El teatro alternativo llama a su puerta
Peque?os espacios de subversi¨®n, nuevas formas de contar historias. El teatro en Espa?a responde con envidiable imaginaci¨®n a la crisis, pero muchos profesionales se preguntan por la viabilidad de este innegable impulso creativo
Entre los c¨¦lebres di¨¢logos de Eva al desnudo, la pel¨ªcula que mejor ha descrito las entretelas de la aristocracia del mundo del escenario, hay un breve y emocionante mon¨®logo que podr¨ªa servir para ilustrar la explosi¨®n creativa del teatro alternativo en la Espa?a de la crisis. Esa capacidad de este viejo arte para revivir y manifestar su naturaleza m¨¢s profunda en cualquier acera. ¡°?D¨®nde pone que el teatro exista solo en los feos edificios api?ados en dos kil¨®metros cuadrados de Nueva York, Londres, Par¨ªs o Viena?¡±, se pregunta un encendido y coqueto Gary Merrill ante la joven y servil arp¨ªa Anne Baxter. ¡°?Quieres saber qu¨¦ es el teatro? Un circo de pulgas, ¨®pera, y rodeos, carnavales, ballets, danzas tribales indias, gui?ol, un hombre orquesta... El Pato Donald, Ibsen, y el Llanero Solitario, Sarah Bernhardt y Poodles Hannefor, Lunt y Fontaine, Betty Grable, Rexel caballo salvaje, Eleonora Duse. Eso es teatro. No los entiendes todos. No te gustan todos. As¨ª que no lo apruebes, ni desapruebes. Quiz¨¢ no sea tu tipo de teatro, pero, en alg¨²n sitio, para alguien lo es¡±.
Esa cualidad lib¨¦rrima, al servicio de los poderes de la imaginaci¨®n, donde caben por igual reyes y vagabundos, un solo actor o un millar de ellos, est¨¢ detr¨¢s de su eterna capacidad de supervivencia (ante la crisis de ahora y las de siempre) y de la eclosi¨®n en los ¨²ltimos meses de espacios alternativos surgidos al albur de la ca¨ªda del sector y de la consiguiente desesperaci¨®n de muchos de sus creadores. Teatro off que ha conquistado porter¨ªas y peluquer¨ªas de Madrid, azoteas de Sevilla y salones de M¨¢laga, miniespacios de Barcelona, rincones montados en cooperativa o en solitario, salas hasta hace poco marginales que por fin alcanzan el eco que merecen, microteatros, mon¨®logos¡ Una efervescencia independiente, a pie de calle, que ha encontrado su p¨²blico en una sociedad sedienta de una historia que se quiere abrir paso al margen de la oficial.
Nosotros llenamos siempre, pero el teatro alternativo, ni ahora ni antes, da para vivir", asegura Jos¨¦ Martret
En Barcelona, concentradas en el barrio de El Raval y dedicadas en exclusiva al teatro emergente, abrieron en primavera tres propuestas cuyos espacios se mueven entre los 9 y los 90 metros cuadrados, informa Jacinto Ant¨®n. ?tic 22 (sala alternativa nacida, a su vez, de una sala alternativa consolidada, Teatre Tantarantana) ha logrado en apenas seis meses programar ocho obras para 2.000 espectadores. Mini Teatros ofrece obras de 15 minutos en salas para 16 personas y la sala F¨¨nix Teatre, montada por un colectivo capaz de arreglar las luces y salir a escena, est¨¢ dedicada al cabar¨¦, las marionetas y las m¨¢scaras. En enero lanzan Los jueves de la F¨¨nix, un cabar¨¦ revista basado en la literatura fant¨¢stica del siglo?XIX.
En Madrid, las propuestas se multiplican: del Teatro de la Ciudad, proyecto de creaci¨®n viva ¡ªy pol¨ªtica¡ª impulsado por tres nombres indiscutibles de la nueva escena nacional, Alfredo Sanzol, Miguel del Arco y Andr¨¦s Lima, a otros hervideros como la sala Mirador que programa Juan Diego Botto o el reci¨¦n nacido Teatro del Barrio, que pretende aunar la cuesti¨®n pol¨ªtica con la experiencia l¨²dica. ¡°La eclosi¨®n de nuevos espacios teatrales es como la eclosi¨®n de nuevos medios de comunicaci¨®n o de cooperativas alimentarias¡±, explica Alberto San Juan, uno de los gestores del Teatro del Barrio. ¡°En la medida en la que el sistema vigente se hunde, los ciudadanos comienzan a construir otra forma de organizarse para convivir. Este proceso pasa por conseguir que los propios ciudadanos sean en medida suficiente propietarios y gestores de los medios de producci¨®n¡±.
Lejos de propuestas asamblearias y echando mano de una cita de Victor Hugo propuesta por el colectivo del Barrio (¡°No hay nada m¨¢s poderoso que una idea a la que le ha llegado su momento¡±) muchos otros simplemente han encontrado eso, su momento: la manera de canalizar sus ideas lejos del escenario italiano tradicional. Olga Induran lanz¨® con su socia Susana P¨¦rez Bermejo este a?o su proyecto Teatro Ef¨ªmero en una peluquer¨ªa del barrio de Chamber¨ª, ¡°algo as¨ª como un pop up teatro, ya que est¨¢ tan de moda¡±, bromea ella. Garret Sal¨®n de Belleza alberg¨® la obra T¨² no, princesa, tragicomedia en tres actos sobre el fracaso de tres mujeres en tres d¨¦cadas diferentes: los ochenta, los noventa y los 2000. Escritora de webseries y teatro alternativo, la autora se curti¨® en la hoy popular Microteatro por dinero. ¡°Todo es posible cuando dan igual los medios, la materia prima es la imaginaci¨®n. Como cuando de peque?a juegas a indios y vaqueros con tapones de champ¨² y dos barriguitas tuertas. T¨² sacas una barra de labios y le dices al espectador que se haga a la idea de que es un cohete, y el espectador y t¨² hac¨¦is ese pacto y ves a la barra de labios echando humo¡±.
Pero de todos esos pactos espactador-espacio uno de los fen¨®meno indiscutibles fue el de La Casa de la Portera, peculiar espacio madrile?o nacido hace casi dos a?os para 25 espectadores y creado en la casa donde vivi¨® la portera de un viejo edificio. El director y dramaturgo Jos¨¦ Martret y el director de arte y escen¨®grafo Alberto Puraenvidia abrieron las puertas con Ivan-Off, versi¨®n alternativa del Ivanov, de Ch¨¦jov, y en pocos meses se convirtieron en todo un fen¨®meno. En el reducido aforo empezaron a verse caras conocidas, actores famosos y alg¨²n premio Nobel, atra¨ªdos por una experiencia ¡ªcomo poco¡ª distinta. El ¨¦xito de la propuesta ha sido tal que hace unos meses el mismo equipo abri¨® La pensi¨®n de las pulgas, un sal¨®n en un piso de Huertas con ese aire pop sofisticado de finales de los a?os cincuenta que, con un aforo de 35 personas, se atrevi¨® con un Macbeth (MBIG) interpretado por 10 actores como primer estreno. ¡°Nosotros llenamos siempre, pero el teatro alternativo, ni ahora ni antes, da para vivir. Es solo una manera de estar activo y de darte a conocer. Para poder vivir mejor espera a que llamen del Mar¨ªa Guerrero¡±, explica Martret, quien al preguntarle por el futuro de este tipo de espacios suelta una carcajada. ¡°?El futuro? Solo me preocupa el ma?ana¡±.
Daniel Mart¨ªnez? (Faeteda), delimita esta erupci¨®n de espacios off a las grandes n¨²cleos urbanos y la califica de ¡°espejismos¡± y ¡°subterfugios¡±
?Qu¨¦ quedar¨¢ en limpio de toda esta innegable avalancha de propuestas y estrenos? Daniel Mart¨ªnez, responsable de la Federaci¨®n Estatal de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza (Faeteda), delimita esta erupci¨®n de espacios off a las grandes n¨²cleos urbanos y la califica de ¡°espejismos¡± y ¡°subterfugios¡± que esconden la realidad del futuro: ¡°No solucionan la viabilidad del sector solo la de los creadores, que l¨®gicamente no se conforman con quedarse en casa. En realidad no es una salida, sino una forma m¨¢s de protestar ante la situaci¨®n¡±.
¡°El bombazo de la escena off es fascinante pero, finalmente, falta industria y se trabaja con m¨ªnimos laborales¡±, apunta el actor Jorge Suquet (La mula, Crematorio), que ha encontrado en el teatro alternativo una fuente de nuevos est¨ªmulos que muchas veces se quedan en nada. Seg¨²n su experiencia, la financiaci¨®n solo llega cuando el ¨¦xito est¨¢ garantizado y esa dependencia de la taquilla hace caer la balanza en favor de las propuestas m¨¢s comerciales. ¡°As¨ª que el off en realidad funciona como mero muestrario, muchas veces m¨¢s interesante que otras propuestas de grandes salas, pero finalmente condenado por la falta de una estructura profesional y laboral¡±.
Cuando hay una pulsi¨®n creativa poderosa tiene que salir por cualquier lado¡±, asegura Ernesto Caballero
¡°Cuando hay una pulsi¨®n creativa poderosa tiene que salir por cualquier lado, como esas hierbas que nacen por las grietas del asfalto¡±, asegura Ernesto Caballero, director del CDN. ¡°La gente tiene ganas de escuchar un relato de la realidad distinto a las un¨ªvocas explicaciones oficiales. Los profesionales y la sociedad se est¨¢n organizando y est¨¢ demostrando que son capaces de ir a cualquier agujero con tal de escuchar otra historia. Y la implicaci¨®n de los artistas en ese nuevo discurso es total. ?Pero en que acabar¨¢ todo esto? Yo creo que tiene que ir acompa?ado de reflexi¨®n y de autocr¨ªtica para construir, reconstruir o reformar una nueva estructura profesional s¨®lida que permita sobrevivir a este sector¡±, afirma Caballero, que apunta el peligro de las modas. ¡°Todo este movimiento no debe ser providencialista, ya no es el tiempo de la inocencia. Somos piezas de un entramado que para poder ser requiere una determinada estructura. Para todo esto necesitamos ciertas facilidades del Estado, que ayude a un nuevo desarrollo sin dirigirlo ni dise?arlo. En el tejado del Estado debe estar poner en valor el teatro, saber que es un patrimonio ¨²nico, eso que llaman Marca Espa?a, somos una entre las cuatro o cinco naciones que pueden presumir de poseer un Everest teatral¡±.
Un Everest que, hoy d¨ªa, escalan decenas de c¨®micos, autores, directores y t¨¦cnicos dejados a su suerte aunque cargados como sherpas con sus ideas para el teatro del futuro, o del ma?ana.
Mapa para un vuelco dram¨¢tico
Un referente. La experiencia de la compa?¨ªa argentina Timbre 4, situada desde hace una d¨¦cada en el 640 de la avenida de Boedo de Buenos Aires, e impulsada por el dramaturgo Claudio Tolcachir, ha estado muy presente para muchos creadores espa?oles. Timbre 4, una casa abierta a nuevos lenguajes teatrales, funcion¨® como revulsivo en plena crisis argentina. El proyecto acab¨® en compa?¨ªa estable de ¨¦xito internacional.
Una sala. Juan Diego Botto ha sabido canalizar en la sala Mirador la explosi¨®n creativa del momento. Programador desde el verano del espacio de Lavapi¨¦s, atrae a sus 170 butacas el esp¨ªritu rebelde y pol¨ªtico de muchos creadores que est¨¢n encontrando cobijo en este espacio alternativo. "El esp¨ªritu de la programaci¨®n ser¨¢ un teatro a pie de calle", se?al¨® el actor el d¨ªa de la presentaci¨®n. "Un teatro que abra las puertas para mostrar y mostrarnos esos rincones que se escapan a las versiones oficiales, que se atreva a desvelarnos secretos del coraz¨®n humano o miradas sobre la crudeza de una crisis que est¨¢ devorando a una generaci¨®n entera".
Un dramaturgo. Jos¨¦ Padilla (Tenerife, 1976), premio Ojo Cr¨ªtico de Radio Nacional 2013, impact¨® en La Casa de la Portera con Sagrado Coraz¨®n 45. La obra, escrita por ¨¦l y codirigida con Eduardo Mayo, colaps¨® la sala, y su lista de espera. Estrenar¨¢ en el Mar¨ªa Guerrero?Haz clic aqu¨ª, dentro de un proyecto de creaci¨®n auspiciado por el Centro Dram¨¢tico Nacional.
Unos veteranos. Estrenada en la sala Nasa de Santiago de Compostela, Citizen se program¨® tan solo unos d¨ªas en Madrid dentro del Festival Escena Contempor¨¢nea. Para algunos cr¨ªticos se trata de la gran obra del a?o. A cargo de la veterana compa?¨ªa gallega de vanguardia Ch¨¦vere, Citizen lleva la historia de Amancio Ortega, fundador de Zara, al terreno de Shakespeare. Drama, globalizaci¨®n, econom¨ªa: la construcci¨®n de un imperio econ¨®mico desde la periferia. La cara no oficial de la historia.
Un nombre. Es el hombre orquesta. Actor, director, dramaturgo, Pablo Mesiezz (Buenos Aires, 1974) se traslad¨® a Madrid en 2010. Daniel Veronese lo califica de "rara avis" del teatro argentino: "Encantador de espectadores, abre mundos, los arma oscuros, pero a la vez luminosos. Es muy particular, no copia, no sigue modas". Ensaya La palabra verde, obra sobre algunos de los textos que Federico Garc¨ªa Lorca escribiera en su viaje a Nueva York.
Un refugio. Los grandes tambi¨¦n ayudan a los peque?os. El Teatro Lliure ha acondicionado un espacio, Aixopluc, para dar refugio a todos los que no encuentran una sala en Barcelona para estrenar. Este centro destinado a los desheredados de la crisis ha generado mucha vida y, adem¨¢s, est¨¢ reportando buenos resultados creativos para la instituci¨®n.
Un musical. Al principio se program¨® un solo d¨ªa de la semana en el hall del teatro Lara de Madrid. Pero el ¨¦xito de La llamada convirti¨® este peque?o musical situado en un decadente campamento de monjas en uno de los fen¨®menos off de la temporada, que ha acabado conquistando la sala grande, con patrocinio, publicidad, mucho eco medi¨¢tico y plenos de taquilla.
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