar¨¢ la Fundaci¨®n Ambasz, dedicada hasta hace meses, seg¨²n recoge el BOE, a promover la obra del propio Emilio Ambasz.
¡°No puede llamarse Museo de la Arquitectura porque no ha contado con los arquitectos ni con los colegios, que acumulan materiales de los m¨¢s prestigiosos estudios¡±, explica el decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, Jos¨¦ Antonio Granero, que a?ade que al proyecto presentado por Ambasz ¡°le ser¨ªa imposible obtener la licencia porque no cumple la normativa del ¨¢mbito hist¨®rico en el que est¨¢¡±. Y cita otras fundaciones, como la que Norman Foster est¨¢ tramitando en un palacete de la madrile?a calle Montesquinza ¡°sin favores del ayuntamiento¡±, confirma Foster.
¡°El Maadu fortalecer¨¢ la milla de oro madrile?a y atraer¨¢ a un nuevo tipo de visitantes¡±, especifica Pedro Corral, delegado de las Artes del Ayuntamiento. Entretanto, los cr¨ªticos con el proyecto se plantean si no suceder¨¢ lo contrario, si no ser¨¢n el Paseo del Prado y sus vecinos ¡ªRafael Moneo (autor de las ampliaciones del Museo del Prado y del Thyssen) y Herzog&de Meuron (art¨ªfices de Caixaforum)¡ª los que prestigien a Ambasz.
Como puede leerse en las actas p¨²blicas, el director General de Patrimonio del Ayuntamiento, Jos¨¦ Francisco Garc¨ªa L¨®pez, no respondi¨® en la comisi¨®n correspondiente por qu¨¦ se cedi¨® a Emilio Ambasz, sin concurso previo, un lugar tan emblem¨¢tico. Como respuesta a este peri¨®dico remite a ¡°la incuestionable calidad internacional del arquitecto y su generosidad¡±. Garc¨ªa L¨®pez ha admitido a este diario no conocer ninguna obra del arquitecto argentino ¡°ni necesitar visitarlas para juzgar su calidad arquitect¨®nica¡±.
Son pocos los expertos que piensan como ¨¦l. Wilfried Wang, antiguo director del Museo de Arquitectura de Fr¨¢ncfort y profesor en las Universidades de Harvard, Berl¨ªn y Texas, califica as¨ª la figura de Emilio Ambasz: ¡°Conocido por su simplista adaptaci¨®n de estilos, ese enfoque le ha ganado las simpat¨ªas de gente con capacidad de decisi¨®n que carece de criterio arquitect¨®nico¡±.
Para el cr¨ªtico brit¨¢nico William J. R. Curtis, autor de Historia de la arquitectura del siglo XX, la hipot¨¦tica sostenibilidad del futuro Maadu no es ninguna garant¨ªa: ¡°El trabajo de Ambasz se ha convertido en una marca de supuesta arquitectura sostenible que encubre espacios arquitect¨®nicos banales envueltos en fachadas de ensalada verde pol¨ªticamente correcta¡±.
Entre los espa?oles, Ricardo Aroca, que fuera director de la Escuela de Arquitectura de Madrid y decano del Colegio de Arquitectos, no critica al autor, sino al Ayuntamiento. El autor de Historia secreta de Madrid, presentado por el exalcalde Alberto Ruiz Gallard¨®n, considera que ¡°la cuesti¨®n no es si su obra est¨¢ a la altura de sus vecinos (que no lo est¨¢), el caso es que estos han llevado a cabo proyectos por encargo; lo de Ambasz es un monumento a s¨ª mismo¡±.
A las dudas arquitect¨®nicas, urban¨ªsticas y pol¨ªticas se suman las ecol¨®gicas. La construcci¨®n del Museo de la Arquitectura en el Paseo del Prado no solo exigir¨¢ derribar un edificio sin prever el coste de mantenimiento de su sustituto; tambi¨¦n supondr¨¢ la construcci¨®n de un jard¨ªn vertical cuyo mantenimiento anual costar¨¢ al Ayuntamiento m¨¢s de 40.000 euros si se toma como referencia el dise?ado por Patrick Blanc para el vecino Caixaforum. De ah¨ª que la oposici¨®n al PP en Madrid se?ale que su autor podr¨ªa ganar algo m¨¢s que reputaci¨®n levantando su edificio en un lugar as¨ª. ¡°Hay que hacer pocos c¨¢lculos para descubrir lo rentable que podr¨ªa ser un negocio con un restaurante que proporcionar¨ªa en 75 a?os un beneficio de 26 millones de euros¡±, explica la concejala de UPyD Patricia Garc¨ªa. ¡°Es un negocio disfrazado de d¨¢diva¡±, a?ade la del PSOE, Ana Garc¨ªa D¡¯Atri.
La propia Fundaci¨®n Ambasz no queda al margen de las sospechas. El que fuera secretario de Estado de Cultura con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, Miguel ?ngel Cort¨¦s, fue durante tres a?os su secretario general. Y el director del Maadu ser¨ªa el propio Ambasz, que no ha respondido a las preguntas de este peri¨®dico, aunque s¨ª aclar¨® en su d¨ªa que lo dirigir¨ªa ¡°hasta que me aburra¡±. Lo afirm¨® en la misma rueda de prensa en que anunci¨® que no habr¨ªa m¨¢s remedio que demoler el edificio que hoy ocupa el solar ¡°porque el amianto que contiene es veneno¡±.
A Miguel ?ngel D¨ªaz Camacho, presidente de ASA (Asociaci¨®n Arquitectura y Sostenibilidad), el argumento no parece convencerle: ¡°Pensar que la demolici¨®n de un edificio hist¨®rico y la construcci¨®n de uno nuevo de superficie similar es una operaci¨®n respetuosa con el medioambiente, por el mero hecho de presentar dos fachadas vegetales, supone un error conceptual tan grave como agarrarse de las orejas para no caerse¡±, explica gr¨¢ficamente. D¨ªaz Camacho considera ¡°el urbanismo a la carta del ayuntamiento y su apuesta por el icono, la piqueta y el pelotazo¡± una suerte de ¡°canibalismo urbano¡±. Los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano subrayan esa contradicci¨®n: ¡°Resulta contradictorio que una administraci¨®n que defiende la rehabilitaci¨®n, la transformaci¨®n y la reutilizaci¨®n apoye un proyecto que precisa una demolici¨®n previa¡±.
El consistorio madrile?o ha creado condiciones a la carta para el futuro Maadu. A cambio de donar una idea, un proyecto y 4,5 millones de euros para construirlo (el Caixaforum cost¨® 60), Ambasz ha conseguido que se aumente la edificabilidad del lugar en un 20% (frente al 10% habitual) y una cesi¨®n tres veces mayor a la obtenida, por ejemplo, por la Fundaci¨®n S¨¢nchez Ruip¨¦rez para instalar La Casa del Lector.
El Ayuntamiento de Madrid tiene previsto dar luz verde a este proyecto que, aseguran, ¡°cambiar¨¢ la fisonom¨ªa del Prado¡±. Pero seg¨²n Wilfried Wang, su construcci¨®n ser¨¢ un ejemplo de confusi¨®n interesada entre influencia privada y prestigio p¨²blico, ¡°el resultado de nuestra descontrolada ideolog¨ªa neoliberal, que permite a individuos ricos y ambiciosos comprarse una importancia de la que en realidad carecen¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.