Un teatro a la luz de las velas
Londres estrena la Sam Wanamaker Playhouse, emulando a las salas de la ¨¦poca jacobina El espacio cubierto ser¨¢ complementario al Globe, donde represent¨® sus obras Shakespeare
Un escenario a la luz de las velas y nada m¨¢s, como en tiempos de Shakespeare. El nuevo teatro londinense Sam Wanamaker Playhouse se estrena esta noche del jueves en Londres sin otro artificio lum¨ªnico que el despliegue de un centenar de candelas, a la manera de aquellos espacios de la ¨¦poca jacobina donde se representaban las obras puertas adentro durante el invierno. El proyecto nace como un complemento del vecino del Globe, la fiel reproducci¨®n del teatro en el que el Bardo exhibi¨® al aire libre sus piezas de mayor renombre, y que tiene su sede en la orilla sur del T¨¢mesis.
Las dos casas del teatro cubrir¨¢n a partir de ahora una temporada ininterrumpida (el Globe, la primavera y el verano; su hermano, el oto?o y el invierno), cumpliendo el sue?o del actor director y productor estadounidense Sam Wanamaker. Suyo fue el empe?o de construir una r¨¦plica del Shakespeare Globe, inaugurada en 1997 y cuatro a?os despu¨¦s de su muerte, que imagin¨® acompa?ada de un segundo escenario cubierto para prorrogar la vida de las obras frente a las inclemencias del tiempo. De hecho, la coraza de ese teatro adicional lleg¨® a levantarse, pero hasta ahora s¨®lo hab¨ªa alojado talleres y actividades administrativas. La recaudaci¨®n de 7,5 millones de libras en donaciones -porque la filosof¨ªa de la compa?¨ªa pasa por no depender de ayudas p¨²blicas- ha hecho posible su reciclaje en una sala ¨²nica en su especie.
El dise?o del teatro en el que esta noche se preestrena la tragedia La Duquesa de Amalfi, de John Webster, est¨¢ inspirado en la colecci¨®n de bocetos m¨¢s antiguos que se conservan de un teatro jacobino, y que fue hallada en una biblioteca de la universidad de Oxford en los a?os 60¡¯. Sin iluminaci¨®n el¨¦ctrica, puesto que hablamos del siglo XVII. Faltaban todav¨ªa cien a?os para que las velas fueran sustituidas en los escenarios, primero por l¨¢mparas de queroseno o gas y m¨¢s tarde por la despampanante iluminaci¨®n el¨¦ctrica que el teatro Savoy de Londres inaugur¨® en 1881.
Los responsables de la Sam Wanamaker Playhouse han tenido que idear un f¨¦rreo dispositivo de seguridad para conseguir el visto bueno de las autoridades (y el servicio de bomberos) a la hora de reponer los cirios como recurso teatral. Efectista y diferente. William Shakespeare reconocer¨ªa ese teatro, es su conclusi¨®n sobre un espacio que podr¨ªa emular a la Blackfriars Playhouse, donde la compa?¨ªa del gran dramaturgo actuaba en los meses invernales. El director art¨ªstico del nuevo teatro, Dominic Dromgoole, lo considera sin embargo m¨¢s un arquetipo de los espacios cerrados de la ¨¦poca jacobina que la reproducci¨®n de un edificio concreto (a diferencia del Globe).
Cuando la actriz Gemma Arterton (una antigua chica Bond formada en la Royal Shakespeare Company) comparezca esta noche en escena transmutada en la desgraciada duquesa de Amalfi, en el sitio web del teatro permanecer¨¢ colgado el llamamiento al p¨²blico para recaudar los ¨²ltimos y ya pocos miles de libras necesarios para cuadrar los n¨²meros del presupuesto. Un donante an¨®nimo y muy generoso apoy¨® desde el principio la iniciativa, ofreciendo igualar cada libra que se consiguiera (es decir, doblando de facto la cantidad total recaudada). El objetivo de ese esfuerzo ha sido no solo revivir la misma escenograf¨ªa de tiempos de Shakespeare sino tambi¨¦n hacerlo a precios asequibles al p¨²blico. El lleno absoluto, por todos estos motivos, est¨¢ garantizado en la Sam Wanamaker Playhouse.
Babelia
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