Cines de Espa?a y cortinas de humo
Mientras Francia atrae a los m¨¢s j¨®venes a las salas con entradas a 4 euros, los intentos de abaratar aqu¨ª el precio del billete chocan con la ausencia de pol¨ªticas de Estado
El anuncio, esta semana, de lo que no pasa de ser una reedici¨®n a la baja del D¨ªa del espectador de toda la vida, con entradas de cine de entre 3,90 y 5 euros los mi¨¦rcoles en 300 salas espa?olas de aqu¨ª al 15 de abril, no deja de ser una cortina de humo. Bienintencionada, posibilista y llena de un voluntarismo al fin y al cabo encomiable¡ pero cortina de humo al fin y al cabo, trampantojo que oculta la base de los dos problemas reales en el acceso de los espa?oles al cine en pantalla grande: la ausencia total de voluntad de este Gobierno (tambi¨¦n de anteriores gobiernos) de convertir en pol¨ªtica de Estado la protecci¨®n del cine como industria y como cultura implementando o al menos facilitando la puesta en pie de f¨®rmulas m¨¢s populares de relaci¨®n entre los usuarios y las salas, por un lado. Y la incapacidad manifiesta de distribuidores, exhibidores, productores, actores y t¨¦cnicos del cine a la hora de ejercer de lobby real (m¨¢s all¨¢ de cuatro esl¨®ganes trasnochados y el sempiterno ejercicio victimista) ante unos mandatarios esc¨¦pticos, o peor, indiferentes para con la industria cultural.
El vigente IVA del 21% aplicado a la exhibici¨®n cinematogr¨¢fica, sangrante si se compara con otros pa¨ªses europeos del entorno, sigue actuando como barrera infranqueable para cualquier proyecto de cambio. En Francia, por poner un ejemplo, ese IVA sobre las entradas de cine era hasta hace cuatro meses del 7%. El Gobierno hab¨ªa expresado su voluntad de aumentarlo hasta el 10%. La industria del cine franc¨¦s en pleno se organiz¨®, olvidando sus diferencias de intereses, y se puso en pie de guerra. Resultado: el 24 de septiembre, la ministra de Cultura, Aur¨¦lie Filipetti, anunciaba la decisi¨®n del Gobierno socialista no ya de no subir el IVA (TVA, en Francia) del cine, sino de bajarlo del 7% al 5,5%. Los efectos no se hicieron esperar: al d¨ªa siguiente, la Federaci¨®n Nacional de Cines de Francia (FNCF) adoptaba la decisi¨®n de bajar a su vez el precio de las entradas.
Esta medida se materializ¨® el pasado 1 de enero con la puesta a la venta en las salas de cine de toda Francia, para todas las pel¨ªculas y en todas las sesiones, de entradas a 4 euros para los menores de 14 a?os. Y, en el caso de muchas de ellas, la revoluci¨®n fue m¨¢s lejos: la entrada, a 5,50 euros en lugar de 7,50, 8,50 o 9,50 para los adultos acompa?antes. El presidente de los empresarios de cine franceses, Richard Patry, cifr¨® en cerca de 18 millones de euros el beneficio de la bajada del IVA decidida por la Administraci¨®n. Y advirti¨®: ¡°Nuestras reivindicaciones no estaban encaminadas a embolsarnos esos 18 millones, sino a mejorar las condiciones de acceso a las salas de cine para el ciudadano¡±. As¨ª que los exhibidores decidieron que, si el Gobierno bajaba el IVA, ellos bajaban el precio del billete. En un primer momento pensaron en acometer una rebaja global, pero calcularon que eso solo podr¨ªa repercutir de forma m¨ªnima (unos 20 c¨¦ntimos) en la tarifa. As¨ª que apostaron por un tramo de esa ciudadan¨ªa. Y eligieron el de los m¨¢s j¨®venes, ¡°esos que est¨¢n formando sus h¨¢bitos y que, a esa edad, empiezan a acudir solos al cine y a¨²n no han ca¨ªdo rendidos del todo ante los videojuegos, los ¨²ltimos modelos de ordenador y el cine en casa¡±: un 10% del global de la asistencia francesa a salas de cine. ?Es imposible de todo modo que algo as¨ª, una toma de decisiones que integre factores culturales, educativos y de vertebraci¨®n social, se adopte en Espa?a?
Hay que recordar, en este punto, que Francia ha visto a lo largo de 2013 ¡ªal igual que Espa?a¡ª c¨®mo sus salas de cine se vaciaban progresivamente. De hecho, el ejercicio del a?o pasado arroj¨®, por primera vez, una cifra de espectadores franceses inferior a la barrera psicol¨®gica de los 200 millones, en concreto 195 millones (frente a los 203 millones de 2012 y los 217 millones en 2011).
En Espa?a, el desplome de 2013 fue a¨²n peor, al caer la recaudaci¨®n global en salas de cine un 17,4% con respecto a 2012: 107 millones de euros menos, pas¨¢ndose de 94 a 80 millones de entradas vendidas. Hay que decir que aquella sangr¨ªa progresiva no pareci¨® atender al hecho de que a los espa?oles hab¨ªa dejado de gustarles ir al cine. La prueba del algod¨®n: a finales de octubre, y durante tres d¨ªas, la Fiesta del Cine, con entradas a 2,90 euros, llev¨® a las salas a m¨¢s de un mill¨®n y medio de personas. Un par¨¦ntesis temporal, y ficticio, que hay que tomarse como tal pero que demostr¨® sin asomo de duda que a los espectadores les sigue gustando el cine en sala, al menos el cine en sala a precios m¨¢s bajos. Poco despu¨¦s, ya en noviembre, las cadenas Cinesa y Yelmo lograban otra buena operaci¨®n de imagen y de caja al vender entre las dos, en solo tres d¨ªas, m¨¢s de 300.000 billetes a un precio de 3,50 euros.
La aplicaci¨®n del 21% de IVA al sector de la exhibici¨®n, desde el 1 de septiembre de 2012, ha permitido recaudar al Ministerio de Hacienda y a su titular de camisa de once varas algo as¨ª como 88 millones de euros, el triple que con la anterior tasa del 8%. Es de suponer que esa golosa cifra es la ¨²nica que, a d¨ªa de hoy, excita a este Gobierno, no as¨ª el hecho de que una industria como la del cine pierda 107 millones de euros en un a?o, como fue el caso en 2013. Ni que, con ello, la buena imagen exterior del cine espa?ol se deteriore. En cualquier caso, el planteamiento intelectual de la ecuaci¨®n parece claro: con un 21% de impuesto sobre el valor a?adido, complicado proceder a una bajada en el precio del billete con la misma alegr¨ªa que en Francia.
Otro factor de distorsi¨®n vienen a sumarse a la situaci¨®n de desmoronamiento del mercado cinematogr¨¢fico. Hace dos semanas, una representaci¨®n del sector plante¨® ante la Comisi¨®n Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC, adscrita al Ministerio de Econom¨ªa y Competitividad) la posibilidad de que los cines espa?oles pudieran vender entradas a un precio de entre 3 y 4 euros. La Comisi¨®n dijo que eso supon¨ªa concertaci¨®n de precios, lo que constitu¨ªa un delito merecedor de sanci¨®n penal. Finalmente, este mi¨¦rcoles se supo que, a partir del d¨ªa 15 y hasta el 15 de abril (excepto festivos), m¨¢s de 300 salas vender¨¢n entradas a un precio de entre 3,90 y 5 euros. ¡°Pero ya veremos si Competencia no nos echa abajo tambi¨¦n esta f¨®rmula¡±, confiesa un influyente personaje del cine espa?ol que ha tomado parte en las negociaciones.
Los precios del cine en Espa?a oscilan, ahora mismo y en funci¨®n de las ciudades, las salas y las pel¨ªculas, entre 3 y 8,10 euros, seg¨²n un estudio de FACUA-Consumidores en Acci¨®n, aunque en el caso de las proyecciones en 3-D la tarifa puede llegar a alcanzar los 10,80 euros. Lo mismo para los menores de 14 a?os, por cierto.
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