Formaci¨®n

Los directivos de las televisiones suelen negar el valor formativo del medio, m¨¢s que nada para sacudirse cualquier responsabilidad. Se educa en los colegios, no en la televisi¨®n, responden. Y tienen raz¨®n. Pero los medios acaban por ser formativos, aunque no lo pretendan. A trav¨¦s de lo que ves y escuchas tambi¨¦n te formas. O deformas, seg¨²n el grado de pesimismo. En nuestro tiempo el viejo refr¨¢n de la letra con sangre entra, se podr¨ªa reescribir as¨ª: la letra con tele entra. Explicaba Woody Allen a su sobrina ficticia en una de sus pel¨ªculas, que lo importante de ir al colegio no era tanto escuchar lo que los profesores explicaban como fijarse en su aspecto. La observaci¨®n es el grado m¨¢ximo del estudio. Por eso, aunque llevemos siglos neg¨¢ndolo, las apariencias no enga?an.

El curso de formaci¨®n para parados con el que m¨¢s hemos aprendido ¨²ltimamente es el de malversaci¨®n de subvenciones para cursos de formaci¨®n. Con el ¨²ltimo caso en Madrid aprendemos que un tipo con aspecto de corrupto ha desviado 11 millones para el guiso de corrupci¨®n en el que hierve nuestro pa¨ªs. As¨ª se une a la UGT andaluza este empresario y sus c¨®mplices, por lo que la cuesti¨®n de clases solo afecta al grado de indignaci¨®n que genera en los medios. Dice la prensa que seg¨²n el rastro de Facebook el tipo podr¨ªa estar en Brasil. Cualquier espa?ol al que le miren el subconsciente, que es el Facebook oculto, aparece siempre en Brasil. Si se ha fundido el dinero en putas, drogas y juego, ser¨ªa raro que lo ubic¨¢ramos en Corea del Norte, donde te fusilan por estos gui?os capitalistas.

Esa subvenci¨®n para putas y droga no revierte al ciclo alimenticio de nuestra econom¨ªa tan solo porque esos dos sectores no tributan al fisco. Si lo hicieran, este caso al menos ayudar¨ªa a la alica¨ªda capital, que sin Eurovegas ni Olimpiada prefiere empadronarse en un ¨¢tico en Marbella. El esc¨¢ndalo de los cursos de formaci¨®n es muy formativo. Las arcas del Estado las vac¨ªan corruptos que reciben el encargo de gestionar todas esas cosas que el Estado dice no saber gestionar. Hemos privatizado el robo. Pues es un consuelo. No acabaremos con la corrupci¨®n, pero la externalizamos.